Coffin Dodgers es uno de los juegos de karts con el puno de partida, o argumental, más divertido y original de los últimos años. Si eres forofo de este tipo de juegos no te lo puedes perder, pero ten siempre en mente que no ha llegado para coronarse como el...
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Con este repunte que están viviendo los juegos indie en la actual generación, pasa que en muchas ocasiones se te asigna un juego para analizar y resulta que no habías escuchado nada de él con anterioridad. Esto no es que pase por falta de profesionalidad, ya sabéis que en Solo Xbox One estamos bastante al día de prácticamente todo lo que se cuece en nuestra industria favorita y que nuestra trupe de redactores cubren las noticias día a día tanto de los juegos más esperados como de los triples A inminentes y, por supuesto, de los juegos indie que cada vez llegan en mayor número.
Es por ello que, a nivel individual, se te pueda escapar alguno de los de este último grupo y desconozcas su lanzamiento e incluso su mera existencia. Y sucede a veces que, cuando nuestro querido e idolatrado jefe de redacción te señala con su magnánimo y todopoderoso dedo mientras te dice: «Tienes que analizar tal juego«, pues resulte que el juego tal te suene a chino. Es entonces cuando arrancas el navegador web de tu PC y le dedicas unas plegarias a San Google para que arroje un poco de luz sobre los orígenes y la temática del juego que tienes entre manos. Lo que encuentres luego puede horrorizarte o despertar tu curiosidad, y esto es lo último que le ha sucedido a este humilde redactor cuando conoció el título del juego que le iba a tocar analizar: Coffin Dodgers.
Y es que el nombre tiene miga. Traducido al español sería algo así como Evasores de ataúdes, así que ¿quién es el guap@ que no sentiría curiosidad por conocer un poco más sobre él? Así que eso hice, y más perplejo aún me quedé cuando descubrí que se trataba de un juego de carreras de karts pilotados por simpáticos abueletes que compiten contra la mismísima Muerte, la cuál se llevará el alma de los perdedores de cada carrera. Es por ello que los corredores pondrán toda la carne en el asador, ya que no solo pueden quedarse fuera del podio, sino que se están jugando su propia vida.
Apartado Técnico
He aquí un ejemplo de cómo se puede ir al traste una idea tan original como la premisa de la que parte Coffin Dodgers, y es que el aspecto gráfico del juego es más similar al de la pasada, e incluso nos atreveríamos decir que al de la antepenúltima, generación. La paleta de color se ve demasiado apagada para un juego con estética cartoon y el motor de colisiones no siempre funciona del mismo modo. Así mismo, hemos experimentado bajadas de frames tan brutales que el juego llega a detenerse por completo durante un par de segundos. Bien es cierto que estas congelaciones se producen muy esporádicamente, pero están ahí y no podemos ignorarlas. A eso hay que sumar que gráficamente resulta demasiado pobre y que los escenarios están bastante vacíos y carentes de detalles. Tres cuartos de lo mismo sucede con las explosiones, colisiones y los efectos lumínicos de los power ups, carentes por completo de espectacularidad.
Musicalmente tampoco destaca demasiado. No son muchas las melodías que escucharemos y los efectos de sonido se limitan a cumplir su función sin demasiadas florituras. A todo esto, los personajes solo emiten gemidos y poco más. Con lo que hubiese molado que soltasen improperios cada dos por tres… No escucharlos soltar exabruptos viejunos (léase «malandrín», «recórcholis», «repámpanos» y demás) les resta mucho carisma y uno se queda con la sensación de que no se ha explotado un recurso tan original como es el de poner al volante a una panda de yayos recién salidos de la residencia local. En cuanto a los textos no vienen traducidos al español, pero teniendo en cuenta que es un juego de carreras tampoco es algo por lo que debamos rasgarnos las vestiduras, ya que los menús contienen la típica terminología del género que ya todos conocemos.
Jugabilidad
Este es el apartado menos destacable del Coffin Dodgers, ya que toda la originalidad que aporta en cuanto a diseño de personajes y del concepto del que parte, a nivel jugable es un título más de los tantos que hay en el mercado. No aporta frescura en cuanto a mecánicas ni modos de juego, así como los power ups son muy brutos (ver a una abuela reumática perseguir a su rival mientras empuña una uzi para defenestrarlo tiene su gracia), solo que les falta espectacularidad y efectismo en su ejecución, sin olvidarnos de que a veces no responden como debieran.
Por otra parte, los tirones que da el motor del juego, aunque ya hemos dicho que son esporádicos, cuando se producen rompen completamente la dinámica de la carrera. Otro aspecto a pulir es el motor de colisiones, que no siempre responde del mismo modo. Habrá momentos en los que un impacto frontal contra una valla nos catapulte fuera del circuito y habrá otras en las que un impacto de las mismas características te haga rebotar como si fueses una bola de pinball o que te reconduzca y redirija la trayectoria de tu kart hacia la pista como si no hubiese pasado nada.
Pese a todo lo que hemos comentado hasta ahora, hay que destacar que Coffin Dodgers no solo tiene su chispa y un gamberro sentido del humor, sino que es divertido de jugar, sobre todo en compañía. Y es que lo que sí que ha conseguido inocular el estudio en su obra es ese pique insano que se produce en este tipo de juegos cuando tu pareja, tu colega o tu hermana te lanza un cohete y pasa por tu lado robándote el puesto que estabas defendiendo e incluso arrastrándote al último puesto si tenías al resto de rivales pisándote los talones. A partir de ese momento, aunque seas la mejor persona del mundo, comenzará tu particular venganza y tu objetivo dejará de ser el de ganar la carrera para centrarte en encontrar al malandrín que te ha vapuleado y vengarte sin ningún tipo de escrúpulos.
En cuanto al sistema de control, es uno de los juegos de carreras más casuales que hemos tenido la ocasión de probar en esta generación. No hay que escoger cilindrada, ni diferentes tipos de cambio ni nada de nada. Solo tienes que acelerar y frenar cuando lo consideres oportuno, aunque la dirección está tan guiada que es bastante difícil salirte de la pista incluso sin frenar ni en las curvas más cerradas. Además, si mejoras el kart con las monedas que consigas, el control mejora aún más y llega un punto en el que puedes acabar la carrera sin frenar y sin tener que soltar el botón de aceleración.
Otro punto mejorable es que a pesar de que tienes a tu disposición ocho personajes diferentes para elegir, todos tienen las mismas características. No hay un personaje que derrape mejor que otro ni ninguno que acelere más que los demás, así como todos conducen el mismo tipo de vehículo, con lo que el hecho de elegir un piloto u otro va en función de la simpatía que te transmita el diseño de cada uno de ellos. El único personaje más destacable en cuanto a diferenciación es La Parca, que en lugar de un bastón o una muleta, utiliza su guadaña para los ataques cuerpo a cuerpo.
Duración
Coffin Dodgers dispone de una variedad de modos de juego considerable. La estrella es el modo historia para un jugador, el cual, lamentablemente, se hace extremadamente corto. En apenas dos o tres horas puedes ventilártelo y con medalla de oro en cada pista sin despeinarte. El problema es que como no existen diferentes modos de dificultad, una segunda vuelta al modo historia no tendría demasiado sentido salvo que desees ver el segundo final. Tras pasarte el juego por primera vez desbloquearemos a La Parca y, si completamos el modo historia una vez más, podremos visualizar el hilarante desenlace que augura jugosas sorpresas de cara a una segunda entrega.
El resto de modos (Time Trial, Mundo Abierto y Carrera Individual) son demasiado insulsos como para dedicarle mucho más tiempo, y el multiplayer a cuatro es a pantalla partida, lo que es una lástima. Además no se han incluido más modos de juego para disfrutar en compañía. Un modo torneo habría sido un gran acierto, así como un cooperativo por equipos o cualquier otro tipo de modo de los que se suelen incluir. Esto habría alargado mucho más la vida útil del juego más allá de lo que da de sí el modo historia, aunque cierto es que existen bastantes probabilidades de que lo desempolves de vez en cuando para jugar un par de carreras puntuales con los amigos.
Conclusión
Coffin Dodgers es uno de los juegos de karts con el punto de partida, o argumental, más divertido y original de los últimos años. Si eres forofo de este tipo de juegos no te lo puedes perder, pero ten siempre en mente que no ha llegado para coronarse como el rey del género. Garantiza mamporros y risas a gogó, además de los típicos piques si te sacan de la pista de un cohetazo en la chepa.
Desafortunadamente se queda muy atrás a nivel técnico si lo comparamos con otras propuestas similares dentro del género de las carreras de karts y, salvo el modo historia (que poco más de tres horas va a durarte), el resto de modos de juego son demasiado simples e insulsos. Ni el carisma de los yayos protagonistas consiguen aupar el conjunto de un proyecto que podría haber dado mucho más de sí.
*Gracias a Wales Interactive por proporcionarnos el material para la review.