Una de las polémicas de estos primeros meses, es la aparente incapacidad de XBOX One de alcanzar la ansiada resolución que se ha establecido como principio fundamental de la nueva generación.
Desde Microsoft, su director de desarrollo, Boyd Multerer, se ha mostrado confiado en que XBOX One vaya a poder alcanzar en un futuro la ‘dichosa’ resolución de 1080p que parece haber sido impuesta como un principio fundamental para los juegos de la nueva generación. Multerer se muestra plenamente confiado en que XBOX One comenzará a desplegar juegos en esa resolución cuando los desarrolladores tomen las riendas que permitan aprovechar los recursos de XBOX One, como la eSRAM y la GPU.
Parece que Multerer ha insistido en la necesidad de ser pacientes, ya que “este hardware es básicamente como un horno, lo que viene después de descubrir las mejoras técnicas de software que están siendo distribuidas darán una ventaja para conseguir esa ventaja, sobre todo, en el orden de los datos, por lo que el flujo de estos a través de las cachés se hará de forma correcta y ahí es donde hay muchas oportunidades” para conseguir hacer funcionar de forma óptima el hardware de XBOX One.
Todos los argumentos que se emplean, se centran en la continua evolución del hardware, de cómo se está trabajando para ofrecer herramientas que permitan optimizar el rendimiento facilitando recursos con el fin de “sintonizar estos conjuntos de datos para obtener el máximo uso de las GPU”, aunque actualmente plantea una incongruencia en términos de calidad cuando expone que “parte del problema viene de la pregunta que hace referencia a la calidad o al número de los pixeles, ambos son factores interesantes”.
Del mismo modo, se puede argumentar que la mayoría de motores gráficos que se han venido empleando, son motores gráficos que surgieron desde el desconocimiento de los recursos que se establecieron como fundamentos para el rendimiento de XBOX One, y Multerer se muestra confiado en que estos motores puedan optimizarse ahora, a sabiendas de que existen esos recursos. Pone como ejemplo Frostbyte, el cual, ha mostrado un gran potencial previo al lanzamiento de Battlefield 4, y Multerer confía en que “una vez que estos motores y sus desarrolladores, como la gente de Frostbyte, quieran centrar su trabajo en la actual arquitectura de GPU, los títulos que desarrolle la empresa comenzarán a aprovechar bien los recursos disponibles y mejorarán”.
No obstante, esta semana está siendo propicia para que los estudios muestren sus motores gráficos, las evoluciones que comienzan a despejar el futuro gráfico de los desarrollos que están por venir. Presumiblemente, estos nuevos motores gráficos presentados en la Games Developer Conference han tenido en cuenta los nuevos hardwares, así que es de esperar, que su uso, ofrezca al menos, la resolución esperada, pero en cualquier caso, no de cualquier manera, ya que si mejorar la resolución implica bajar la calidad, como se ha dado en varios ejemplos, no parece del todo lógico.
Por último, la presentación de DirectX 12, DX12, parece ser una nueva vía que abre las posibilidades de que los ansiados 1080p puedan ser posibles, si bien, la comunión de AMD y Microsoft está deparando grandes sorpresas en aspectos relacionados con el rendimiento potenciado de CPU y GPU de AMD combinados, el que fuese conocido como mantle, presentado como parte fundamental de DX12. De esta unión, podría surgir la clave que, adaptada a XBOX One, permitiese optimizar el rendimiento gráfico entre un 10-15%.
Muchas son las posibilidades, no menos las dudas, pero parece que si no se alcanza esa fastuosa cifra, siempre podremos disfrutar de los juegos por la diversión que ofrecen, porque el espectáculo, igualmente, esta servido.