Gravel es pura diversión, paisajes espectaculares y una competición sin cuartel donde cada carrera resulta una batalla memorable.
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Las apariencias engañan, pero en algunas ocasiones, lo que parece es exactamente lo que es. Y es que sólo con ver la portada de Gravel ya nos hacemos una idea de lo que nos espera cuando instalemos el juego, y no iremos muy mal encaminados. Conducción Off-road que nos aleja del realismo de los simuladores para ofrecernos una experiencia más arcade orientada a la diversión pura y dura.
El equipo responsable es Milestone, el gran estudio italiano con una experiencia en juegos de carreras que nos deja con la boca abierta, ya que llevan desarrollando y produciendo juegos de carreras desde 2003. En esta ocasión han decidido apostar por una nueva IP completamente alejada del asfalto y de la conducción rigurosa para meternos de lleno en el barro y en los terrenos pedregosos del mundo de los rallies extremos. ¿Conseguirá Milestone estar a la altura de su reputación? Vamos a descubrirlo.
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Apartado técnico
En el sentido técnico, Gravel nos aporta una de cal y otra de arena, mostrando unas virtudes espectaculares en algunos aspectos, para luego decepcionarnos con otras cosas que no deberíamos ver en un juego de coches. De entre los méritos de los que puede presumir Gravel, el más evidente es tanto el diseño de los circuitos y su aspecto visual como la variedad con la que cuenta. Da gusto admirar la belleza y los detalles de las muchas localizaciones que podremos recorrer a toda velocidad como Alaska, Namibia o las Playas del Pacífico ente muchas otras.
Cada localización tiene un aporte característico en lo que se refiere a situaciones en las que el jugador se verá expuesto. Mientras que en Alaska predominan los terrenos rocosos repletos de nieve y vegetación, en Namibia nos encontraremos con enormes espacios abiertos con enormes dunas para acabar en los parajes playeros con mucha agua del Pacífico. Esto puede parecer obvio, pero a la hora de correr, el agua de la playa, el barro con rocas y la arena de las dunas requieren una forma de adaptarse a la conducción totalmente diferente. Por sí solo suena interesante, pero alcanza otro nivel de sofisticación porque los trazados suelen ser mixtos y podremos encontrarnos con al menos hasta tres tipos de terrenos diferentes en cada carrera.
En este sentido, Gravel sencillamente se luce con una variedad de circuitos que alcanza los 50 trazados diferentes. Sí, es cierto que todos los circuitos son una serie de variantes de otros entornos más grandes, una especie de mundo enorme donde todos los circuitos en los que corremos están dentro del mismo mapeado. Esto no le resta ni un ápice de mérito, ya que todos los circuitos son heterogéneos y visualmente muy buenos. También hay que mencionar que los efectos de luz nos transportarán a carreras a plena luz del día, al atardecer o incluso de noche. Esto es algo que aporta más pluralidad aparte de la mencionada. Los efectos climatológicos como la lluvia y la nieve quizás no serán los mejores que he visto, pero cumplen perfectamente su cometido; aportan muchísimo, crean una atmósfera envolvente que hace que el jugador se sienta dentro del escenario.
Pero no todo es visualmente bonito en Gravel, ya que es bastante bochornoso que en un juego de coches lo más criticable técnicamente sean los propios coches. Podríamos dejar de lado lo pobre que resulta el diseño de las skins de los vehículos, o hacer la vista gorda con lo poco detallado que está el sistema de simulación de daños, pero es que la texturización y el nivel de detalle de los coches es propio de un juego poco muy elaborado. Lo negativo es que estos detalles transmiten la sensación de que detrás hay un nivel de trabajo muy pobre en este apartado o al menos que ha sido realizado con la ley del mínimo esfuerzo.
Algo que lo empobrece todo es el efecto Blur: ese aumento de la distancia focal sumando a un ligero desenfoque que maximiza la percepción de velocidad. Este efecto está presente en la mayoría de juegos de carreras pero en Gravel está muy exagerado y no contribuye en exceso a mejorar su apartado técnico. Si a todo esto además le añadimos unos 30fps inestables y una resolución dinámica, la situación no hace más que emporar.
Respecto al sonido, poco que destacar. La música que escuchamos en los menús resulta tan superficial como poco original. Una mezcla de estilos entre el rock y la electrónica que a pesar de que cumple su cometido, se nota que está poco inspirada y tras unas cuantas partidas resulta repetitiva. Hay que mencionar que el juego está doblado al castellano, pero las líneas de dialogo son poquísimas y se repiten demasiado. Desconozco como suena un Mitsubishi Lancer Evolution de 400 caballos, pero el sonido de los motores tampoco es que sea digno de mención, ya que paensa hay una diferencia notable entre ellos.
Jugabilidad
Aquí tenemos otro de los aspectos donde Gravel se defiende muy bien, ya que el juego es tan variado como divertido. El modo historia llamado “Off-Road Masters” se divide en pruebas clasificada en 4 disciplinas: Cross Country, Wild Rush, Stadium Circuit y Speed Cross. En Cross Country atravesaremos zonas enormes donde iremos franqueando checkpoints. En Wild Rush, encontraremos zonas más rurales repletas de obstáculos, donde tendremos que superar un número concreto de vueltas.
En Stadium Circuit, nos enfrentaremos a trazados simples en un estadio repleto de público dispuesto a vibrar con nuestra actuación al mas puro estilo de un gran evento deportivo. Por último, en Speed Cross tenemos circuitos Rally Sport más tradicionales, cirtuitos cerrados donde si tendremos que relucir nuestras habilidades de conduccion. En definitiva, encontraremos un amplio surtido de pruebas, todas ellas muy variadas y que en conjunto aglomera una propuesta jugable muy satisfactoria en su modo principal.
En cada una de las disciplinas mencionadas encontraremos un vigente campeón al que tendremos que vencer. Se trata de un título al mejor de tres pruebas y supondrá uno de los mayores retos que podremos encontrar a lo largo del juego. Será requisito imprescindible superar estos eventos especiales para poder continuar en la historia.
Gravel no es un juego que nos exija una gran técnica y precisión en carrera, es un título donde la dificultad residirá en que tendremos que adaptarnos a las circunstancias de cada carrera y demostrar que somos capaces de superar cualquier adversidad que se nos presente en el terreno. Como hemos visto en otros juegos similares, se nos ofrece la posibilidad de realizar muchos ajustes gracias a la dificultad adaptativa. Gracias a este sistema, podremos modificar las asistencias en la conducción, la habilidad de la IA o la repercusión del sistema de daños. Estas decisiones solo afectan a la cantidad de experiencia que recibimos en cada carrera, así que si alguna prueba se nos atraviesa, o simplemente somos un poco torpes en los juegos de conducción, podemos hacer los cambios necesarios para disfrutar del juego de la manera que mas nos guste.
Duración
Gravel tiene un sistema de progresión muy lineal: nuestras habilidades al volante se recompensan con experiencia, algo que nos hará subir de nivel, mientras que las victorias en nuestras carreras nos proporcionan estrellas para desbloquear nuevos eventos. No voy a entretenerme mucho en la experiencia, ya que sólo nos sirve para desbloquear skins y coches. Sin embargo, respecto a las estrellas, el juego no es excesivamente exigente, así que si cosechamos muchas durante la primera mitad, hace que la segunda parte prácticamente podamos pasar por encima saltando directamente a las pruebas finales.
Concretando, Gravel es un juego bastante corto, podremos completarlo en aproximadamente 6/7 horas que se pueden alargar hasta las 10 si somos muy completistas.
Conclusión
Gravel es un juego al que merece la pena darle una oportunidad a pesar de sus carencias técnicas. Tiene mucha personalidad y ofrece una jugabilidad divertida que se adapta muy bien a cada tipo de jugador gracias a su accesibilidad. A pesar de que el resultado en general es bueno y prometedor, pero queda lastrado por un entorno gráfico muy desigual y un desarrollo de juego excesivamente simple. Gravel podría ser un referente dentro del género si no fuera por la evidente poca ambición de su desarrollo.
Éste quiere ser un videojuego de diversión directa, espectáculo y adrenalina. Sin duda alguna lo consigue, es un juego que funciona y junto a las pocas virtudes mencionadas de las que puede presumir es lo que diferencia Gravel de ser un juego aceptable o uno mediocre. Es obvio que queda bastante escaso si lo comparamos con otras alternativas que podemos encontrar en muchos otros juegos del mismo género. Espero que Milestone aprenda de sus errores.
*Gracias a Bandai Namco por habernos proporcionado el material para la review.