Konami no estaba muerta ni mucho menos. Sin Kojima , una compañía tan legendaria no está acabada. Ni tampoco su saga predilecta. Metal Gear Survive mantiene la esencia de la quinta entrega, pero deja muy claro que es un Spin-off rápidamente.
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Si esperáis ver otro análisis más de Metal Gear en el que comenzaremos hablando del legado de Kojima, un repaso a la saga y la enésima vez en la que repetimos aquello de «Fuck Konami», seguramente tengáis que iros a otro lado, porque no lo vamos a hacer aquí. Sea como fuere, Konami es una de las compañías más legendarias de la historia del videojuego, poseedora de algunas de las mejores IPs que existen y por supuesto Metal Gear es una de sus puntas de lanza. Metal Gear Survive siempre se ha presentado como un spin-off de la saga. Es decir, comparten el mismo universo, pero no tiene nada que ver con la trama original de Solid Snake, Big Boss y las aventuras centrales.
De hecho, nos enfrentamos a Survive con la ilusión de que al menos, conservaría toda la esencia de su anterior entrega: Metal Gear Solid V, el título jugablemente más depurado de la entrega y probablemente uno de los mundos abiertos más interesantes de esta generación, por las posibilidades que ofrece y lo increíblemente satisfactorio que resulta de manejar, principalmente por los inusuales 60fps para tratarse de un sandbox. El resultado es que nos hemos encontrado un juego de alta calidad, diferente, retador, entretenido y encima a casi la mitad de precio que el típico AAA que sale mensualmente. Sacudiros los prejuicios de encima, porque os podéis perder joyas en bruto como este Metal Gear Survive.
Y es que hasta la trama, que parece ser una mera excusa para reciclar descaradamente assets de MGSV, está muy bien hilada, con un principio que parece toda una locura que nos hace preguntarnos si realmente esta gente sabe lo que se hace, hasta un final que, sorprendentemente, contiene giros de guión inesperados que te dejarán al principio con cara de Poker y posteriormente con la sonrisa de satisfacción que te dejan los títulos con los que te lo has pasado bien.
El juego nos sitúa en los hechos acontecidos entre MGSV: Ground Zeroes y el propio MGSV: The Phantom Pain, cuando Big Boss vuelve en el helicóptero a la Mother Base (cuando eran Militaires Sans Frontiers) después de haber rescatado a Chico y Paz y se encuentra que está siendo atacada por XOF, en un ataque encubierto por una supuesta inspección de la OTAN. En el mismo momento en el que nuestro héroe debe abandonar la ducha por la defensa de la base y de paso a todos sus compañeros, aparece en escena nuestro avatar, al que todo el mundo llama «Capitán». En una escena espectacular, un agujero de gusano (una especie de brecha espacio-temporal), se abre y comienza a absorber a toda la Mother Base.
Pero esa trama es la parte más simple del asunto. Nuestro Capitán viaja a Dite, una especie de planeta apocalíptico con aspecto terraqueo que bien podría ser de otra dimensión. En él, habitan los Errantes, unas criaturas con un grotesco aspecto y humanoide que nos pondrán las cosas dificiles para sobrevivir en este hostil entorno. Pronto descubriremos que nuestra presencia allí no es casualidad y todo está cuidadosamente planeado por cierto sector desconocido del gobierno de los EE.UU.
Energía Kuban, más supervivientes que rescatar, volver a la tierra, ¿cual será nuestro objetivo real? Así comienza Metal Gear Survive.
Apartado técnico
No puede faltar a la cita el motor gráfico que ingenió (esta vez si lo nombraremos) Kojima, el Fox Engine. Una versátil herramienta que actualmente se usa tanto en la serie Metal Gear como en Pro Evolution Soccer y que da unos resultados espectaculares si se usa correctamente. La mejor cualidad del mismo es la facilidad que tiene para llegar a los 60fps y hacer que la jugabilidad aumente radicalmente por ello. Sin embargo, en Metal Gear Survive, no han conseguido llegar al nivel de optimización de MGSV y en Xbox One S lo sufriremos bastante. Con una resolución de 720p y unos 60fps que no suelen ser estables, es sin duda la peor versión del juego en consolas.
Sin embargo, por otro lado tenemos la versión de la potente Xbox One X, que contiene todo lo que necesitamos: estabilidad absoluta del framerate y una subida importante de la resolución a los 1440p (2K), que transmiten una imagen mucho más nítida. Sin duda, la mejor versión disponible, como ya confirmó Digital Foundry y sin duda una mejora impresionante con respecto a One S, con incluso un acortamiento sensible de los tiempos de carga, que en One X suelen estar por debajo de los 30 segundos, a pesar de ser un mapa de mundo abierto.
Quizá en el aspecto técnico es donde podemos afirmar con seguridad que no se ha mejorado nada con respecto al anterior, con un abuso casi hilarante de los «lens flare», el resto: texturas, mapeados y en general, efectos, son correctos, limitándose a cumplir su función eficazmente. Tampoco destaca precisamente en los escenarios, absolutamente desérticos y con pocos detalles salvo la vegetación, ya que incluso las criaturas como aves o animales serán bastante escasos de ver. En general, parece que el tono algo oscurecido y deprimente que le han dado a Dite, no juega a favor del título, que parece sumirse constantemente en un ambiente opresivo que no alegra a la vista, pero que mantiene al jugador en constante alerta.
La banda sonora tiene un tema principal pasable, pero pegadizo y tendremos selector de voces en inglés o japonés, con subtítulos en español. Seguramente alguno de vosotros no estará de acuerdo, pero está claro que la serie Metal Gear contiene los efectos sonoros en cualquier acción con los objetos o armas del juego más satisfactorias de la industria. No se como expresarlo con una onomatopeya, pero desde luego, estaría oyendo eternamente ese «wiip», que suena cada vez que recogemos cualquier objeto del suelo. Os parecerá una tontería, pero cuando llevas 4 o 5 horas de juego y has recogido como que 1000 objetos y aún así coges cualquier basura que veas por el suelo solo por el placer de hacerlo, seguro que os dáis cuenta que ese efecto sonoro y los que usamos al movernos por los menús, son gloria. De momento, me lo he puesto de tono de Whatsapp.
Podríamos achacarle un exceso de «copy-paste» de los mapeados, animaciones y bueno, en general todo lo que traía MGSV. Sin querer dar spoilers, es EXAGERADO el nivel de copieteo y solo las nuevas armas cuerpo a cuerpo se salvan, aunque conforme avancemos, iremos viendo más claro lo independiente que puede llegar a ser o lo poco que importa realmente y justificado que está en muchas ocasiones el uso de todo estos assets.
En esencia, se podría llamar Metal Gear Solid V: The Phantom Pain – Survive without Kojima.
Jugabilidad
Como ya sabéis en Survive debemos de olvidarnos de lo que tenemos preconcebido de la saga. Olvidarnos de una trama complicada. Olvidarnos de una cantidad de cinemáticas tal que podríamos hacer una trilogía con ellas. Olvidarnos en general de las Kojimadas. Esto se trata de sobrevivir, y al principio, es una tarea ardua y complicada. No son pocos los que se quejan de lo mal equilibrada que está la dificultad al principio, y no lo hacen por gusto. Nuestro primer objetivo al llegar a Dite será el más básico: obtener comida y agua.
A pesar de tener ya construido un campamento base conformado por nuestra IA amiga Virgil AT-9, nos tendremos preocupar de nuestro nivel de hambre y sed, ya que están relacionados directamente con la vida y la resistencia de nuestro personaje. Es decir, nuestro nivel máximo de vida se verá reducido proporcionalmente al hambre que tenemos, hasta reducirse casi hasta la mitad. De igual manera nos pasará con la stamina o resistencia, que consumiremos al hacer ataques especiales, esprintar o al andar agachado (buena idea, por cierto), que se reducirá o limitará nuestro rendimiento continuamente. Para satisfacer esta demanda, deberemos de cazar animales, recolectar frutos o obtener agua de los charcos que encontremos.
Por supuesto, estos niveles se reponen solos continuamente hasta el límite establecido. Si nos dañan, el personaje sanará automáticamente y si dejamos de esprintar, recuperaremos el aliento rápido. Sin embargo, la dificultad no queda solo ahí. Hay más de 10 tipos de medicamentos que deberemos de tener en cuenta de reunir si nos hieren los enemigos: vendajes, cataplasmas, astringentes e incluso medicinas antibacteriales, para curarnos si nos envenenamos con agua sucia o alimentos caducados, que nos provocarán vómitos y dolores de estómago que nos impedirán continuar con normalidad. Solo cocinándolos en la base, mejoraremos sus propiedades. Esta mecánica la tendremos que asumir durante todo el juego. Es decir, nunca dejaremos de pasar hambre e incluso, los personajes que salvemos también las tendremos que surtir.
Pero cuando mucha gente podría ver esto como una dificultad, nosotros lo hemos visto como algo entretenido, que conforme pasan algunas horas, lo asumiremos como el correr, el andar o el recargar el arma. Además, nuestra base estará preparada en un futuro con suministros propios que se generarán automáticamente y que debemos de recolectar, dejando a un lado la obligación de estar pendiente como primera necesidad. Hasta llegado un punto, deberemos de dejar comida o agua en nuestra base, para poder cargar más peso en nuestros viajes, un problema que también se vuelve constante.
Quizá es cierto que estos niveles están mal equilibrados y bajan demasiado rápido, pero pronto veréis que está bien equilibrado con respecto al desarrollo y por ejemplo, en cada incursión a la niebla, solo tendremos que comer y beber un par de veces para reponernos, sin embargo si que tendremos que estar más pendientes de nuestro nivel de oxígeno, que nos impedirá morir intoxicados en la densa nube de polvo que cubre la mayoría de lugares a explorar. Esto es solo un ejemplo de lo «realista» y al mismo tiempo divertido de la propuesta de Konami, pues te tendrá en una tensión constante y toda la ventaja que creas tener con tus armas o la posición en la que estés, se puede volver en tu contra por este motivo. Quizá tengas que emplear unos valiosos segundos en aumentar la capacidad de tu bomba de oxígeno mientras te atacan…y mejor que no se te echen encima porque te matarán muy rápido.
Y seguimos con la tensión…porque si te matan, ¡tachán! apareces en tu campamento base, porque la partida no se guardará en ningún otro lado. Si llevas 30 minutos buscando materiales o tu próximo objetivo y caes por cualquier motivo, te obligará a empezar de nuevo. Y esto, te obligará en ocasiones a buscar rápidamente uno de los múltiples transportadores del mapa que te devuelven a la base. Más de una vez me he visto desesperado, con poco oxígeno, cargado de materiales, con las armas gastadas (también, también) y enfrentándome a una horda de errantes mientras el transportador más cercano se activa por primera vez.
Esto es sólo un ápice de la jugabilidad del título, porque nuestro personaje contará con un extenso inventario que deberemos gestionar: equipamiento adicional como vallas o granadas, armamento como machetes, pistolas o el imprescindible arco y la ropa que llevemos que también nos proporciona un nivel determinado de defensa. Todos los objetos permanentes no consumibles, son perecederos y por ejemplo, la comida se pondrá mala, la ropa se gastará y deberemos de repararla y las armas conforme las usemos también, dependiendo de su nivel de durabilidad. La llamada energía Kuban, la podremos conseguir rompiendo los cuerpos muertos de los errantes y servirán como moneda para subir la experiencia de nuestro personaje y poder acceder a habilidades especiales que aumentan las acciones con algún tipo de arma o suben nuestro nivel de vida, o habilidad de consumo de objetos o de recolección.
Para todo esto, entra en juego una de las claves de Metal Gear Survive: el crafteo en nuestra base. Desde allí podremos surtirnos de todo lo necesario si tenemos los materiales correspondientes y si disponemos de la tecnología/construcciones para poder hacerlo. En un primer momento, tendremos muy pocas cosas que controlar, pero poco a poco deberemos de estar pendiente de todo, no solo de nosotros, si no también de los supervivientes que se agreguen a nuestra misión, asignándolos a determinadas áreas para que nuestra base siga mejorando. Personalmente, me suelen resultar muy tediosos los sistemas de crafteo, confusos, incómodos y poco divertidos. Digamos que me gusta ir directo al grano. Con Metal Gear Survive, no he tenido nunca esa sensación: todo es fácil, cómodo y sencillo de gestionar. Básicamente, está hecho para los usuarios más casuals, sin embargo, después de terminar la campaña, comienza el grindeo real de tu base… y para eso, tendrás que echar mano del multijugador.
Aparte de la exploración, una de las grandes apuestas del juego es la defensa de base a través de oleadas. Aunque en nuestra propia base viviremos algunos ataques puntuales guiados por la historia, allí estaremos tranquilos, pero como hemos comentado más arriba, para ir abriendo el mapa y acceder a más áreas del moderadamente pequeño mundo abierto, tendremos que activar los transportes de agujero de gusano, que nos permitirán movernos libremente. Sin embargo, en esta primera activación, atraeremos a un numeroso contingente de errantes, que deberemos de aguantar sin que nos maten o rompan el transportador durante un determinado tiempo. Pero no todo son errantes sin cabeza que avanzan sin poder ver donde van, hay algunos más complicados de tumbar, aunque de nuevo, algunos parecen reciclados de MGSV, lo cual, no me ha terminado de encajar en el contexto. Nuestra norma es no dar spoilers, así que no os adelantaremos las sorpresas.
La variante más «extrema» se da con las excavadoras de gusano, que sirven para extraer energía Iris (energía Kuban pura), y tendremos que aguantar hasta 3 oleadas, tal y como sucede en el multijugador, que consiste básicamente en esto y que explicaremos en el siguiente apartado.
Duración
Con casi 10 partidas al multijugador y la campaña completada de Metal Gear Survive, nuestra partida se ha ido casi a las 35 horas, una duración ideal si tenemos en cuenta que las misiones secundarias y las principales prácticamente se difuminan, ya que cada contenedor que te haga desviarte del camino, cada superviviente que sumar a tu base y cada oportunidad de sumar energía Kuban, te servirá directamente para tu progresión y prepararte para el próximo encuentro, a los que poco a poco te acostumbrarás a prepararte antes de cualquier evento importante.
De hecho, el propio multijugador es como otra de estas misiones, ya que para estas oleadas que podremos cubrir con otros 3 amigos o en un matchmaking automático, todo lo que tenga nuestro personaje y los objetos que hayamos guardado en nuestra base, nos servirán para equiparnos en estas partidas. Si gastas aquí una bala, también la gastarás para la campaña. Y viceversa. Pero merecerá la pena, porque dependiendo del ranking que obtengamos, la recompensa será mayor: volverás a tu base cargado de materiales especiales, energía Kuban e incluso nuevos planos para construir dispositivos o armas. Para acceder a ellas, contaremos con un menú interactivo en el que contaremos con todo lo necesario para agruparnos y reabastecernos si hiciera falta. De momento, no hemos podido quejarnos demasiado del matchmaking, siempre hemos podido acabar jugando y no hemos detectado problemas de lag alguno, quizá los tiempos de espera pueden superar los 4 minutos y se pueden llegar a hacer eternos.
Os estaréis preguntando a estas alturas si no íbamos a hablar de micropagos, y es que este es uno de los aspectos que menos nos han gustado. No porque sean necesarios, si no porque no son estéticos (como prometieron) en absoluto. De hecho, la polémica surgida por los 10€ por abrir un nuevo slot de guardado es totalmente cierta. Abrirlo cuesta 1000 SV coins y 1150 SV Coins cuestan 9,99€ en la Xbox store. Sinceramente, nos parece un poco inútil destinar esfuerzos en algo que no sea tu personaje principal, pero para algo tan simple como empezar una partida nueva para crearte otro nuevo personaje con su nueva base, tendremos que borrar la partida original o esperar algo más de un mes jugando diariamente, ya que cada día que te conectes recibirás 30 SV Coins totalmente gratis.
Sin embargo, hay cosas en las que nos resultará más provechosas gastar el dinero, pero que nos supondrá una ventaja algo más que estética. Por ejemplo, un pase Premium de 24 horas, nos permitirá ganar el doble de cualquier tipo de recurso de manera inmediata, lo que nos hará subir de nivel antes o ir más cómodo con nuestro inventario. No podemos dejar este tema sin comentar el tremendo coraje que nos ha dado uno de los micropagos que no nos dejan enviar nada más que un equipo de exploración a por materiales…para abrir otro slot, paga 1000 SV. En la mother base de MGSV había 8 slots para lo mismo. Gratis. (Konami 0 – Kojima 1).
Conclusión
Después de tantas horas, aún tenemos ganas de seguir ensartando errantes con la lanza a través de las vallas, en la mecánica que resultaba más irrisoria de los trailers, ha resultado ser una de las más divertidas y efectivas. No creáis que la inteligencia artificial de los enemigos es mala, simplemente no pueden ver los obstáculos y se guían por el ruido, tropezándose con todo lo que encuentren, algo que te servirá para atraerlos y crear múltiples estrategias de ataque. De hecho, mientras pensamos cuando llegarán las armas de fuego, descubriremos que lo importante son las armas cuerpo a cuerpo, que con la sensación de «cuerpo pesado» que transmite el control de este Metal Gear, los movimientos de nuestro personaje con armas como los mazos, parecerán una mezcla entre Dark Souls y Monster Hunter.
Tiene algunas faltas importantes y a muchos usuarios les resultará un auténtico infierno soportar las primeras horas de exploración, pasando constantemente hambre y sed sin poder hacer mucho más que intentar solucionarlo. La versión de Xbox One S, aunque es perfectamente jugable y podéis comprarlo sin temor, no consigue llegar al nivel mínimo jugable que ofrecen el resto de versiones, por lo que recomendamos jugar en One X, donde tendremos una experiencia sublime, en comparación. Aunque los micropagos no sean obligatorios o decisivos, el hecho de tener que pagar para hacernos otro personaje es un delito imperdonable, que no compensan ni los reducidos 39,99€ que cuesta el título completo.
Pensábamos que sin Kojima, un Metal Gear estaría dirigido por un puñado de monos que intentarían sacar el dinero a los pocos incrédulos que quedaran repartidos por el globo, y de hecho, es la opinión mayoritaria actualmente en las redes. Con esta review intentamos paliar esta situación, para que junto a nosotros podáis descubrir un título excepcionalmente divertido, sin complicaciones y con un sistema que te puede dar todas las horas que quieras. Si solo estás atraído por la campaña, puedes estar tranquilo de encontrarte con uno de los títulos de supervivencia mejor pensados de esta generación y una trama que «sin Kojimadas», resulta entretenida y llegando a sorprendernos con varios giros de guión que nos hacen mordernos la lengua para no desvelaros nada.
*Gracias a Konami por habernos proporcionado el material para la review.