Siempre hay detractores, pero el estado en que Bungie ha dejado Destiny 2 actualmente es casi perfecto.
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El que me conozca un poco de todos estos años en esta casa sabe que soy un apasionado de los shooters, que me encanta DOOM, Halo, Call of Duty y por encima de este Titanfall o Apex Legends. Pero hay un juego que me marcó sobremanera en mi trancisión de jugador empedernido de PC a consolero puro y duro. Un juego que me abrió las posibilidades de una comunidad nueva, de descubrir cosas que no había visto antes, de estar enganchado como nunca a algo que no era una partida tras otra en el mismo mapa. Ese juego es Destiny.
Junto a uno de mis mejores amigos nos embarcamos en una odisea que nos llevó a un universo creado por Bungie absolutamente fascinante, una especie de Halo con intenciones de MMO que quería comerse el mundo. Como experiencia personal, jamás olvidaré el primer día que terminé “La cámara de Cristal”, creo que no había visto un diseño de misiones en equipo así nunca. Al menos en un título donde la acción es predominante el 100% del tiempo.
Dejando aparcada esta intro personal, el objetivo de este editorial no es el de señalar errores pasados, porque lo digo así de claro, para tener hoy este Destiny, Bungie se ha equivocado prácticamente en todo, excepto en el gameplay, que es el que ha sujetado siempre todo. La manera de obtener el loot, la manera de equiparnos, la manera de subir de nivel… y dentro de cada apartado, también el contenido, remodelando y reformando hasta encontrar el equilibrio más perfecto siempre en sintonía con la comunidad.
Me encantaría irme a lo técnico y empezar a detallar muchas de las cosas que han cambiado, pero esa tampoco es la intención, ya que muchos de vosotros seguramente no sigan Destiny 2 día a día o incluso lleváis años sin jugar. Por eso, como hago en muchas ocasiones, voy a partir en tres las razones por las que Destiny 2 está en su mejor momento ateniéndome a lo más importante: el tipo de jugador. Siempre hay áreas donde mejorar, por supuesto, pero Bungie ha alcanzado un nivel de equilibrio que ofrece diversión para el más casual, hasta los jugadores más hardcore, que siguen quemando horas de pantalla como si no hubiera un mañana.
Gratis para los que solo quieran probar
Uno de los grandes pasos que ha dado Destiny 2 hacia el nuevo modelo de negocio es hacer una parte importante gratuita, como Free-to-Play, para que cualquiera pueda acceder al juego. Bajo el nombre de Destiny 2: New Light, cualquier puede acceder a lo más básico: Las misiones iniciales con las que conocerás tu personaje y tu entorno, los Asaltos y poder participar en el Crisol u otras actividades semanales sin restricciones. Puede ser divertido, sin embargo, es solo un caramelo que te pedirá más conforme descubras las limitaciones.
La gracia de New Light es que ya no hay frontera de pago para disfrutarlo y que a partir de ahí pagarás lo que quieras jugar. ¿Quieres ir con lo último? Compra el pase de temporada. ¿Quieres las campañas? También puedes comprarlas sueltas. Tu eliges el nivel de implicación, o como sucede con los F2P, sufrir y echar muchas horas jugando para subir tu poder sin gastar un centavo. Es complicado, pero no imposible.
Rico en lore y visualmente impactante para los que disfruten en solitario
Desde el primer Destiny, Bungie no ha sabido (o querido) ofrecer una historia lineal que seguir tradicionalmente. De hecho, también se equivocó en esa primera versión del Grimorio, con el lore del juego que ni siquiera estaba en el mismo, si no que había que acceder desde la web. Cada misión, cada nueva campaña si que ofrecía una aventura tradicional. Un enemigo, una amenaza y una manera de resolverlo, pero es el universo de Destiny el que se ha desarrollado de una manera absolutamente sorprendente, dejando que la propia comunidad vaya enlazando historias que lo mismo encontramos en la descripción de un arma, explicándonos todo lo que necesitamos saber.
No es que sea el método preferido para el usuario tradicional, pero otros juegos como la saga Dark Souls si que han popularizado este mismo sistema, que se cuenta de una manera indirecta, pero que forman un puzzle increíble que merece la pena averiguar. Destiny ha evolucionado en este aspecto, ya que ha incluido eventos públicos en directo, misiones u objetivos que aparecen entre todos después de que una sola escuadra en todo el mundo haya terminado una raid, aportando una sensación fresca de que el juego está vivo, a pesar de que -evidentemente- usa una y otra vez los mismos recursos para entrenernos.
Una vez más, seguir las campañas tradicionales, actualmente disponibles “Los Renegados, Bastión de Sombras y Más Allá de la Luz”, te aportará un enorme número de horas que podrás resolver en solitario o en compañía, que te descubrirán más sobre el juego sin preocuparte mucho sobre tu equipamiento, nivel de poder o fuerza. Incluso el Crisol, el modo PvP no tendrá en cuenta estos niveles, y os pondrá a todos igual a igual, para que no sientas esa sensación de ir corriendo a mejorar tu personaje y farmear diariamente.
Y bueno, que decir del apartado visual. Podrá gustarte más o menos, pero absolutamente nadie puede decir que artística y técnicamente Destiny 2 es una maravilla. Llevamos viendo tiempo como planetas del sistema solar se convierten en paraísos anteriormente visitados por el hombre, pero en estos últimos años, localizaciones como La Ciudad Onírica, la mazmorra Profecía o la propia Torre, te dejan con la boca abierta. Con la salida del título en PC, muchos se fueron allí para disfrutar de una mayor libertad técnica así como del teclado y el ratón, pero con la llegada de Xbox Series (aquí me da la risa tonta jojojojojo), como se ve a 60 fps y a 4K. Parece absolutamente otro juego y si no lo has probado en PC aún, la nueva tasa de frames te dejará boquiabierto. Zonas de mundo abierto, grandes llanuras, decenas de enemigos, explosiones, luces, moviéndose con una fluidez pasmosa, merecen la pena de contemplar.
El contenido “hardcore” es el más sorprendente y divertido
Cualquier jugador mínimamente experto en Destiny te lo podrá decir. Hasta que no juegas una Raid, una incursión, no has visto lo que realmente tiene el título para ofrecer. Hay un salto jugable tan grande, unas mecánicas para trabajar en equipo tan originales, que son sin duda el máximo exponente de la pirámide de diversión que ofrece el título. Pero para llegar allí, tendrás que ser un jugador mínimamente curtido, e invertir unas buenas horas en grindear con tu personaje para no ser un paquete al que están reviviendo todo el rato. Por supuesto, necesitarás un equipo de 6 personas para jugar y tener un buena comunicación – en este caso jugar con gente de fuera de tu pais no suele dar buen resultado -.
Son muchas condiciones, condiciones que seguro cumplirás si lo que te gusta es quemar horas delante de la pantalla. Pero si aún así no eres de buscar clan, obligaciones y un vicio constante, Destiny también ha cambiado para tí. Aunque las incursiones sean una pasada, el objetivo principal de completarlas es obtener el exclusivo loot que guardan. Pero el juego ya te ofrece múltiples posibilidades para mejorar tu guardian en solitario y en equipo. Tantas, que te faltará tiempo a la semana para hacerlo todo. Es muy complicado y solo los más expertos consiguen llegar a hacer todo. Mención especial a las Mazmorras, unos eventos que se han ido forjando durante todo este tiempo y ofrecen unas misiones complicadas y elaboradas que son otra delicia de completar, hasta el punto de que las llaman “mini-raids”, porque son para 3 jugadores.
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Armas excepcionales, catalizadores, equipamiento ritual, misiones de las temporadas, secretos escondidos en cada localización, todo lo especial necesita su tiempo para obtenerlo y la recompensa merece el esfuerzo, pero aún más para los jugadores hardcore. Casi se da por hecho que les da tiempo a hacerse todo, pero mientras un servidor por ejemplo consigue un arma de leyenda que no tenía, un jugador hardcore “la farmea”, y la consigue tantas veces como sea necesaria hasta que le salga con las Perks ideales para coleccionar las llamadas God-rolls, configuraciones idóneas que hacen de las armaduras o las armas perfectas para una determinada situación complicada, ya sea en PvP o PvE. De hecho, estos mismos acaban diseñando y equipando su personaje para no sufrir en Las Pruebas de Osiris o el Estandarte de Hierro, los modos temporales del Crisol que si tienen en cuenta nuestro nivel de poder, limitando a aquellos que no son dignos, por decirlo de alguna manera sutil.
Hay mucho de lo que hablar, mucho que enseñar, muchas pruebas que hacer y mucho a lo que jugar en Destiny 2. A pesar de haber quitado la mitad de los planetas, a pesar de no ofrecer una campaña más tradicional, con las nuevas temporadas, la rueda no para. Los personajes siguen ofreciendo sus tramas, haciéndolas incluso más vivas y participativas, en lugar de soltar un saco al principio y dejar a la comunidad sin mucho por lo que volver a los pocos meses. Obviamente te tiene que gustar Destiny, pero sin ninguna duda, el juego de Bungie está en el mejor momento en los casi 7 años que lleva en activo.