2 semanas antes de la fecha oficial, hemos conseguido acceso a la beta cerrada de Homefront: The Revolution y os contamos nuestras impresiones del modo Resistencia. No temáis, el juego evoluciona favorablemente.
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Nos gustaría comenzar estas impresiones recordando a nuestros lectores la cuerda floja que ha atravesado la segunda parte de Homefront, ya que a pesar de lo que muchos piensan, la IP pertenecía a la desparecida THQ, quien a pesar de las críticas de la primera entrega, decidieron confirmar el desarrollo de esta de la mano de Kaos Studios, los creadores originales. Con la desaparición de THQ y la puesta en venta de todas las franquicias en su poder, fue una entonces poderosa Crytek la que compró los derechos de Homefront para continuar su desarrollo.
Con el CryEngine por bandera, Homefront completó la mayor parte de su estructura jugable en los laboratorios de Crytek, pero una vez más, se vió obligada a dejar parado el proyecto y ahora si gracias a Deep Silver, que recuperó a la mayoría de los miembros del estudio desaparecido Free Radical Design (filial de Crytek) y fundó Dambuster Studios, creada específicamente para Homefront: The Revolution. En España tendremos una distribución de calidad por parte de Koch Media, totalmente involucrada en el proyecto.
Quizá debido a este tortuoso desarrollo y a algunas versiones alpha bastante verdes, nadie se esperaba el anuncio de su lanzamiento para este año y aún menos para el mes de Mayo. Pero aquí tenemos pocos días después una versión Beta, que a pesar de no estar muy bien acabada, si que ha evolucionado mucho y parece estar mejor armada para soportar las críticas que ha tenido que aguantar hasta ahora.
Homefront: The Revolution transporta al jugador a una distopía en un futuro cercano alternativo en el que una crisis humanitaria ha obligado a los Estados Unidos a hincar la rodilla frente al brutal control militar de una dominante corporación internacional coreana. Los drones de vigilancia, las patrullas blindadas y la violencia policial se han convertido en el pan de cada día en Filadelfia, la que en su día fuera la orgullosa cuna de la independencia estadounidense. Sin embargo, en las ruinosas afueras de la ciudad, la resistencia es cada vez más fuerte.
Aspecto Gráfico
Para un juego de 2016 y un motor como el CryEngine, a Homefront: The Revolution le falta un suspiro. Sin poder confirmar fehacientemente la resolución, por experiencia podríamos situarlo tranquilamente en los cómodos 900p. con un framerate desbloqueado, que parece rondar los 30fps, pero que introduce un input lag a la hora del apuntado bastante preocupante. No solo eso, los bugs son numerosos, el juego crashea muy a menudo y las aglomeraciones de enemigos pueden hacer injugable algunas situaciones.
Los detalles del escenario, los cambios climáticos, la distancia de dibujado y el suavizado de la imagen si que destacan y sin llegar al nivel del reciente y apabullante The Division, podemos darnos por satisfechos en ese sentido.
De todas formas, aún quedan varios meses para su salida, y bien es sabido que el aspecto gráfico y su optimización se acentúan sobre todo en la recta final del desarrollo, así que no nos queremos centrar en ese apartado y dar la nota positiva por la aparente estabilidad online y el rápido matchmaking que hemos podido disfrutar.
Resistencia: un cooperativo de moda
Esta nueva generación ha traido definitivamente dos cosas que se están volviendo obligatorias en la mayoría de los grandes títulos: un modo cooperativo y un mundo abierto. El modo Resistencia de Homefront, ajeno a la campaña principal, nos permite a través de una serie de grandes mapas abiertos, acceder con 3 amigos más a unas misiones guiadas, que nos harán recorrer los barrios de Philadelphia, totalmente derruidos, para hacernos sentir verdaderamente dentro de esos grupos guerrilleros que intentan recuperar su propio hogar y conseguir recompensas para personalizar y mejorar a nuestro superviviente de la Resistencia.
Este sistema de juego no tiene pérdida, los objetivos o las zonas están perfectamente señalados en el minimapa y la dificultad la pondrán los enemigos, que con vehículos o mejores armas, intentarán abordarnos con su superioridad numérica, mientras vamos cumpliéndolos hasta llegar al final de la fase (en las dos de la beta, tenemos que acabar prácticamente huyendo). En ocasiones, encontraremos algunas motos, que podremos usar para movernos rápidamente por el escenario, arrollar a los enemigos y porque no, morir rápido por vernos en una emboscada inesperada.
Jugablemente es muy agradable al control y no tendremos novedades importantes, con un control similar al de Call of Duty, pero que se nota un poco más pesado y lento debido a una intención por hacer más realistas los enfrentamientos y que cada nueva habilidad de nuestro personaje, se pueda notar bien al manejarlo. Puede ser que los problemas técnicos nos hayan supuesto un impedimento al principio, pero conforme hemos superado las 2 horas de juego, nos hemos encontrado bastante más cómodos con las nuevas habilidades adquiridas.
La principal novedad a nivel jugable es que hay varias armas “base” que podremos modificar y personalizar en medio de la acción, desde convertir un rifle semiautomático a uno de francotirador o uno automático en toda una ametralladora pesada, para poder adaptarnos en solo unos instantes a cualquier situación. En un momento dado, nos encontrábamos sitiados por el fuego enemigo en plena calle a tiros con las tropas coreanas y un fusil semiautomático parapetados detrás de los restos de una furgoneta. La habilidad de agarrarnos a cualquier borde, nos permitieron encaramarnos al tejado del edificio más próximo para desde allí, barrer a los enemigos más lejanos solo convirtiendo el fusil en uno de cerrojo (que le da más potencia al tiro) y una pequeña mira de medio alcance.
Conclusiones de la beta
Los problemas técnicos nos impiden dar un juicio totalmente justo de Homefront: The Revolution, pero si que tenemos claro que con unos pocos arreglos bien realizados, tiene una buena oportunidad de hacerse un hueco en el mercado, por que pone sobre la mesa un shooter interesante, que se parece bien poco a la primera entrega, más lineal y directa.
Estaremos atentos a los avances sobre el modo campaña, que será una continuación directa del primer Homefront (incluso el mismo protagonista), estamos seguros que para muchos será la parte más importante y la que les haga comprar el juego.
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*Agradecemos a Koch Media y Deep Silver el habernos proporcionado el material para las impresiones de la beta cerrada.