En esta ocasión la opinión del redactor se centra en esos momentos de cabreo durante las partidas de multijugador del Gears Of War.
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¡Es que es la hostia macho! Le das a un enemigo un tiro de lleno en primer lugar, él te responde y te da. Tú le vuelves a dar de lleno y el tío sigue como si nada. Te da el segundo disparo y tú caes al suelo. O también es brutal cuando ves a uno de tu equipo luchando con un enemigo, quién mata a tu aliado que ya lo había dejado tocado, y le empiezas a disparar dándole en todo el pecho y logra escapar.
Es en ese momento cuando notas un sentimiento de frustración. Es ahora cuando esa rabia que nace en el esfínter por la injusticia que acabas de vivir te invade. Pero no solo porque el enemigo no ha muerto, sino porque cuando estás en su lugar, tú sí mueres. Esa mala hostia que sacude todo tu cuerpo y que sale de él impulsada por ardiente bilis y conducida por rancio aliento en forma de “¡¡PERO SI LE HE DAO, TÍO!!”.
¡Oh, sí! Eso. ¡Eso! Es el Gears Of War. Pronunciar esa frase con el ceño fruncido, con una mala hostia que dejaría al Coronel Víctor Hoffman a la altura de una niña jugando con un peluche y con unas ganas de estrellar el mando en la pantalla de la televisión es el bautizo del verdadero gear. Ya juegas lo suficientemente bien o le has dedicado tanto tiempo como para haberte dado cuenta de que tus mierdas de estadísticas no se justifican siempre en lo malo que pensabas ser. Sí amigo, la conexión y el lag son en el multijugador del gears más importantes que el arma que lleves o la habilidad con la que la naturaleza te haya dotado.
Estrellar un boom en el cuerpo de un enemigo y que no muera. Clavarle una granada en el cuerpo y que siga viviendo. Pillar a un enemigo por detrás y forrarle la espalda a tiros con la gnasher y no matarlo para que se vuelva, y de un disparo sin recarga activa te convierta en cadáver. Y tú sabes que no erraste los disparos, le habías dado la del pulpo y no lo has matado. Le habías reventado y él te ha matado a ti como si nada. Y por muy obvio que sea, el mejor desahogo que hemos encontrado los fans del gears es decir, “¡pero si le he dao tío!”.
Yo me declarado defensor a muerte de esa frase porque pronunciarla a viva voz seguro me ha librado de varios infartos. Admiro al jugador del Gears Of War por haber logrado condensar todos esos sentimientos negativos tales como rabia, frustración, enfado, odio, tristeza entre otros, y conceptos tan largos en plan “¿Cómo es posible que él me haya matado a mi si yo he empezado a disparar primero y le he acertado todos los tiros con la misma arma, llevando además recarga activa y teniendo el apoyo de un compañero que le estaba troikeando?” en la simple y maravillosa expresión “¡pero si le he dao!”. Y lo mejor es que sin habernos puesto de acuerdo nos nace a todos decir eso mismo en la misma situación. ¡A ver quién me dice ahora que los fans del Gears no somos los putos amos!