El formato físico resiste, pero cada vez lo tiene más complicado ante el auge digital.
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El debate sobre el futuro del mercado físico en los videojuegos vuelve a estar sobre la mesa. El último informe corporativo de Sony (lo ponemos como ejemplo al ser una de las compañías que por tradición apostaron por el formato físico) revela que las ventas minoristas apenas suponen un 3 % de sus ingresos en el año fiscal 2024, una cifra que confirma lo que muchos analistas llevan tiempo señalando: el formato físico es cada vez más residual en la estrategia de las grandes compañías.
Comparaciones odiosas
Mientras tanto, el software digital representa un 20 % de los ingresos, y los complementos y contenidos adicionales encabezan la lista con un 29 %, seguidos muy de cerca por los servicios de red. Sony deja claro que su crecimiento se apoya en modelos recurrentes, como expansiones, micropagos y suscripciones, un patrón que se repite en toda la industria y que define hacia dónde se dirige el negocio.
La industria mira hacia los ingresos recurrentes
- Este panorama no es exclusivo de PlayStation o de Nintendo. En Xbox, el empuje de Xbox Game Pass y las compras digitales sigue la misma línea: más comodidad para el jugador, menos dependencia del retail tradicional y una apuesta clara por la recurrencia mensual y los servicios en la nube.
- El dato del 3 % no significa solo un descenso en ventas físicas, sino un cambio cultural en la forma de consumir videojuegos. Lo digital no solo ofrece inmediatez, también integra sistemas de monetización más estables y previsibles para las compañías, que se alejan del modelo clásico de “comprar un juego y listo”.
¿Qué futuro le espera al formato físico en la próxima década?
Si la tendencia actual continúa, el formato físico quedará relegado a un producto de coleccionista, con ediciones especiales y tiradas limitadas para los fans más fieles. El resto del mercado girará casi por completo hacia las suscripciones, descargas digitales y juego en la nube, lo que podría hacer que, en apenas diez años, comprar un juego en disco sea más un acto nostálgico que la norma de la industria.
La pregunta que queda en el aire es si el formato físico sobrevivirá como producto de coleccionista o si, con el tiempo, desaparecerá casi por completo de las cuentas de resultados. De momento, los números parecen hablar por sí solos, aunque todavía queda por ver como se resuelve esto a largo plazo, la tendencia no parece engañarnos y veremos como avanza en los próximos diez años.
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