Entre la ROG Xbox Ally X, el aumento de precios de las Series y Game Pass, todo apunta a una consola más cara.
Más historias en la categoría Noticias
- 2XKO confirma su llegada a Xbox Series: el juego de lucha gratuito de Riot Games tiene fecha de lanzamiento
- Tim Cain regresa a Obsidian: el creador de Fallout trabaja en un nuevo juego “imposible de adivinar”
- Netflix compra Warner Bros: qué pasa ahora con Batman Arkham, Mortal Kombat y todas sus sagas
| No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
En los últimos meses, Microsoft ha dejado entrever cómo será su próxima generación de consolas, y todo apunta a que la nueva Xbox podría dar un salto no solo técnico, sino también de precio. La reciente ROG Xbox Ally X, desarrollada en colaboración con Asus, se ha lanzado en Europa por 899 €, un coste que ha hecho saltar las alarmas sobre el futuro rango de precios del hardware de Redmond.
No hay que olvidar que las actuales Xbox Series X y Series S han ido encareciéndose con el paso de los años. La Series S, que debutó en 2020 por 299 €, se encuentra ahora entre 310 y 329 € dependiendo del modelo, mientras que la Series X, originalmente vendida por 499 €, ya alcanza los 599 € en su versión con lector y 549 € en el modelo digital.
Una Xbox más premium… y probablemente más cara
En una reciente entrevista con Mashable Tech, Sarah Bond, presidenta de Xbox, afirmó que la siguiente generación ofrecerá “una experiencia muy premium y de gama muy alta”, dejando claro que Microsoft busca posicionar su nuevo hardware como un producto de referencia dentro del sector.
Si a esto sumamos la reciente subida de precios de Xbox Game Pass, tanto en sus planes mensuales como anuales, el panorama empieza a dibujar un cambio de estrategia: una Xbox de alto rendimiento, más cercana al PC, y con un ecosistema unificado en torno a Windows.
El precio
Teniendo en cuenta estos factores, y el precio actual de la ROG Xbox Ally X, todo apunta a que la nueva consola podría situarse fácilmente entre los 699 € y 899 € en su versión más avanzada. Un salto importante, pero coherente con la promesa de ofrecer “el mayor salto técnico de la historia de Xbox”.
Por ahora, Microsoft guarda silencio sobre detalles concretos, aunque las pistas están ahí: la nueva Xbox no será una consola más, sino una pieza de hardware de alto nivel pensada para un público que busca potencia y versatilidad sin compromisos.

