No nos ha hecho falta mucho tiempo para recorrer todo el contenido de la beta de Destiny 2 de cabo a rabo, os traemos nuestras impresiones de lo que hemos visto en Xbox One. Incluida una pequeña visita a La Granja.
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En el día de su gran presentación ya recopilamos todo lo que sabíamos sobre Destiny 2 y os lo ofrecimos en un completo artículo donde exponíamos si la segunda entrega de la nueva franquicia de Bungie sería para ti y todas las novedades que no encuentres en este avance, como los nuevos tipos de munición. Prácticamente un par de meses después, estamos disfrutando de la mencionada beta para los que han reservado el juego y venimos a contaros lo que os podréis encontrar este fin de semana, en el que pasará a ser abierta para que la probéis todos.
Empezaremos por lo más negativo de la misma y es que si la comparamos con la del primer juego, es bastante más pobre en contenido y en la capacidad de vendernos el juego. Es cierto que una beta no pretende eso ni mucho menos, su cometido principal es usarlo para mejorar la estabilidad del juego final, pero tampoco podemos negar que después de una buena beta abierta, las reservas se multiplican. Lamentablemente, creo que excepto los que hayan disfrutado del primero, el resto pensarán lo evidente: «Es un Destiny 2.0…me aburre…solo me gusta la misión de historia…los gráficos tampoco son para tanto…«.
Es comprensible, pero los propios creadores han confirmado varios asuntos importantes: La build de la beta es de hace varios meses, por lo que solo sirve para testear el tema de matchmaking y servers. Por tanto, cosas como el mal «dropeo» de munición, la ausencia de engramas, el poco daño que hacen las granadas e incluso la criticada dificultad del boss final del asalto, están ya más que arreglados para la versión final. Por esa parte, los que tengan reservado el juego, pueden estar tranquilos de sobra.
Vamos a la parte que interesa a muchos, hasta ahora, en los vídeos mostrados por Bungie y Activision, veíamos un Destiny 2.0 que respetaba demasiado el primer juego en todos los sentidos. Es cierto que al final habían alcanzado un sistema tanto PvE como PvP bastante pulido que solo necesitaba de más contenido, pero incluso gráficamente parecía prácticamente calcado al primero, sin mejoras aparentes. Hoy, después de varios dias, podemos afirmar lo contrario. La versión de Xbox One se mueve perfectamente en cualquier situación, a pesar de ser una beta, estamos hablando de unos «criticados» 30 fps super estables y una resolución muy alta, que según Digital Foundry es de 1080p dinámica, bajando solamente hasta los 1344×1080 en algunas ocasiones.
El hecho de contar con nuevos efectos gráficos, como reflejos o iluminación en superficies, iluminación volumétrica o una representación visual nueva para la trazada de las balas, todo pinta mucho más bonito. Pero, por contra, la ambientación y el diseño de niveles ya no sorprende tanto, la extrema similitud con un juego que aún sigue técnicamente vivo y comenzó en 2014, parece que le pasa factura. No dudamos de la belleza de los escenarios ni de la habilidad de Bungie para hacernos sentir cómodos con ello, sino que simplemente, ya no es una ventaja a tener en cuenta. Eso sí, con respecto al matchmaking, hay que decir que sigue impecable como el primero, sin tiempos de espera apenas, poco lag en las partidas, estable y sin desconexiones. Todo muy correcto.
Si pensáis que por ser un fan total de Destiny pensáis que os voy a contar la bonita verdad del juego, estáis equivocados. Es cierto que la misión principal de la historia proporciona un aspecto más cinemático que la del original, pero una vez más, me voy a apoyar en las dos grandes expansiones lanzadas para el primero. Tanto El Rey de los Poseídos como Los señores del Hierro contaban con historias que no influían en el hilo original, pero con gran cantidad de datos, cinemáticas y escenas conducidas con scripts que resultaban impresionantes. Por tanto, la conclusión es evidente, habrá que esperar realmente al juego final para valorar esto, aunque Bungie ha insistido mucho en que la carga narrativa será mucho más fuerte en esta ocasión. Por lo que sólo nos queda esperar a la versión final que, por supuesto, analizaremos en profundidad.
Lo primero que hacemos nada más arrancar la beta es elegir nuestra clase. Las tres repiten, aunque cada una tiene una subclase nueva que si que podremos usar en la demo. Titan, Cazador y Hechicero vienen por defecto a nivel 20 (seguramente el máximo) y una luz – ahora llamada Poder- de 200, sin posibilidad de cambio. Los cambios no son extremos más allá de los nuevos «super» de cada personaje, que dan la sensación de ser bastante más potentes de lo habitual, eso sí, cada uno con un arma, el Titán usa un escudo a lo Capitán América con daño de vacío, el Cazador una lanza con un devastador daño eléctrico y el Hechicero una espada con daño de fuego. Que las nuevas clases se centren todas en hacer daño sin tener en cuenta alguna que ayude a todo el equipo como una apoyo al combate es algo que le resta valor a la estrategia del juego reduciendo las diferencias entre clases a poco más que el diseño.
En la beta hemos podido disfrutar de un buen e interesante asalto, llamado la Espira Invertida, que nos llevará a Nessus, una de las 4 nuevas localizaciones, que no es de los más entretenidos y sorprendentes que nos pudieran ofrecer, sin embargo, resulta divertido como cualquier otro. Si no sabéis que son los asaltos, porque no hayáis probado la beta, son misiones largas -de 30 a 60 minutos aproximadamente- deberás hacer con otros dos guardianes en las que encontrarás recompensas y uno o dos bosses finales que te pondrán las cosas bastante difíciles. En este caso podemos ver a Protheon, un Vex gigante cuya barra de vida parece por momentos infinita. Curiosamente, el boss final de la primera raid de Destiny era Atheon, ¿serán primos-hermanos?
La parte que nos queda por describir es el multijugador competitivo PvP, que en Destiny se llama Crisol. En esta ocasión hemos tenido dos modos disponibles, el clásico Control, con 3 zonas que deberemos de mantener para subir puntos en el marcador y un nuevo modo llamado Countdown, que va por rondas y el ataque se alterna entre los dos equipos, el que defiende tiene que impedir que el rival ponga una «bomba» en una de las dos zonas disponibles, aunque un equipo elimina a todos los guardianes del otro, la partida habrá terminado.
Tácticamente es muy interesante, ya que premia mucho la cautela, al mismo tiempo que la rapidez al llegar a la zona en la que se encuentre el atacante, además de favorecer el juego en equipo. Desde luego, la reducción a 4 contra 4 ha servido mucho para que no parezca una fiesta de luces o una ensalada de disparos con cada miembro jugando a su bola.
Además, hemos tardado algo más en traeros estas impresiones, debido a que esperamos al domingo para poder entrar una hora en La Granja, el nuevo espacio social que sustituye a la torre en Destiny 2, que estuvo abierto para todos de 19:00 a 20:00 de la tarde, aunque sólo para explorarlo y jugar un poco al fútbol -algo cutre si, pero al menos ahora tenemos dos porterías-, ya que ninguno de los vendedores estaba activo ni había ningún NPC que habitara la zona. La cantidad de guardianes permitida si que era muy superior a la que había en la torre, aunque tampoco vimos que fuera un espacio mucho más grande, teniendo en cuenta que en el primer Destiny con las expansiones ya contábamos con 3 espacios sociales completos. Os dejamos con unas bellas capturas de nuestra visita:
Y eso es todo, aún quedan unas horas para que podáis probar la beta, y encima con acceso gratuito al multijugador sin necesidad de Xbox Live Gold, nos tendremos que esperar al 8 de septiembre para saber más de uno de los eventos del año. Bungie, Activision: Nos nos defraudéis, por favor, confíamos en vosotros.