Anarcute nos pone a los mandos de una manada de simpáticos animalitos revolucionarios que plantan cara al poder para liberarse del yugo de sus opresores. Con un tono cómico y desenfadado, podremos recorrer cuatro ciudades en las que podrás liarla parda y enfrentarte a las autoridades para reivindicar tus derechos...
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Vivimos en una sociedad que no se levanta ni reivindica sus derechos, pisoteados por los poderes fácticos. Nos da igual que el gobierno esté corrupto, podrido, y nos importa un bledo que la lucha de clases la ganen los poderosos. Vivimos dormidos, sin abrir los ojos a la realidad y con miedo a los cambios. Anquilosados y amoldados a la resignación, vemos pasar los titulares más denigrantes respecto a la clase política y… nos da igual. Bueno, puede que realmente no nos dé igual, pero es que hay que reconocer que da bastante pereza levantarse del sofá para ponerse a sujetar pancartas y gritar a los cuatro vientos proclamas rimbombantes con el puño en alto. ¡Y con el calor que hace, madre mía! Quita, quita.
Anarteam, el estudio desarrollador del juego, siendo plenamente consciente del ansía revolucionario que se encierra tras nuestro sedentarismo, nos trae este simulador de revueltas ciudadanas en el que nos pondremos a los mandos de preciosos animalitos, con esa mirada diamantina tan modosa y cachorresca que nos hace suspirar ante tanta preciosura, a los que no se les caen los anillos a la hora de utilizar el mobiliario urbano como arma arrojadiza para hacer frente a las fuerzas de seguridad comandadas por la tiranía del poder opresor del pueblo. Y es que el nombre del juego, Anarcute, surge del fruto de la fusión de anarchy (anarquía) y cute (lindo/a). Solo hace falta jugar un par de minutos para darse cuenta de que estos peluchitos revolucionarios hacen justicia al título con todas las de la ley.
Es curioso que un juego con una apariencia tan infantil utilice recursos de tanta actualidad como son los ciudadanos dormidos ante la corrupción social y política, medios de comunicación manipulados, fuerzas del orden represivas y violencia en las calles ante cualquier muestra de rebeldía que se oponga al tiránico yugo del compendio de multinacionales que ha conseguido ostentar el poder en todo el planeta. ¿Se podía hacer un juego con estas premisas? Anarteam parece que tenía claro que ¡sí, se puede!… ejem… y lo ha demostrado lanzando este Anarcute para nuestras consolas. Ahora toca analizar el juego, pancarta en mano, y te invitamos a que nos acompañes en nuestra peculiar revuelta.
Apartado Técnico
Tras una estética cartoon, y cierta semejanza a los peluches de la marca TY, el juego no consigue destacar más allá del diseño de los personajes. Incluso los escenarios acaban resultando casi clónicos, a pesar de que juegas en cuatro ciudades diferentes. Anarcute resulta demasiado minimalista en este sentido y se echa en falta un pulido mayor a todos los niveles. Sí que es cierto que el rendimiento es óptimo y no hemos percibido errores ni bugs que enturbien la experiencia, aunque bien es cierto que toda la gracia y simpatía inicial de la propuesta se diluye a causa del apartado visual tan modesto que presenta, hasta el punto en el que la paleta de color parece haber sido limitada a los colores primarios y poco más. Las texturas son planas y no resulta llamativo ni espectacular en ningún momento.
Solo los jefes finales se salen de la tónica general, con un diseño más grande y majestuoso. Lástima que el manejo de la cámara no sea siempre el más preciso y que en más de una ocasión te deja vendido. Pero no caigamos en la negatividad. Anarcute tiene más de un punto fuerte en su apartado técnico. Uno de ellos es la banda sonora, en clara sintonía con la estética simpaticona de los personajes y que resulta marchosa y machacona cuando tiene que serlo. Otro punto a tener en cuenta es la localización. Vale que el juego no tiene diálogos, pero los consejos durante el tutorial y los menús vienen traducidos al español, y eso es algo que se agradece siempre.
Jugabilidad
Salvo el control de la cámara, el juego se maneja de un modo natural, intuitivo. Empezaremos jugando en Tokyo y será durante la noche cuando rondemos por sus calles, sirviendo esta primera ciudad como toma de contacto y como tutorial. La mecánica de juego también es muy sencilla. Todo se reduce a despertar a los ciudadanos, acercándote a ellos, y rescatarlos de las jaulas en las que los retienen para que se unan a la revuelta. Una vez reclutados, la marabunta de ciudadanos podrá enfrentarse con mayores posibilidades de éxito a los antidisturbios con el fin de liberar a nuevos compatriotas oprimidos o para pasar de nivel.
Los combates también son muy simples. Solo tienes que acercarte a los enemigos y pulsar el botón A para darte de tortas con ellos o puedes optar por lanzarles papeleras, bancos, bicicletas e incluso coches y furgonetas. Cuantos más miembros reúnas en tu manifestación, mayor será la fuerza que tengas y de mayor peso serán los objetos que podréis levantar e irás desbloqueando habilidades especiales a medida que el indicador de masa popular crezca. ¡Incluso puedes llegar a demoler edificios! La partida termina si las fuerzas del orden te canean hasta al último de los integrantes de la revuelta. Así de simple, pero no así de fácil.
Anarcute puede llevar a engaño gracias a su aspecto visual infantil y la banda sonora divertida que te acompaña. Y es que no es un juego fácil. Te darás cuenta nada más llegar al jefe final de la ciudad de París. Es aquí cuando las cosas se complican y su dificultad desafiante se muestra sin tapujos, con lo que tendrás que esforzarte al máximo si quieres conseguir el rango S en cada una de las misiones del juego. Esto es bastante positivo, ya que un título de este cariz bien podría haber optado por casualizarse al extremo, cosa que los jugones de toda la vida miramos siempre con recelo.
Duración
Es curioso que un apartado como es la duración pueda generar tan alto contraste en un juego como este, pero es que parte de culpa la tiene el propio juego y su mecánica jugable. Solo tendremos cuatro ciudades por liberar y cada una tiene un número determinado de barrios o sectores. Cada uno de ellos puede completarse en un tiempo medio que se mueve en un intervalo de cuatro a cinco minutos, salvo que se te atragante alguno y te maten continuamente. En total y en el peor de los casos, puedes acabar todos los niveles de Anarcute en cuatro o cinco horas, como mucho, solo que el handicap es que el juego se hace muy repetitivo y puede dar lugar a que esas cuatro o cinco horas se te hagan más largas de lo normal.
A los que la fórmula no les genere tedio, pueden ver la duración del juego multiplicada por cinco o incluso más, ya que tras acabar todas las misiones puedes proponerte el reto de pasarte cada nivel con rango S. Esto es un desafío en toda regla, ya que no es nada fácil conseguirlo y te puede llevar cientos de reintentos en determinadas fases. Hacerlo pondrá a prueba tu habilidad y tendrás que hacer gala de unos nervios de acero.
Conclusión
Anarcute nos pone a los mandos de una manada de simpáticos animalitos revolucionarios que plantan cara al poder para liberarse del yugo de sus opresores. Con un tono cómico y desenfadado, podremos recorrer cuatro ciudades en las que podrás liarla parda y enfrentarte a las autoridades para reivindicar tus derechos y los de tu pueblo. ¿Quień dijo que los videojuegos no podían ser reivindicativos? Pocas propuestas más originales puedes encontrarte a día de hoy en el bazar, reconócelo.
La lástima es que el estudio no haya conseguido pulirlo más a nivel técnico y jugable, ya que su simpleza juega a su favor durante los primeros minutos de juego, pero puede llegar a resultar demasiado monótono, sobre todo para los jugadores más curtidos o exigentes. Por suerte nos llega perfectamente localizado a nuestro idioma y hace gala de una dificultad de la vieja escuela que lo convierten en todo un reto. No se nos olvide mencionar que el juego ha sido desarrollado por un equipo de cinco personas, que son los que han fundado Anarteam. Esperamos que estos ingeniosos jovenzuelos vuelvan a sorprendernos con nuevos proyectos.
*Gracias a Xbox por habernos proporcionado el material para la review.