Regresa Titan Quest, una leyenda del género Action-RPG regresa a nuestra Xbox Interpretaremos al valiente hombre llamado Corythus, un humilde guerrero sin pasado que comienza un largo periplo a través de las grandes civilizaciones antiguas.
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Tenemos entre manos Titan Quest, una leyenda del género Action-RPG que se resiste a morir, resucitando una vez más de entre sus cenizas. Interpretaremos al valiente hombre llamado Corythus, un humilde guerrero sin pasado que comienza un largo periplo a través de las grandes civilizaciones antiguas. Tendrá que derrotar a los malvados Telkines, unos brujos o chamanes que quieren arrancar al ser humano su espiritualidad destruyendo la comunicación entre los humanos hacia los dioses. Visitaremos lugares tan míticos como Babilonia, Esparta o Menfis derrotando criaturas mitológicas como minotauros, chacales, arpías, momias, faunos y un enorme bestiario procedente la antigüedad clásica.
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Este título fue lanzado originalmente en PC a principios de 2006 por la extinta Iron Lore y distribuido por la también extinta THQ. Por aquel entonces, en el dilatado catálogo de los compatibles era muy complicado hacerse un hueco: suponía un gran reto lanzar un juego de un género que, además de estar plagado de opciones, Blizzard dominaba el mercado con el rey indiscutible, la mismísima saga Diablo.
A pesar de eso, Titan Quest consiguió ganarse el corazón de los jugadores, apostando por una propuesta que, aunque no muy distinta a su principal competidor en lo que se refiere a jugabilidad, sí consigue marcar una diferencia notable en su concepto.
El juego disfrutaba de una segunda juventud en 2016 después de recibir una importante actualización más de 10 años después de su lanzamiento en PC. Bajo el nombre de Anniversary Edition, el título es sometido a una gran revisión para mejorar muchísimos aspectos y adaptarlo a las nuevas condiciones del hardware moderno, como la resolución, la calidad de las texturas, mejoras en el soporte del multijugador y, en general, la corrección de errores que la comunidad ha señalado durante estos 10 años.
Y esta mencionada versión Anniversary Edition es la que nos llega hoy a nuestras Xbox One, 12 años después y con la intención de consolidarse como un juego tan exitoso como inmortal.
Esta generación podríamos considerarla la de los “Remakes” o “Remasters”, ya que el catálogo de nuestras consolas se puebla con viejas glorias que, como Titan Quest, regresan con más o menos acierto. Es una tendencia que gusta, no hay más que ver los privilegiados puestos que ocupan AC: Rogue y Burnout Paradise entre los 10 más vendidos de Reino Unido. Son solo dos excepciones, pero ¿es Titan Quest realmente un buen Remake/Remaster digno de la reputación de este clásico de PC? Vamos a averiguarlo.
Apartado Técnico
No sería justo juzgar el apartado técnico de un juego con 12 años en sus espaldas y ser excesivamente exigente. Teniendo en cuenta este detalle, gráficamente es un juego que simplemente cumple su cometido, con unos efectos visuales añejos pero que desbordan nostalgia. No podemos esperar grandes resultados en este sentido teniendo en cuenta tanto el origen como la naturaleza del juego. Pero lo que sí podríamos esperar es que Titan Quest, al menos, tuviese una conversión a la altura de las características del hardware de Xbox One, como minimo. Algo en lo que falla estrepitosamente.
Dicho de otra manera, Titan Quest tiene un rendimiento bochornoso, que no solo no es capaz de mantener el tándem 1080p/60fps, si no que ni siquiera se acerca. Ralentizaciones inexplicables, caídas de resolución constantes, texturas que cargan tardísimo, bugs visuales por doquier y, en general, una inestabilidad técnica que nos hace plantearnos si realmente este juego está en condiciones de ponerse a la venta. Estos problemas no son banales, ya que llegan a provocar una incomodidad que afecta a la experiencia del jugador, exigiéndonos un esfuerzo extra a la hora de dedicar tiempo a este magnífico juego. Por no hablar de los textos ridículamente pequeños, escenas CGI sin subtitular, adaptación de los menús al mando muy cutres, etc. Insisto que la raíz del problema no es el juego en sí, si no el lamentable trabajo de conversión que se ha realizado: un gran juego muy mal portado.
Titan Quest no se puede considerar ni un Remake ni un Remaster, sino un despropósito que prácticamente roza lo injugable. Es inaudito que en una máquina como Xbox One S sea incapaz de correr de manera, al menos, fluida un software de 2006. No he tenido la suerte de comprobar su rendimiento en la hermana mayor One X, y quizas por culpa de mi desconocimiento me equivoque, pero no me quiero ni imaginar lo insostenible que puede ser este juego a 4K. Todos estos problemas podrían solventarse con un parche que solucionase al menos parte de estos inconvenientes, parche que, casualmente ya se ha publicado en su versión PS4, y que los usuarios de Xbox, a día de hoy, seguimos esperando.
Pero al César lo que es del César, y es que dejando al margen el abandono que sufrimos los usuarios de Xbox One, y su lamentable rendimiento, Titan Quest puede presumir de tener un diseño de escenarios maravilloso y una variedad de enemigos enorme. Ademas de tener unas bases muy solidas tanto en su diseño como en su concepto. Siempre consigue sorprendernos en ese sentido, a lo largo de nuestra partida, la sensación de estar protagonizando un viaje épico a traves de la mitología clásica esta muy conseguido.
Jugabilidad
Titan Quest es un juego que mantiene muy bien su esencia, ¿un clon de Diablo? Sí, pero con mucha personalidad. Cualquiera ya sabe que este tipo de juegos pecan de recaer siempre en las mismas mecánicas y a la larga todo se reduce a subir niveles, gestionar equipo y avanzar, para seguir ascendiendo y así continuamente. Puede sonar aburrido o repetitivo, y quizás lo sea, pero cualquier jugador habituado a este tipo de juegos no le sorprenderá. En definitiva, es muy divertido y sobre todo adictivo: siempre quieres más y te mantendrá atrapado a la pantalla más horas de las que imaginas.
Pero una vez más, nos encontraremos con trabas técnicas que nos harán el viaje muy tedioso: un control torpe e impreciso hará que nuestro personaje se quede “atascado” sin motivo aparente, y resultará muy difícil algo tan aparentemente básico el simple hecho de detenernos en un punto exacto para recoger un objeto o atravesar un portal. Es desesperante. Además, la respuesta del mando dan la sensación de tener muchísimo lag, esto significa que desde que pulsamos el botón de ataque, hasta que se realiza el ataque puede pasar un pequeño lapso de tiempo, pero que afecta seriamente a la experiencia jugable…
Otro ejemplo derivado de este problema son las pociones o los hechizos, que nunca se ejecutan como deberían, ya que tenemos que pulsar el botón como locos para que la acción se ejecute. Tomar pociones de sanación es una parte básica en este tipo de juegos y este problema, tan aparentemente ridículo, nos costará la vida en muchas ocasiones y, por supuesto, nos sacará de nuestras casillas.
Quiero reiterarme en que mi intencion es enfocar este análisis no como un juego, si no como un remaster o reedición, veo innecesario detallar su jugabilidad con exactitud cuando ya se ha dicho muchísimo sobre sus virtudes, que son muchas, cuando fué lanzado en su día. Poco mas puedo decir en ese sentido. Dicho eso, creo que es mas importante detallar los gravísimos problemas que sufre Titan Quest en Xbox One.
Duración
El juego consta en total de 4 actos (Grecia, Egipto, Asia y Olimpo) de 8 zonas generosas y grandes cada uno. Se trata de un juego largo, bastante largo, que nos puede llevar completarlo un mínimo de 30 horas pero que pueden llegar fácilmente a las 40. Bien es cierto que su duración se sostiene gracias a una jugabilidad excesivamente repetitiva, puesto que la mayor parte de las horas que invertiremos las pasaremos haciendo todo el rato lo mismo.
Conclusión
Titan Quest es un juego maravilloso, lo fue hace 16 años y lo es ahora. Pero por desgracia, su pésimo rendimiento, su control impreciso y su navegación por menús e inventarios fatal implementados nos hace plantearnos si realmente este juego ha recibido el nivel de exigencia tecnica que se merece para volver a traerlo de vuelta a Xbox One. Quizás parezca un remaster, pero en realidad es un port pésimo sin ninguna mejora ni intento de adaptación decente a consola.
Para colmo, otra plataforma sí recibe un parche para solventar problemas que los usuarios de la consola de Microsoft seguimos esperando con paciencia. Y para terminar de empeorarlo todo, el juego incluye la expansión “Inmortal Throne” editada en 2007, pero por algún extraño motivo, o quizás no tan extraño dado el nivel de la adaptación, la segunda expansión “Ragnarök” editada en 2017, no está incluida en la versión Xbox One.
Un juego únicamente recomendado para los entusiastas del género que disfrutaron de este título hace 16 años y que sepan apreciar sus virutdes por encima de sus muchos defectos.
*Gracias a THQ Nordic por habernos proporcionado el material para la review.