Desde el anuncio de la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft hay un claro nombre que se repite: Call of Duty.
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Nadie puede negarlo. A pesar de que la compra de Activision Blizzard King incluye numerosas IPs, estudios y empleados todos de auténtico renombre en la industria, siempre sale a escena el mismo actor. Call of Duty es la solución y al mismo tiempo el problema para todos. Tanto Microsoft como Sony, principales afectados por el futuro devenir de la franquicia, saben que tener en sus manos o prescindir de la saga más vendida de los últimos 20 años, es algo de lo que preocuparse seriamente. Sin embargo, la actitud de las dos gigantes, a pesar de las afirmaciones, sigue arrojando incertidumbre al usuario, y me gustaría comentarlo con vosotr@s.
Microsoft ha querido dejar claro por activa y por pasiva que no quiere limitar el acceso a los fans de sus (futuros) juegos. Es, sin duda, la compañía más permisiva de las tres (Nintendo, Sony y Microsoft) en términos de exclusividades. Minecraft, a pesar de ser una oportunidad multimillonaria, ha seguido siendo multiplataforma con todas sus consecuencias y el éxito ha sido claro y contundente. Pero la aparición de Xbox Game Pass como pilar fundamental de la estrategia gaming del gigante tecnológico norteamericano, necesita también del gancho necesario para que, como mínimo, paguemos su cuota. Y eso necesita de «exclusivos».
Por eso, Microsoft empezó a aumentar críticamente su portfolio de estudios con compras continuas hasta el primer gran movimiento: la compra de Bethesda. La magnitud ya era terriblemente grande y dañina en términos de exclusividades para Sony, pero la ambigüedad de Microsoft y su estrategia de no dañar al usuario, sea de la plataforma que sea, ha conseguido mitigar esa sensación. Incluso, para beneficio de esta situación de duda, dos de los exclusivos y curiosamente nuevas IPs de Bethesda, Deathloop y Ghostwire: Tokyo, ni siquiera han llegado aún a Xbox. Pero no podemos negar lo evidente: Que un super RPG AAA+ como Starfield no llegue a PlayStation es un mazazo histórico. Y ahí es donde empieza el drama.
Sony sabe que si Microsoft compra Activision Blizzard también lo puede hacer. Un Diablo solo para Xbox y PC sería demoledor, una futura entrega de Overwatch solo para Xbox, también, pero con Call of Duty hablamos que es en ventas el juego más vendido de PlayStation todos los años, con mucha diferencia -salvo honrosas excepciones-. No sólo haría que muchos fans prescindieran de su PS5, sino que los ingresos bajarían críticamente. Es jodido, pero es lo que hay. Si me preguntáis a mí, lo considero un arma tan potente en términos de exclusividad, que tirar de esa palanca es como si fuera un botón nuclear para Sony.
El destino de Call of Duty y su exclusividad sigue sin estar claro a largo plazo
Las recientes discusiones originadas por los ya conocidos documentos de Brasil han dejado a Sony expuesta y soltando frases tales como «No hay competidor posible de Xbox Game Pass en la actualidad» o «Call of Duty es como un género por si sólo». No en vano, nadie pensaba que Microsoft sería capaz de soltar 68 billones de dólares para comprar este mega conglomerado, que ahora hace que los 7,5 billones de Bethesda, que ya son astronómicos, queden casi ridículos a su lado. Pero claro, esto también es un arma de doble filo, pues estas ventas en PlayStation, a su vez, mantienen los beneficios de la compañía. Tan dependiente se ha vuelto Activision de Call of Duty, que literalmente todos los estudios, exceptuando los de Blizzard, están trabajando en la franquicia.
Y es que Phil Spencer hace tan solo unos días expresaba en un comunicado oficial que la saga no se iba a ningún lado y seguiría en PlayStation «durante varios años». Esto, que parecía un claro movimiento en respuesta a la investigación del organismo competente en Reino Unido de la compra de ABK (Activision Blizzard King), empezó otra especie de discusión, que ha sido Trending Topic durante esta semana, pues Jim Ryan afirmaba que el trato que Microsoft ofrece sobre Call of Duty es directamente «Inaceptable».
Y se va descubriendo poco a poco esa ambigüedad de Microsoft, que desvelaba que Call of Duty llegaría durante 3 años más a PlayStation tras finalizar los acuerdos existentes. No sabemos exactamente el contenido y la duración de esos acuerdos, pero podríamos decir casi con certeza que en los próximos 5 años podría suceder esto. Jim Ryan, evidentemente intranquilo, se queja de esta exclusividad, cuando al mismo tiempo, su propia compañía critica una práctica que es su modus operandi desde prácticamente su nacimiento. Su estrategia de exclusividades en PlayStation que directamente pagaban para que no salieran en otras plataformas.
Es decir, que nos entendamos, Sony se ve visiblemente molesta y reclama que esto es inaceptable, porque Microsoft podría hacer en cualquier momento lo que ellos llevan haciendo años. Sagas como Final Fantasy aún no terminan de recuperar su público en Xbox por temor a perderse entregas, como podría suceder perfectamente con Final Fantasy VII remake o Final Fantasy XVI. Pero claro, esto aún tendría discusión posible si Activision no fuera a formar parte de Xbox, porque claro, ¿alguien vería a Microsoft protestando porque no llega Spiderman a Xbox? Sería una pataleta ridícula. Mientras tanto, el historial de la propia Sony con Activision en los últimos años dice precisamente lo contrario, con modos exclusivos, betas anticipadas y directamente ventajas nombradas literalmente en el juego como «Bonus Playstation» o «Ventajas Sony», que beneficiaban el progreso del propio jugador en PlayStation, con pases de batalla mejorados. Es decir, el problema de Jim Ryan es que si lo hiciera, Xbox podría arrebatarle el liderazgo actual de Sony en el mercado de consolas. Pero claro, ¿quién querría renunciar a eso?
Por concluir el tema, al menos hasta este último comentario de Jim Ryan, aún queda tiempo para que suceda cualquier cosa y parece que el poder afirmar que Call of Duty llegará a ser exclusivo de Xbox en el futuro a medio-largo plazo, aún está en duda. Por una parte, nos gustaría que Xbox usara esta arma, que realmente lo hiciera exclusivo y que los jugadores se dieran cuenta de que existe también esta «otra plataforma». Pero por otra, no ganamos absolutamente nada. Prácticamente, a nadie le importa que esto suceda, porque lo realmente importante, ya está asegurado: Call of Duty llegará a Xbox Game Pass de lanzamiento y sólo eso, ya hará mucho daño a PlayStation.