Analizamos Super Lucky's Tale, el último exclusivo de Microsoft, un título destinado a los más pequeños que supone una iniciación inmejorable a los plataformas.
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Una de las facetas que más amamos de los videojuegos es su capacidad para introducirnos en las pieles de otros. Vivir aventuras con cuerpos que nunca serán los nuestros, fundirnos con el personaje, ser uno, en mente y alma. Y si los videojuegos tienen esta capacidad tan poderosa para hacernos olvidar nuestro yo durante unas horas, ¿por qué no nos pueden llevar también a estados anteriores? ¿A cuándo éramos niños y poco o nada importaba? Si bien el cine y, en menor medida, la literatura, también tienen esta capacidad regresiva, nunca se muestra tan potente como en el medio jugable, ya sea por la memoria táctil, la inmersividad o las muchas y tantas virtudes que cine y videojuegos no comparten. Así me he sentido yo mientras jugaba a Super Lucky’s Tale, como una niña dando sus primeros saltos, rodeada de un mundo mágico por descubrir tan entrañable como enternecedor y que tanto nos recordará a grandes clásicos de nuestra infancia como Donkey Kong, Spyro y, por supuesto, la época dorada de Rare y su Banjo-Kazooie.
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Todo un plataformas que sabe muy bien qué quiere ser y a quién va dirigido, con una más que notable reinvención de su fórmula tras un coqueteo inicial con la Realidad Virtual, pues recordemos que Lucky’s Tale fue, y es, exclusivo de Oculus Rift hasta que Microsoft vio su potencial y se acercó a Playful, sus creadores, para ofrecerles su transición a consolas. Presentado este mismo E3 2017, donde ya mostró sus bondades y encandiló a más de uno de nosotros, por fin podemos degustar qué tiene que ofrecernos este zorrito adorable que se ha convertido desde ya en una de nuestras mascotas preferidas de esta generación. ¡Nos metemos en la madriguera!
Apartado Técnico
Sentimos informaros que la plataforma con la que analizamos Super Lucky’s Tale no ha sido Xbox One X, donde alcanza los 4K nativos en unos fluidos 60 frames por segundo, si no una Xbox One que ya pide su pronta jubilación por su hermana mayor. Es por ello que la versión analizada, y a la que jugaréis aquellos que no hayáis dado el salto, será de 1080 y 30 frames por segundo muy estables y que no nos han molestado con caídas apreciables durante todo su recorrido. Solucionados los aspectos más técnicos, pasemos al apartado artístico.
Super Lucky’s Tale está diseñado para entrar por la vista, desde sus coloridos mundos a su diseño de personajes el título de Playful grita muy fuerte ¡quiéreme! con cada stage que pasa. El principal culpable de todo esto es Lucky, nuestro zorro protagonista aspirante a guardián, que con sus ojos saltones y su capa azul nos acompañará en este viaje por el Libro de las Edades en el que deberemos derrotar a una familia gatuna de dudosa capacidad para propagar el mal.
A lo largo y ancho de cuatro mundos podremos disfrutar de diseños que nos llevarán desde una villa vegetariana con habitantes que bien podrían protagonizar el próximo Worms a un adorable pueblecito de fantasmas feriantes plagado de luz y color espectral. A pesar de que su impecable acabado, es en la cantidad de mundos y subniveles donde Super Lucky’s Tale se demuestra como lo que es al fin y al cabo, un indie de modestas pretensiones que sabe jugar muy bien sus bazas. Así bien si el diseño no es todo lo variado que nos podría gustar en ningún momento acaba por resultar repetitivo, aprovechando excelentemente cada rango temático para desplegar sus encantos.
Uno de las grandes aciertos de Super Lucky`s Tale es su hibridación entre dos tipos de plataformeo muy diferenciados tanto histórica como genéricamente. En gran medida y mayoritariamente, Super Lucky’s Tale es un videojuego que se cimenta en el uso del 3D para trazar su línea de acción, pero no por ello renuncia a introducir elementos 2D en algunas pantallas. Para esta transición hace uso de una herramienta tan útil como el bloqueo de la cámara, que está limitado a tres puntos en vez de la clásica órbita libre alrededor del personaje, lo que evita que nos mareemos y perdamos de vista a nuestro zorro.
Como nota discordante, cabe mencionar algún que otro bug anecdótico que no entorpece con el desarrollo del juego, como la capacidad de la sombra de Lucky para atravesar objetos sólidos desafiando cualquier ley de la física así como una apreciable flotación del personaje cuando se encuentra encima de ciertas plataformas. Nada excesivamente grave que no pueda solucionarse en futuros parches.
Jugabilidad
Como hemos dicho, Super Lucky’s Tale se acoge al clásico esquema de mundos y subniveles para vertebrar su trama. Contaremos con cuatro mundos principales, todos ellos con sus respectivos jefes, que a su vez se dividen en diferentes opciones de niveles. La moneda de cambio del juego son los tréboles, el equivalente mariano a las estrellas o lunas, de los que deberemos recoger un total de 99 para poder avanzar y desbloquear las pantallas de los jefes. Para conseguirlos, tenemos dos vías: o bien los niveles principales, donde podremos obtener cuatro tréboles cumpliendo patrones que siempre se repiten, como encontrar todas las letras que componen el nombre Lucky o conseguir 300 monedas; o los niveles secundarios de puzles, divididos a su vez en dos modos, uno de lógica y el otro de habilidad.
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Los mundos principales son lo suficientemente amplios como para que Lucky pueda pasear libremente y conseguir todas las monedas y diamantes que irán apareciendo cuando superemos cada nivel, así como hablar con los habitantes y desbloquear simpáticas opciones de diálogo. La forma de acceder a ellos recuerda mucho al esquema que ya utilizó Mario 64 en su día, sustituyendo los cuadros por puertas a otras dimensiones que también toman su referente en la segunda entrega de Crash Bandicoot.
El diseño de niveles nos recuerda en todo momento que no nos encontramos en un videojuego diseñado para nosotros, adultos curtidos en el mundo de los plataformas, y deberemos ponernos constantemente en la mente de un niño para entender muchas de las decisiones tomadas. Lo que puede tomarse por simple debería verse como iniciático, pues a pesar de que nosotros tenemos bien conocidos los esquemas del género y sabemos de qué pie cojean los diseñadores a la hora de elaborarlos, Super Lucky’s Tale está pensado en todo momento para ser una primera toma de contacto con los plataformas, siendo en todo momento accesible, de dificultad muy moderada y con decisiones y puzles evidentes que no supondrán ningún reto para los más experimentados.
En nuestro camino nos encontraremos con los típicos escollos a las que cualquier mascota plataformera que se precie ha debido de enfrentarse al menos una vez en sus muchas vidas. Puntiagudos pinchos rodantes, tablones que desaparecen y bolas de fuego que nos persiguen mientras damos mil y un saltos intentando no caer el vacío o recibir un toque de los enemigos que esperan cualquier momento de flaqueza. Una de las particularidades de Super Lucky’s Tale es su capacidad zorruna para escarbar el suelo, pudiendo sumergirse en él y aparecer dando un salto que noqueará enemigos y nos dará un impulso extra. Pero no será fácil controlar a Lucky cuando esté en el suelo, por lo que deberemos ser hábiles para evitar que se escore y perder las monedas, algo que pasa especialmente en los modos a contrareloj que poseen todos los niveles, donde deberemos recogerlas todas antes de que se acabe el tiempo, sin posibilidad de volver a repetirlos a no ser que muramos o reiniciemos el nivel.
El sistema de vidas se divide en corazones con los que empezaremos cada nivel. Cada toque, como es lógico, nos arrebatará uno, así hasta morir con el tercero. No aplica esto a las caídas que tengamos, que nos consumirán una de las cinco vidas con las que partiremos desde cada continue. Perder todas las vidas dentro de un nivel supondrá empezar desde el principio sin las monedas o los tréboles que hayamos podido conseguir, mientras que si nunca llegamos a alcanzar el 0 podremos revivir desde los diferentes Puntos de Guardado que se encuentran en nuestro recorrido.
Si os habéis acercado a Super Lucky’s Tale queriendo encontrar un plataformas de apariencia afable y jugabilidad desafiante no será este el caso. Mucho más cercano a la dificultad de Spyro que a la de Crash Bandicoot, que poseía niveles de cardíaca locura, y sin esa capacidad pixariana para apelar tanto al público infantil como adulto que atesora Mario, el título de Playful se escora definitivamente a los más pequeños para encontrar su hueco en el mercado. Muchos adultos lo encontrarán adorable pero insulso, por lo que deberán recordar en todo momento que, por una vez, no son ellos los protagonistas. Es muy importante que aquellos que esperéis con ganas Super Lucky’s Tale no le asignéis objetivos a los que no aspira y entendáis en todo momento a qué videojuego estáis jugando, pues de otra forma será muy fácil caer en la crítica y derribo ante un título pluscuamperfecto para iniciarse el género.
Duración
Super Lucky’s Tale cuenta con cuatro mundos, todos ellos con cinco niveles que superar más las diferentes pantallas ocultas que encontraremos, divididas como ya hemos dicho entre pruebas de lógica y habilidad. Si queremos ser completistas y conseguir los 99 tréboles que nos plantea el juego para desactivar todos los logros y diferentes bonus ingame, es posible que se acerque a las 10 horas raspadas, pero no mucho más, siendo totalmente honesto si tenemos en cuenta que es un videojuego cuyo precio de salida se sitúa en los 29.99€. ¿Veremos la inclusión de nuevos mundos en futuras actualizaciones o DLCs?
Por supuesto, aquí el factor de la dificultad vuelve a ser decisivo, pues alguien experimentado encontrará Super Lucky’s Tale excesivamente fácil y breve, pero no será para nada la misma percepción que podrá compartir con el verdadero público del juego, para el cual la duración será mucho más dilatada si contamos factores como la experiencia o la habilidad que dan los años.
En algunos niveles encontraremos personajes que nos pedirán que les ayudemos de alguna forma, siendo estos objetivos la fuente de divertidos logros ocultos para desbloquear, existiendo también uno que se activa cuando caigamos a los mares de petróleo del tercer mundo.
Conclusión
Me gustaría destacar, antes de empezar a concluir, la apuesta de Microsoft en los últimos meses por un catálogo infantil fuerte, que no compita con Nintendo, porque seamos sinceros, eso es imposible, pero sí que ofrezca una alternativa de calidad para los más pequeños xboxers. Super Lucky’s Tale es solo la punta de lanza de esta recuperada trayectoria, que vendrá acompañada de las remasterizaciones de Disneyland Adventures y Rush: A Disney Pixar Story, y no podemos más que celebrar este riesgo ante un tipo de producto que en los últimos años ha mostrado signos de debilidad muy preocupantes. Necesitamos videojuegos como Super Lucky’s Tale en nuestros catálogos, y también que las compañías les den la importancia y espacio que merecen en las distintas ferias y conferencias. Nadie elige la época en la que nace, y si bien los niños de los 80 se criaron dando saltos con Mario y los de los 90 girando con Crash, hay una carencia de nuevos referentes infantiles en los plataformas para las generaciones que están por llegar.
Super Lucky’s Tale es un juego tan honesto como modesto, que no aspira a ser más de lo que es, un afable plataformas liderado por un encantador zorrito que viene dispuesto a ser la estrella de nuestras Navidades. Aquellos que ya os hayáis estrenado en la ardua tarea de ser padres y madres, no lo dudéis, Super Lucky’s Tale es un videojuego que debe estar en vuestras estanterías, un título con el que disfrutar en compañía mientras despliega su simpática y accesible trama y diseño de niveles. Además, Microsoft ha puesto de su parte para que esto sea así, doblando y traduciendo el título a un perfecto español para poder alcanzar la máxima cuota de mercado posible y no asustar a padres y niños con los temidos subtítulos.
Los plataformas 3D están de enhorabuena, tienen otro digno miembro entre sus filas – Tuitea esto
Con este análisis he intentado ser tan sincera como lo es Super Lucky’s Tale en todo su recorrido y siempre he intentado desprenderme de mi visión experimentada de los videojuegos y la vida, pues es fácil denostar lo que es sencillo y confundirlo con lo simple. Así que si de verdad queréis disfrutar de Super Lucky’s Tale, despojaos de toda preocupación adulta y sumergíos en un mundo de insobornable simpatía y extrema necesidad en los catálogos consoleros que corren hoy en día. Bienvenido, Lucky, y por muchos más.