Bioshock vuelve por todo lo alto a la nueva generación. Os dejamos todo lo que necesitas saber sobre Bioshock: The Collection, ¡bienvenido de nuevo a Rapture, bienvenido de nuevo a Columbia!
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Flechazo: Definimos flechazo como aquel instante en el que tu cuerpo se exalta al darse cuenta de que ha quedado totalmente anclado a una emoción, a veces casi visceral, por alguien o algo. Si bien vuestro primer amor o no tan primero, fue un flechazo en toda regla, tenemos la suerte de que esta sensación de éxtasis no ocurre sólo en compañía, sino también ocurre con otros contenidos. Bioshock, sin duda para muchos, fue un flechazo en toda regla. Una de las sagas más queridas de la pasada generación y que a día de hoy sigue coleccionando adeptos, tantos como jugadores que se prestan a probar una de las experiencias en videojuegos más completas, tanto en jugabilidad como en narrativa.
Bioshock marcó para muchos la forma de contar las cosas. La utopía hecha distopía a partes iguales, personajes tan enigmáticos como el propio protagonista, la inmersión tan profunda que de hecho te hacía llevar a lo más hondo del océano. Una saga a la que no le falta de nada, ni desde personajes carismáticos, a una historia profunda y enigmática, con una atmósfera envidiable en prácticamente en todos los casos, y que es referente a día de hoy para muchos amantes del género.
Ken Levine fue el artífice principal de que Bioshock saliera a la superficie – qué símil tan adecuado-, y que a día de hoy sigue dando trazos en hacer la saga aún más accesible a todos. Muchos sabréis que SystemShock es prácticamente el antecedente a lo que hoy conocemos como el Bioshock de 2K Games, y tiene cabida en todos los rincones que observamos en Bioshock. Para poneros en situación, tenemos que remontarnos a 2007 para hablar por sí mismo de lo que es Bioshock. Lanzado este año, no fue un juego que llamase la atención al gran público, pero que consiguió lo que se veía imposible – casi tanto como Andrew Ryan levantando Rapture-, consiguió que un juego distópico con grandes tintes moralistas se alzase en un juego casi que se plantea como de culto para aquellos que comienzan a adentrarse en los mundos de los jugadores.
Tras descubrir lo que entrañaba Rapture, 2K Marin pensó que no era suficiente, y explotando su baza más característica, lanzó en 2010, Bioshock 2, haciendo que nuestro protagonista descubriese lo que es realmente ser un Big Daddy. Pero el cuento parecía que iba a tener un nudo argumental bastante distinto en cuanto al recibimiento del primer Bioshock, y es que su secuela no pareció estar a la altura – o al menos eso opinan muchos-, de la primera entrega. Ken Levine no apareció en la cita del desarrollo de Bioshock 2 y es a lo que apunta estos pequeños huecos de guion, aunque no os vamos a engañar, sigue siendo un juego de pies a cabeza.
Finalmente, en 2013, generando hype y tras muchísimos cambios durante su etapa de desarrollo, Bioshock Infinite echó a volar en el mercado, brindándonos a muchos la fresca esencia de Levine, elevándola a las nubes de Columbia y respirando aire totalmente fresco. Una propuesta interesante que nos dejó una de las mejores IA’s sobre aliados que podremos ver en los últimos años de los videojuegos.
Bioshock: The Collection es la forma definitiva de experimentar todo lo que hemos vivido los más fans de Bioshock en prácticamente 10 años de vida, y da pie a aquellos que no han jugado a hacerlo de la mejor manera posible, y es adaptada a esta generación. Posiblemente haya sido el remaster más rumoreado y filtrado de toda la historia, pero la verdad es que ha merecido la pena la espera, viendo un resultado, al menos en muchas ocasiones, muy bien pulido. El agrio sabor del pasado entre plásmidos y vigorizantes vuelven a repetirse en nuestros mandos, aunque ya sabéis, “la única diferencia entre pasado y presente es semántica”. ¡Bienvenido de nuevo a Rapture, bienvenido de nuevo a Columbia!
Apartado Técnico
Agarraros bien fuerte a vuestras Batisferas y ajustaros el respaldo de vuestro sillón, porque si podemos hablar intensamente de algo en un remaster, es de su apartado técnico, y Bioshock: The Collection tiene matices a tener en cuenta si realmente queréis haceros con él. Como sabéis, Bioshock: The Collection trae los 3 juegos de la saga, reunidos en un mismo título.
El primer matiz a tener en cuenta es que Bioshock 1 y 2 vendrán en un mismo disco de instalación, mientras que Bioshock Infinite tendrá el suyo propio, y aunque los primeros títulos vengan en el mismo disco, en vuestra Xbox One aparecerán los dos juegos separados, algo que agradecemos y que muchos amantes de los Logros también lo tendrán en cuenta, ya que esto permite que este sistema se mantenga como un juego original y no la “Colección” propiamente dicha, un punto a favor.
Pero metámonos de lleno en lo gráfico, que al fin y al cabo, es una de las cosas que marcan la diferencia. 2K Games prometió que Bioshock: The Collection nos traería toda la experiencia en 1080p y 60 frames por segundo, y no se ha equivocado. En cada uno de los títulos se aprecia perfectamente esta mejora de rendimiento que hace que los juegos se vean realmente como de nueva generación, además, si a muchos os parecía tosco el sistema de apuntado de los primeros Bioshocks, estos 60 fps lo hacen bastante limpio y mejora considerablemente.
Bioshock 1 y Bioshock 2 son el ejemplo perfecto de hacer un remaster bien hecho, los 60 fps son prácticamente inamovibles, aunque sabemos que las zonas son cerradas, no hay caídas en prácticamente ningún momento del juego, aún con varios splicers dándonos la vara. Además, el remodelado de las texturas de dos juegos de 2007 y 2010 respectivamente se nota, y mucho, sobre todo a la hora de ver las ejecuciones de los plásmidos, los colores o también a los propios NPC’s. Una delicia jugable si hablamos de remaster, aunque algo más turbia si hablamos de los efectos del agua, que aunque en su momento fuesen una auténtica revolución, ya se dejan ver los estragos del tiempo.
La mala pata se la ha llevado Bioshock Infinite, si bien, también tenemos los 1080p y los 60 fps, estos últimos parece que se van a dar una vuelta a ver el paisaje de forma bastante frecuente, y en muchas ocasiones habrá una bajada bastante notable de estos, aunque lo peor parado se lo lleva en los momentos de lucha, cuando muchos enemigos se nos acumulan en las zonas más amplias del juego –sobre todo cuando hablamos de la mitad- final del juego, en zonas como Emporia-, donde más de una vez se nos ha hecho un freeze de un segundo la mar de rico que obstaculiza bastante nuestro juego, además, en estas zonas la frecuencia es mayor, así que no os extrañe pegar algún que otro ‘rage scream’, porque a veces tendréis ganas.
No podemos terminar de hablar del apartado técnico sin mencionar la Banda Sonora Original, intacta de los juegos originales y que aún se nos pone la piel de gallina al escucharla. Sin duda os hará estremeceros en vuestro sillón al volver a escuchar las melodías y los chirriantes gritos de Songbird o de los Big Daddys.
Jugabilidad
Bioshock 1 y 2 nos lleva a lo más profundo del fondo marino, a la imposible Rapture, regentada por Andrew Ryan, que tras sumergirnos allí parece que no queremos escapar, o al menos aquellos que se sientan cómodos con todo tipo de splicers al lado. Bioshock Infinite, mientras tanto, nos eleva a las nubes de Columbia y nos hará explorarla hasta encontrar a la chica y saldar nuestra deuda. Historias diferentes, distintas formas de contarlas, pero siempre con la esencia mística que lleva detrás un Bioshock. Es realmente complicado poder analizar la jugabilidad de los juegos por separado, puesto que hay muchos matices iguales.
Comenzando por los plásmidos y vigorizadores, dos ideas parecidas ejecutadas de forma distinta y que funcionan de la misma manera, para los más nuevos, son una especie de “poderes” hechos por mutación genética inmediata –en el caso de los plásmidos- o tras beber un sorbo de lo que son llamadas “sales” – en el caso de los vigorizantes-. Ambos, son parte importante de la distinción del juego, y es una mecánica que deberemos intercalar con nuestras armas –uno de la mano derecha y otro en la izquierda-. Disfrutad del Electrorayo, del Jinete eléctrico, del Remitente y de mucho más, porque vuelven a la carga.
Si bien a muchos no le gustó el sistema de combate o más bien las características de apuntado del first person shooter de los primeros Bioshock, no os preocupéis, porque con los 60 fps no tendréis que hacer “el truco de la sensibilidad” para hacerlo algo más manejable. La experiencia es añeja pero restaurada por completo y se os hará muy cómodo jugar en Rapture, lo que hará que tengáis que elevar el nivel de dificultad para aquellos que ya estáis acostumbrados al manejo de los Bioshocks.
Tampoco a la cita podía faltar Elizabeth –en Bioshock Infinite-, prácticamente el mejor personaje no jugable aliado que podríamos ver, tiene tanto peso en la historia como el propio protagonista, te ayuda a desbloquear nuevas zonas, y a veces es prácticamente indispensable en los combates. No es una IA tosca que entorpezca la experiencia del jugador, sino que la alimenta y la nutre, sobretodo jugablemente. Si bien, lo interesante de vagar por Rapture es sentirte solo, en Columbia las calles no serían lo mismo sin Elizabeth.
Algo que tenemos que comentar de forma obligatoria es que Bioshock: The Collection no deja hacer ningún tipo de captura, ni en forma de imagen ni en forma de vídeo. Os daréis cuenta nada más comenzar, puesto que la opción ni aparece al darle a la opción de capturar imagen/vídeo. Un punto negativo que se suma también a hacer streaming directamente desde el juego, por capturadora sí podrá hacerse. Si teníais ganas de presumir de paisajes, tendréis que esperar a que esta opción esté disponible, aunque de ninguna manera está confirmado que esto pueda llegar a hacerse realidad.
Pero si hablamos del remaster, tenemos que hablar de lo que nos proporciona totalmente nuevo. La experiencia de Bioshock es totalmente completa con The Collection, puesto que todos los DLC’s y contenido individual está disponible en el juego, en cada uno de ellos. Es por tanto, que en Bioshock encontraremos una de las propuestas de contenido más interesantes del juego “El museo”. Una zona aparte del juego, explorable, donde Rapture se convierte en un museo donde se exponen todos los proyectos, modelos e ideas iniciales y otras locuras que el equipo de Bioshock tenía pensado originalmente, aunque ya veremos que todo ha cambiado mucho. Aparte de esto, también abre una zona de desafíos, que también es independiente de la historia principal, y nos permitirá abrir una serie de desafíos con el fin de aumentar nuestro número de horas en el juego.
Bioshock 2 tampoco se libra de este añadido, y reúne sus dos DLC lanzados hasta la fecha, Minerva’s Den y The Protector Trial, donde nos supondrá más nueva historia y mecánicas, además de nuevos roles dentro de los Big Daddy’s. Estos DLC gustaron mucho en su momento y también se ven reflejados en esta colección.
Para terminar, Bioshock Infinite también reúne sus 3 DLC lanzados hasta el momento, desde el más arcade, Entrenamiento en las Nubes –muy parecido al concepto de la zona de desafíos de Bioshock- hasta los dos Panteones Marinos, dos DLC’s cargados de historia que no os queremos destripar porque merece muchísimo la pena, algo que con The Collection es casi indispensable jugar, puesto que zanja por completo todos los cabos sueltos que deja Bioshock Infinite en su historia principal, además, veremos a una nueva Elizabeth muy interesante. Aparte de eso, también tendremos ‘Columbia’s Finest‘, que nos proporcionará atuendos exclusivos y disponibles desde comienzos del juego, algo que hará más fácil la experiencia, aunque siempre podréis prescindir de ella si queréis.
Duración
Como hemos dicho, Bioshock: The Collection hace expandir sí o sí al completo todo el universo creado por 2K y Levine de la mano. El círculo es cerrado de principio a fin, acabando por los DLC de Panteón Marino. Ya sabéis que la historia de cada uno de los juegos es bastante extensa, puede ser de 12 horas o algo más a 8 si sois más avispados. Si hacemos el cambio con los 3 juegos, cada uno con su extensión original, la cifra de diversión se nos va por las nubes. Por no hablar también del modo 1999, en Bioshock Infinite, una opción que se desbloquea al completar el juego por primera vez en cualquier dificultad, y que lo hace una experiencia más intensa.
Luego, habrá que añadir toda la experiencia medida en DLC’s y contenido adicional, que en muchas ocasiones llega a ser infinita, como es el caso del Entrenamiento en las Nubes y como con las Zonas de Desafío. Por no hablar de los DLC de historia, que cada uno de ellos nos puede dar perfectamente para 2-3 horas cada uno, por no hablar de lo bien que cierra la historia, que ya de por sí es algo que todos debéis ver.
Haced vuestros cálculos, pero parece casi incuestionable que con Bioshock: The Collection tendréis Splicers, Vox Populis, policías de Comstock, Big Daddy’s y mucho más para largo y tendido.
Conclusión
Seáis o no fans de Bioshock, The Collection es casi un must en cuanto a remasters a tener en esa generación. Si bien, a título personal, los remaster comienzan a no tener cabida en nuestras nuevas consolas, Bioshock: The Collection ofrece todo el contenido, además de unos coleccionables en forma de vídeos de comentarios de los directores, donde nos destripan las curiosidades y entresijos de la saga.
Su apartado técnico, mejorado y pulido en cada uno de los títulos, y con un rendimiento más que sobresaliente en Bioshock 1 y 2, hacen también que la experiencia valga la pena. Una absoluta pena que en Bioshock Infinite tire a mediocre, puesto que las caídas de frames realmente son insufribles en ciertos momentos. Además, añadiendo que la imposibilidad de hacer capturas o streaming hace que perdamos una función casi fundamental en el día a día de nuestra consola.
Igualmente toda la esencia de la saga sigue ahí y la experiencia es absolutamente completa para un remaster que llega al mercado a 49’99 euros, un precio más que modesto si tenemos en cuenta todo el contenido que ofrece, además de que son 3 juegos de base, nada más y nada menos.
Es el ejemplo de un remaster bien hecho, no solo por lo técnico, que tiene sus huecos, sino porque toda la esencia de la saga está ahí dentro, en dos discos que los fans de los logros agradecerán, ya que se mantienen individualmente en cada juego. Si estabais dudado en darle una oportunidad, es el momento, ¿quieres?
Pros | Contras |
* Experiencia completa de todos los Bioshock. | * Imposibilidad de hacer capturas o vídeos. |
* Los tres juegos a 1080p y 60 fps… | * … aunque deja mucho que desear en Bioshock Infinite. |
* Añadidos todos los contenidos hasta la fecha, incluyendo coleccionables nuevos. |
* Gracias a 2K Games por habernos proporcionado el material para la review.