La adicción a los videojuegos ya es oficialmente una enfermedad mental, así lo ha comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó ayer la adicción a los videojuegos como uno de los problemas de salud mental que figuran en la 11ª Clasificación Internacional de Enfermedades (CID). Es un instrumento fundamental para identificar tendencias y estadísticas de salud en todo el mundo, y dicen contener alrededor de 55.000 códigos únicos para traumatismos, enfermedades y causas de muerte.
La medida ya había sido anunciada en enero, pero carecía de la publicación oficial, la OMS alerta que está nueva clasificación puede ayudar a los gobiernos, padres y autoridades sanitarias a identificar los riesgos. La Organización Mundial de la Salud de la ONU afirma, sin embargo, que estos casos son muy raros, alcanzando menos del 3% de los jugadores.
La OMS ha destacado por encima de todo tres puntos a tener en cuenta para diagonistar algún tipo de adicción a los videojuegos: Prioridad para actividades cotidianas, cuando el jugador deja de estudiar, trabajar o atender tareas diarias por el simple hecho de jugar. Continuidad cuando el juego es dañino, es cuando un jugador sabe que el juego le hace daño tanto psicologicamente como físicamente y aun así sigue jugando. Por último, la pérdida de control sobre el videojuego, es cuando al gamer le es imposible desprenderse del videojuego o videojuegos a los cuales está jugando. Dichos síntomas deberán ser contantes durante un año para considerarlo enfermedad.
La adicción a los videojuegos está ubicada dentro de la rama de trastornos de comportamientos adictivos. Por ello hay que dejar claro que los jugadores tradicionales no somos adictos a los videojuegos, al igual que tomar una copa de vino no es alcoholismo, pero si hay que tener en cuenta que en algunas personas más vulnerables pueden llegar a ser adictas a los videojuegos o las nuevas tecnologías, es por ello que la propia OMS alerta a los jugadores a estar alerta a la cantidad de tiempo que destinan a la actividad, todo abuso es maligno.