Una anécdota histórica sale a la luz: Morrowind usaba reinicios invisibles en la Xbox original.
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La primera Xbox tuvo una vida llena de historias curiosas, pero pocas tan llamativas como esta. Una anécdota contada por Todd Howard hace años ha vuelto a circular gracias a la comunidad, y confirma algo que parece casi imposible hoy en día: The Elder Scrolls III: Morrowind reiniciaba discretamente la consola durante algunas pantallas de carga para recuperar memoria sin que el jugador lo notara.
El detalle fue verificado por Modern Vintage Gamer, que analizó el comportamiento del juego y confirmó que efectivamente se producía un reinicio silencioso del sistema. En su época, sin parches del día uno ni actualizaciones constantes, los desarrolladores improvisaban soluciones muy creativas para conseguir que proyectos ambiciosos funcionaran en hardware muy limitado.
Una solución extrema para un hardware muy ajustado
La comunidad ha aprovechado la anécdota para comentar el contraste con el desarrollo moderno. Algunos usuarios recuerdan que los equipos eran más pequeños, el tiempo de producción más corto y los trucos técnicos mucho más arriesgados. Para muchos, es un ejemplo de hasta dónde llegaban los estudios para que un juego exigente como Morrowind pudiera moverse en la consola de 2001.
También se ha abierto un debate sobre cómo la llegada de las actualizaciones constantes ha cambiado la industria. Antes, un fallo en el disco significaba que el juego salía mal para siempre; ahora, los estudios cuentan con parches y mejoras posteriores, lo que reduce la necesidad de recurrir a soluciones tan drásticas como reiniciar una consola sin avisar al usuario.
Al margen de opiniones, lo que está claro es que Morrowind dejó huella tanto por su ambición como por las técnicas casi imposibles que permitieron hacerlo realidad en la Xbox original. Una curiosidad que recuerda lo diferente que era el desarrollo hace dos décadas.

