Diccionario Friki #7

Una entrega más del Diccionario Friki. ¡No pararemos hasta que las risotadas os desencajen las mandíbulas!

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Confieso que para confeccionar este Diccionario Friki he usado, debido a los pocos recursos mentales de que dispongo, los típicos tópicos sobre los frikis, a los que he envuelto con sarcasmo y espolvoreado unas veces con unas briznas de humor negro y otras veces con unas motas de humor absurdo.

¿Que porqué lo hago? Bueno, hay tres motivos. El primero es para provocar y enfadar a los frikazos que no tienen sentido del humor. El segundo es para hacer reír a quienes sí lo tengan y el tercero es para justificar mi permanencia en SXO cuando se me acabe el rollo del Gears Of War. No he dicho los motivos en orden de preferencia.

Me acabo de arrepentir de haber hecho esta confesión, así que haced como si nada. Seguid con lo vuestro como siempre. Es decir, responded cuando os señalen vuestro barrigón que no vais al gimnasio porque no os gusta el ambiente de prepotencia y testosterona que crean los cachitas, ocultad vuestra alarmante ineptitud social tras una camiseta de esas que dicen el nivel de mago que sois y mantened esa grasa corporal bien caliente, ya se va a acercando el día en que la necesitaréis para parir el fuego eterno que haga frente a las fuerzas de mal, que serán despertadas por una misteriosa estrella caída del cielo una noche tan tenebrosa y clarividente, que todas las mujeres que han aparecido como protagonistas en vuestras masturbaciones acudirán a vosotros en busca de protección y desahogo sexual.

Cosplay

/Definición./

Dentro de la divertida industria del entretenimiento, en la sección en la que los sueños de los jugones se hacen realidad -solo en las primeras entregas de las sagas hasta que triunfan comercialmente y se casualizan-, hay gente cuya pasión por un videojuego desborda su consola con el jugo del amor -o simplemente trabajan de eso- y acuden disfrazados de su personaje preferido de su título predilecto a las ferias o encuentros que se hacen para la comunidad gamer. Eso es el cosplay. Y a quienes lo practican se les conoce como cosplayers.

Ahora bien, no a todo el mundo le interesa lo mismo de este tema. Hay por ahí gente a la que solo le importa la carne de algunas cosplayers. A otros les interesa la calidad y los detalles de los trajes confeccionados, y luego hay quién se disfraza de Chun-Li para ir a comprar el pan. Y ojo, es normal, no vas a gastar tiempo y dinero en un traje que solo te vas a poner una vez en el Madrid Games Week.

/Curiosidad./

Como no podía ser de otra manera, el mundo del cosplay surgió en Japón. En la década de los lisérgicos 70 durante la celebración del Comiket, los japoneses que allí iban lo hacían disfrazados de sus personajes favoritos de manga o videojuegos.

/Prac./

“-Cariño, ¿porqué no te operas las tetas y así te disfrazas de Orihime Inoue y yo de Kurosaki Ichigo en la próxima Comic Con?”
“-Porque luego no sabrías que hacer con ellas.”
“-¡Bankai!”

Final Fantasy

El FFXIII pese a haber sido criticado por los seguidores de la saga, tuvo dos secuelas

/Def./

¡Todavía hay gente que espera el regreso de los combates por turnos en los nuevos Final Fantasy! Que quién los desarrolla actualmente es Square Enix, no Square Soft tíos. Que occidente se ha metido en Japón como la oscuridad en el obnubilado corazón de Mamá Ede, tías. Que a la muchachada de la Generación Z lo de los turnos les sabe a rancio y el día que Square Enix haga sus planes de negocios en base a los deseos del núcleo más duro de sus clientes, en vez de en la mayor parte de su target, no habrá suficiente panacea ni Cura ++ para sanar las heridas autoinflingidas de sus inversores.

Final Fantasy comenzó en Nintendo en 1987, cuando Metallica todavía hacían Thrash Metal. Solo 8 bits fueron suficientes para cimentar los inicios de una saga que ha recogido halagos hasta su décima entrega, y ha terminado con Lightning mirando modelitos en el armario para reventar bestias lo más cuqui posible mientras recorría pasillos.

Los fans que entraron en contacto por primera vez con esta saga de la mano de la séptima, la octava o la novena entrega, añoran o exigen, depende del grado de sectarismo de cada uno de ellos, el regreso de los combates por turnos, la libertad de acción y la exploración que desaparecieron en la última entrega importante de la franquicia, Final Fantasy XIII. Por lo que parece este año tendrán dos de las tres peticiones en la decimoquinta parte.

/Curiosidad./

¡Había una canción de metal en la banda sonora oficial de Final Fantasy XIII-2! Crazy Chocobo se llama el temazo y cuando sonaba en el videojuego era como para volverse loco. En el buen sentido claro.

/Prac./

“Quiero ganarme el amor de mi hijastro aunque sea a golpe de talonario. Su madre me ha dicho que es fan de los viejos Final Fantasy, así que le he comprado el Lightning Returns: Final Fantasy. ¡No puedo fallar con esto!»

Marius Tito

/Def./

Pongámonos serios. Pues una Diosa antigua, de sinuosas curvas y cristalina mirada, ha tomado a un soldado romano como su protegido para desbaratar los planes que Plutón ha tramado para corromper el Imperio Romano y así acrecentar su dominio más allá del inframundo.

Marius Tito tendrá una guía divina que le mostrará el camino pero será su sed de venganza personal la energía que lo hará andar. Su pasión surgirá de lo más profundo de su ser para unirse con su fuerza y terminar con todo aquél que se oponga a su avance.

Al final, pese a que la luz ilumine su alma, la negra niebla del sueño eterno siempre hace presencia para culminar lo que de otra manera solo sería una solución temporal al mal que logra unir de la peor de las maneras a los dioses y a los humanos. La sed de la venganza solo desaparece con el sabor de la sangre derramada con ardiente furia.

/Prac./

«La espada de Damocles volvió para segar las vidas de los verdaderos enemigos de la República en las entrenadas manos de Marius Tito.»

Punto de control

Ser gamer en los ochenta sin puntos de control no era cosa fácil.

/Def./

“Espera que llegue al punto de control” debería venir de serie en las lápidas de todos los jugones a modo de resumen certero de su apasionante vida virtual. Primero se lo decíamos a nuestras madres cuando nos llamaban a cenar y ahora a nuestras parejas cuando nos llaman para lo que sea. Y tanto unas como otras siguen pensando que es una mala excusa que usamos para continuar jugando, aprovechando que ellas -o ellos- no dominan ni el botón de encendido de la consola.

Pero en realidad el Punto de control es nuestra salvación. Es una mano amiga que te agarra con seguridad cuando te resbalas con una roca casi suelta cuando no quedaba nada para terminar de escalar el barranco. Es el rayo que abre el cielo y fulmina a tus enemigos justo antes de que recibas la estocada final. La talla XXXL de la camiseta de Vault boy con la Nuka Cola que vestirá tus michelines con lujuriosa elegancia.

El punto de control no es otra cosa que un guardado automático que hace el juego cuando llegas a un determinado punto salvando todos tus progresos del abismo que es el olvido. ¿Qué podría pasar si te apagan la consola sin haber llegado al punto de control? Pues que, lógicamente entrarás en modo berserker porque habrás perdido varias horas de progreso en las que podrías haber superado un nivel que creías imposible, o podrías haber conseguido algunos objetos del copón bendito o cualquiera de esas cosas que a nosotros nos rompen el corazón, y al resto del mundo le da igual porque no conocen el esfuerzo de cargarse a un dragón celestial en modo pesadilla sin provocarse una hernia.

/Prac./

“Nunca me entenderás ni comprenderás del todo quién soy hasta que te llame yo a ti para que vengas mientras estés jugando a la Xbox, y vaya a apagártela cuando te queden menos de cinco segundos para llegar al punto de control. Cuando sientas la frustración y la ansiedad recorrer tu cuerpo por lo que has perdido, horas que ya jamás recuperarás y que ahora son un regalo para La Parca, objetos legendarios que nunca más serán forjados de nuevo y enemigos casi imposibles de matar que habré revivido al apagar la máquina. Entonces, solo entonces entenderás porqué te acabo de llamar hijo de cuatrocientas mil putas y he escupido en tu cena.”

FIN DE LA SÉPTIMA ENTREGA #7

Hasta aquí ha llegado el humor de calidad en SXO. Desde ahora y hasta dentro de catorce días os tendréis que conformar con el cutrísimo humor blanco, carente de cualquier tipo de sarcasmo, con el que el staff de SXO estropea muchas de las noticias que se publican en esta web. ¡Aguantad! Ah, recordad que si queréis que una palabra aparezca en esa sección podéis proponerla en los comentarios de esta entrada o en las redes sociales de SXO.