Tras casi tres años desaparecidos, volvemos a probar Tunic en Xbox Series X, en una demo que reafirma nuestras impresiones sobre él: se viene juegazo.
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Casi dos años después de nuestra primera toma de contacto (y tres desde su presentación) hemos vuelto a tener una toma de contacto con Tunic, el esperado Zelda-like exclusivo de consolas Xbox. Un juego que nos cautivó desde su primera presentación y nos enamoró en nuestra primera partida, allá por 2018 en la Madrid Games Week, como ya te contamos aquí.
Ahora, tras un largo periodo en silencio, el juego de Finji vuelve a estar en boca de todos. No sólo por su aparición en el E3 2021, si no por haber contado con una demo en Xbox que ha estado disponible por tiempo limitado durante algunos días. Una demostración breve pero cargada de esencia, de todo lo que nos espera en esta aventura que aún no cuenta con fecha de salida.
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Todo conocido, todo por conocer
En esta ocasión, aunque el punto de arranque de la demo es el mismo que el de hace tres años, el desarrollo y los sitios que visitamos son diferentes. Incluso la localización de algunos objetos, como la espada, es diferente. No sabemos si será una cuestión de rediseño del comienzo del juego o una intención de mostrar otra fase diferente. Pero lo importante es que la esencia de Tunic, aquella que nos cautivó, sigue exactamente igual.
Es decir, seguimos estando ante un juego bonito, que entra por los ojos, con una paleta de colores cálidos y con una iluminación que ha mejora bastante, o al menos a nuestro parecer. Nosotros pudimos jugar la demo en una Xbox Series X y el resultado es magnifico. No solo por el hecho de estar en 4K, si no por que en ningún momento tuvimos ningún problema de rendimiento o caída de FPS.
Tunic, a caballo entre Zelda y Dark Souls
Además, la esencia de Tunic no es solo ese preciosismo o nivel de detalle, si no la bipolaridad, e contraste entre su aspecto “más infantil”, que da una falsa sensación de que será un juego fácil. Y en realidad es justo lo contrario, ya que no es para nada un paseo. Los enemigos nos ponen las cosas difíciles desde el primer momento, no hay tregua ni descanso. Es más, por todo esto hay quién lo considera una mezcla entre la saga Zelda y Dark Souls. Quizás razón no les falte, pero aún hay que ver el resultado final para poder emitir tal juicio y comparación.
Y hablando de la dificultad frente a los enemigos, en esta ocasión nos encontramos con nuevo arquetipos que la otra vez no tuvimos. Por ejemplo, una especie de limos que realizan ataquen giratorios que nos harán trizas como nos descuidemos. Y eso sí, nos hemos librado del final donde nos enfrentábamos a un enemigo imposible para acabar la demo, ya que esta acaba de un modo más pacífico.
En nuestro corazón… Pero sin fecha todavía
En definitiva, Tunic sigue demostrando todo su potencial. En esta ocasión, con una nueva demo que nos enseña un entorno más oscuro de lo que habíamos visto, pero que sabe mantener su esencia en todo momento. La vista isométrica y los controles siguen funcionando a la perfección y sus puntos de inspiración están muy presentes, aunque sabe labrarse su propio camino.
Con todo ello, nuestras ganas de poder probar la versión final sigue en aumento. Mientras, solo nos queda esperar a una ansiada fecha de lanzamiento que aún se resiste pero que desaseamos que cada vez esté más cerca.