Nos ponemos a los mandos de Dont't Die Minerva. ¿Quieres saber qué te espera en este juego? Echa un vistazo.
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Antes de entrar en materia, me gustaría hacer una primera aclaración, y es que Don’t die, Minerva! no se parece en nada a Luigi’s Mansion. ¿Se sitúa la acción en una mansión encantada? Sí. ¿Los enemigos principales son fantasmas? Sí. Pero hasta aquí llegaron las similitudes. Tanto la jugabilidad como finalidad de Don’t die, Minerva! se alejan bastante del título de Nintendo, es en sí un juego con carácter propio y deberíamos dejar de compararlos.
El título de Xaviant nos presenta un desafío con su última novedad Don’t die, Minerva!, pues es un juego roguelike con mazmorras cuyos niveles se generan de forma procedural. De este modo, cada vez que accedamos a un nivel siempre será distinto, con una distribución de salas y enemigos distinta. ¡Ah, los enemigos! Estos tendrán una gran variedad, llegando a haber 18 tipos distintos de ellos que, dependiendo del nivel de dificultad en el que juguemos, podrán llegar a desquiciarnos bastante.
No te mueras. No, en serio: ¡no lo hagas!
Por si no lo habíais adivinado, aquí viene la guinda del pastel: contiene permadeath. Por si no os resulta un término familiar, esto viene a decir básicamente que, si mueres, vuelves al principio de todo, perdiendo todos aquellos objetos y mejoras que hubieses adquirido hasta el momento de tu muerte.
Aquí empieza el verdadero desafío, pues los enemigos no te lo van a poner fácil, llegando en ocasiones a haber tal número de fantasmas, todos ellos disparando bolitas de energía, que creerás estar jugando a un shooter de naves. Aunque es posible encontrar frasquitos que nos recuperan la energía, la verdad es que estos escasean, especialmente en los niveles de dificultad más elevados. ¡Nunca un juego tuvo un título tan acertado!
¡Sobrevive, Minerva!
Así, pues, queda clara la premisa de este juego: no morir, lo cual no va a resultar tarea fácil. Vamos a encarnar la piel de una niña de 11 años llamada Minerva, armada solo con una triste linterna, la cual se ha perdido y termina en los jardines de una mansión encantada.
Es el mayordomo de dicho casoplón, con su propia cabeza servida en una fuente, el que nos informa que, para encontrar a nuestros padres, deberemos sortear los diferentes niveles (o pisos) de la mansión de su amo. Sin más preámbulo, y con una total ausencia de tutorial, Minerva es invitada adentrarse en el tenebroso edificio.
Nuestra meta
Una vez nos adentremos en la mansión, nuestro cometido es sencillo. Lo que no resulta tan sencillo es conseguirlo… Accederemos al primer nivel de la mansión a través del ascensor, debiendo encontrar entonces otro ascensor que nos lleve al nivel o piso superior.
No os molestéis en memorizar las estancias, como ya sabéis, estas se generan de forma procedural, por lo que si morís, al regresar al nivel 1 estará completamente cambiado. Podemos guiarnos por un pequeño mapa que memorizará las habitaciones que recorramos, encontrado encima de los iconos del peluche y la linterna. Este mapa es imprescindible tenerlo en cuenta, pues posiblemente lleguemos a encontrar el ascensor… y no nos servirá de nada, pues si antes no hemos encontrado la llave que lo activa, este resultará completamente inútil.
Esta llave, por lo general, la consigues al limpiar por completo de enemigos una sala que incluirá una especie de jefe. Una vez derrotado, obtendremos la llave que activará el ascensor y nos llevará al siguiente nivel.
Esto no es todo. Hay habitaciones ocultas, cofres enormes repletos de obsequios, altares con viales para recuperar vida u obtener monedas pero, también, encontraremos una fuente. Esta fuente parece estar llena de sangre… y nos pide que lancemos una moneda. Esto solo lo podemos realizar una vez por nivel y, al hacerlo, nos devolverá a los jardines exteriores de la mansión. Aquí fuera, el mayordomo estará presente para darte la oportunidad de mejorar tus características, como puede ser el ampliar tus puntos de salud máximos, entre otros. Para ellos deberemos pagarle con unos cristales que iremos recogiendo al romper mobiliario o adquiriéndolo al derrotar enemigos. Si jugamos en nivel fácil, estos cristales abundarán muchísimo menos que en las dificultades más elevadas. Estas mejoras serán lo único que conservaremos aunque muramos y se nos devuelva al principio del juego.
Tu peluche, tu mejor aliado
Nada más comenzar y atravesar las puertas del ascensor hasta el primer piso, nos encontraremos con un regalo esperándonos a ser abierto. Dentro, encontraremos nuestro primer peluche. Este objeto es más bien un acompañante, lo invocamos con el botón X y, según el tipo de peluche que sea, atacará de un modo u otro. Nuestro primer amigo es un simpático monito, al aparecer se quedará quieto en el suelo y aparecerá un círculo a su alrededor que marcará su radio de alcance, así como una barra de vida sobre él. Este atacará lanzando un plátano a todo enemigo que se le acerque. Más adelante podremos encontrar otros peluches, como el clásico osito, cuyos ataques son más potentes que los del mono, que atacará golpeando el suelo con fuerza sin moverse del sitio. También podremos tener a un dragón que, a diferencia del osito y el mono, este sí se desplaza a voluntad mientras lanza bolas para atacar a los enemigos.
Equipo y mejoras
Don’t die, Minerva! es un juego en el que prácticamente te vas a encontrar sola ante el peligro. Tus armas son una linterna y tu peluche, ¡y para de contar! Eso sí, dispondrás de diferentes tipos de linternas y estas, a la vez que tus peluches, podrán ser mejorados con la inclusión de gemas. Estas gemas, dependiendo de su tipo, podrán otorgar un tipo de ataque elemental. Así, si equipamos un rubí a nuestra linterna, esta tendrá la capacidad de quemar a los enemigos y causarles daño continuado por quemaduras. En el caso de darle el rubí a nuestro mono de peluche, este lanzará plátanos de fuego. Cabe mencionar, también, que los peluches y linternas tienen niveles, por lo que cuanto más avancemos en los niveles, mejores linternas y peluches podremos encontrar.
El equipo que podrás equipar y que también encontrarás al derrotar enemigos, abrir cofres o al romper mobiliario, son los accesorios que Minerva viste. Estas prendas como colgantes, botas, mochila, etc… mejorarán nuestras estadísticas, así como otorgarnos mejor movilidad o ampliar nuestra barra de salud base. Toooodo esto, como dijimos más arriba, se perderá si Minerva muere.
Don’t die, Minerva!
Probablemente al principio de vuestra aventura veáis muchas veces este cartel, pero no desesperéis. Nuestro comienzo será muy duro pero, a medida que vayamos mejorando a Minerva, el progreso de los niveles se nos hará menos difícil. Sin duda, esto no va a ser un «You died» a lo Dark Souls pero, vamos, Don’t die, Minerva! te exigirá un mínimo de paciencia si no somos muy hábiles esquivando las grandes cantidades de proyectiles enemigos que inundarán la pantalla y derrotando a los fantasmas rápidamente antes de que se conviertan en un problema serio.
Don’t die, Minerva! aun no está disponible para Xbox One, ya que todavía se encuentra en desarrollo y el juego podría sufrir algún que otro cambio respecto a su fase final en su lanzamiento.