Void Studios nos trae Eternity: The Last Unicorn, un RPG ambientado en la mitología nórdica que no termina de llegar a buen puerto.
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Elfos, hadas, vikingos, enanos, goblins, trols… No, no hablamos de una partida de Dungeon and Dragons, si no del nuevo juego del estudio brasileño Void Studios: Eternity: The Last Unicorn. En él viajaremos hasta la mitología nórdica para encarnar el rol de dos héroes, el hada Aurehem y el vikingo Bior.
Un juego basado en este tipo de mitología siempre llama la atención, para que negarlo. Si le sumamos la premisa de Void Studios alegando que es un RPG, tenemos el cóctel perfecto. O eso pensaríamos cualquiera, por que el resultado está lejos de serlo. Si, en Eternity: The Last Unicorn encontramos elementos propios de ese género, pero poco más. El sistema de combate está desfasado y tiene algunas decisiones de diseño cuestionables, y no sabemos si ha sido por falta de recursos o de motu propio.
Además, el juego cuenta con varios fallos importantes que enturbian bastante la experiencia, convirtiendo una apuesta atractiva en algo que termina desesperando. Eternity: The Last Unicorn no sabe dar con la tecla en muchos aspectos y uno de los buenos puntos que tiene, la historia y la ambientación, termina diluyéndose con el paso de las horas.
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Apartado técnico
Eternity: The Last Unicorn tiene muchos puntos negativos, pero había que empezar por alguno. Así que lo primero, lo que salta a la vista, el apartado gráfico. Casi parece mentira que esté hecho con el Unreal Engine 4. Si, el juego es colorido y bonito, pero no tiene profundidad y a muchos de los elementos se les nota el cartón, siendo muy planos en su mayoría.
Además, los enemigos no abundan y apenas encontramos algunos. Y, aunque existe un bestiario que podemos completar, no es muy extenso que se diga. Eso sí, tenemos que añadir que los jefes finales que nos vamos encontrando son la nota positiva del juego. Cada uno de ellos están bien representados en relación a mitología nórdica.
Otro terreno pantanoso es el apartado técnico puro y duro. Eternity: The Last Unicorn cuenta con una tasa de fps estables, pero bastante baja. Esto se nota sobre todo en los momentos en los que combatimos, donde los tirones son casi una constante.
La cámara es, directamente y en mi opinión, un desafortunado error. Esta está ubicada detrás de nuestro personaje, a un cierta distancia, y es fija. No podemos moverla ni un sólo apéndice, lo que en muchas ocasiones nos frustará, sobre todo en combate. Por que claro, al enfrentarnos a enemigos de gran tamaño, estos ocupan una buena parte de la pantalla, impidiendo que veamos a nuestro protagonista y nos movamos en consecuencia para esquivar o atacar.
Es cierto que en los demás aspectos no influye, pero no termina de ser algo que encaje. Además, Eternity: The Last Unicorn es un juego pasillero, no hay mundo abierto ni sitios de cierta libertad. Siempre hay un camino fijo en el que puede que haya algún desvío, pero poco más.
Por último, mencionar que el juego llega traducido al castellano en los textos. Unos textos que no están optimizados del todo y más de una vez saltan en inglés. Es raro cuando en alguna conversación o escena no hay una frase en castellano y la siguiente en inglés con varios errores importantes: faltan letras, palabras sin terminar, frases incomprensibles… Un auténtico desastre.
Jugabilidad
Eternity: The Last Unicorn nos prometía un RPG de la vieja escuela y en los trailers y los primeros minutos (vease, el tutorial) todo apuntaba a ello. Es cierto que el sistema de combate es más un ARPG que un juego de rol más puro (turnos, magias, etc). Tenemos dos botones para atacar (fuerte y rápido), uno para esquivar y un ataque especial que sólo podemos usar de vez en cuando (básicamente, cuando se recargue). ¿Dónde está el problema? Es que los controles no son precisos, más de una vez nos dejarán tirados en medio de un combate.
Por que eso de darle al botón de esquivar por que ves que el rival prepara su enorme y gigantesca hacha para rebanarte en dos ver como tu personaje no mueve ni un pelo, cómo que no hace mucho gracia. Más cuando el juego no tiene autoguardados y vuelves desde el último punto de control perdiendo todo lo avanzado. Y es lo más habitual que nos puede pasar. Por que además, el sistema de apuntado es un tanto ortopédico, obligandonos a mantener el botón (Rt en este caso) constantemente pulsado.
Pero más allá de esto, el juego no cuenta con magias ni hechizos. Si que cada personaje cuenta con un arma secundaría (mandoble y arco), pero ya. Hay un sistema de orfebrería que sobre todo sirve para crear objetos esenciales para avanzar en la historia. Y varias plantas medicinales basadas en la mitología nórdica, cómo la hoja de Ygdrassil o el muérdago.
Duración
Eternity: The Last Unicorn nos durará unas 15 horas más o menos. Es cierto que para ser un RPG puede que sean demasiadas pocas, pero estamos hablando de un proyecto de bajo coste. Pero lo pero de todo es que más allá del bestiario y de querer sacar los 1000G, no hay mucho más donde rascar ni una opción a la rejugabilidad.
En cuanto a la historia, en Eternity: The Last Unicorn encarnamos a Aurehem, un hada encargada de conseguir que el último Unicornio no muera. Para ello, tendremos que hacer frente a cuatro malvadas brujas que mantienen una maldición sobre él. Si fallamos, los elfos perderán su inmortalidad. Así que solo nos vale conseguir la victoria.
Aunque la premisa es bastante bueno y la historia consigue atraparnos durante los primeros compases, lo cierto es que termina diluyéndose. Lo peor es que al final, se vuelve muy predecible.
Conclusión
Eternity: The Last Unicorn partía de dos premisas bastante buenas: la ambientación nórdica y el RPG cómo género. Pero el trabajo de Void Studios se quedó a medio camino. La ambientación cumple a la perfección y la historia es buena en sus origines, pero termina haciéndose bastante previsible.
Pero todo lo demás falla en el juego. Mas optimizada la traducción y los textos, un sistema de combate lento y repititivo, pocos elementos propios de los RPG,… Luego están los fallos en los controles, muy imprecisos e incluso a veces no responden como deberían, lo que enturbia aún más la jugabilidad. Además, al ser escenarios cerrados y pasilleros, junto con un uso de cámara fija, hace que nos perdamos muchos detalles. Y es fatal en combates contra varios enemigos o contra jefes finales de grandes tamaños.
En definitiva, Eternity: The Last Unicorn es un juego que, aunque parte de un buen inicio y de una buena promesa, se termina diluyendo con el paso de los minutos. Un juego que es complicado recomendar, pues falla en muchos aspectos esenciales, más allá de los motivos históricos o de ambientación. Un punto a su favor es el precio de venta, bastante rebajado respecto a otros lanzamiento.