Analizamos Dragon Quest XI S, la versión más completa de uno de los mejores juegos de rol y el primero de la saga que debuta en Xbox.
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Uno de los géneros más especiales dentro de los videojuegos es sin duda el de los RPG, y es que dentro de él tenemos muchos juegos únicos que nos llevan a vivir historias y aventuras complejas e inolvidables. Los hay de muchos tipos dentro del género, pero el día de hoy me quiero referir a los JRPG, que son aquellos títulos que nos vienen desde el país del sol naciente y que ofrecen otro tipo de experiencia.
Por supuesto, JRPG tenemos muchos y muy buenos, siendo difícil decantarnos por una saga por encima de las demás. Eso sí, probablemente hay una muy especial que todos los fans del género habrán jugado en algún momento de su vida, y esta no es otra que Dragon Quest. Esta saga tiene a sus espaldas un gran número de entregas y de spin-off, ya que hace más de 30 años de la llegada de su primera entrega.
El día de hoy es doblemente especial, y es que voy a analizar la edición definitiva de Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido. Digo que es doblemente especial por una sencilla razón, y es que es el primer Dragon Quest que llega a Xbox, siendo además el mejor de todos los de la saga. La versión que nos llega a las consolas de Microsoft es un port directo de la versión de Nintendo Switch, por lo que trae el juego original con todo el contenido adicional y demás mejoras que se introdujeron con motivo del lanzamiento de la versión de Switch.
No me gusta hacer spoilers cuando analizo un juego (y menos uno de este tipo), pero por poneros en situación Dragon Quest XI nos pone en la piel del Luminario, un héroe que antaño salvo el mundo de la oscuridad, aunque por desgracia será tratado como todo lo contrario, considerándolo un presagio de la oscuridad y el mal. En nuestro viaje, recorreremos escenarios de todo tipo, y es que el juego posee un mundo descomunalmente grande, lleno de enemigos, tesoros y todo tipo de secretos. ¿Queréis saber que tal es este Ecos de un Pasado Perdido en Xbox? Continúa leyendo para saberlo.
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Apartado técnico
El Dragon Quest XI original fue lanzado en 2018, y su versión definitiva un año más tarde. Como hemos dicho anteriormente, la versión que llega a Xbox es un port directo de esta última versión de Nintendo Switch, por lo que el apartado gráfico es sin duda el peor aspecto del juego. Es un poco incomprensible que no hayan adaptado los gráficos de esta versión a los de la original que salió en PS4 (que eran algo superiores), y más teniendo en cuenta que el juego funciona a mayor resolución y framerate que en Switch. Lo he disfrutado en una Xbox Series X, y aunque los tiempos de carga son casi inexistentes y el título no se resiente ningún momento si que hemos podido ver algo de popping.
¿Esto quiere decir que el juego se ve mal? Rotundamente no. Si habéis jugado a algún Dragon Quest anteriormente sabréis que estos cuentan con uno de los apartados artísticos más bellos dentro del mundo de los videojuegos, y uno de los principales culpables de esto es Akira Toriyama, que se encarga de darle vida a los personajes del juego. Dragon Quest XI sigue la línea de la saga en ese sentido, mostrándonos unos personajes con unas características muy marcadas, siendo algunos de ellos de lo mejor que ha habido entre todas las entregas. El grupo de protagonistas y todo el trasfondo que tienen detrás es una auténtica maravilla, siendo muchas interacciones entre ellos memorables.
Por supuesto, no solo los personajes lucen bien, estando los enemigos y sobre todo los escenarios a un nivel igual o incluso superior. El mundo de Dragon Quest XI es gigantesco, y durante nuestro viaje visitaremos todo tipo de localizaciones, ya sea en el desierto, en la montaña, en la playa o en la nieve. Además, las ciudades y aldeas que visitemos están diseñadas con mucho encanto y no sentiremos que visitamos continuamente la misma localización genérica, puesto que todas tienen sus rasgos diferenciadores (y eso sin hablar de las mazmorras, que son una pasada).
La banda sonora de Dragon Quest XI sigue en la misma línea de la saga, por lo que encontraremos las clásicas melodías típicas de todos los Dragon Quest. Esta banda sonora ha sido re-orquestada, y el juego nos da la opción de elegir su versión sintetizada o sinfónica (siendo esta mucho mejor en mi opinión). El juego nos da a elegir si preferimos escuchar las voces en ingles o japonés, pero como es costumbre viene localizado al español. Este videojuego tiene una de las mejores localizaciones que he visto, contando los personajes con expresiones propias adaptadas a nuestro idioma (por ejemplo, si hablan con acento italiano).
Jugabilidad
Se puede decir que Dragon Quest XI es ciertamente continuista, y es que el título es muy fiel a una fórmula que le ha dado a esta saga incontables éxitos. Estamos ante un RPG de corte muy clásico, por lo que su experiencia la podemos dividir en 3 apartados diferenciados pero que se entrelazan a la perfección: exploración, combates (con un buen sistema de evolución de los personajes) e interacción con NPCs de todo tipo. Estos NPCs estarán literalmente por todos lados, y encontraremos un gran número de misiones secundarias repartidas por el mundo.
Como he mencionado anteriormente, todo esto lo haremos en un mundo gigantesco y muy variado, siendo uno de los mayores puntos fuertes de este RPG. Explorarlo es muy gratificante, y ya sea a pie o a lomos de una de las monturas que tendremos disponibles lo cierto es que es probable que nos den ganas hacer un alto en el camino para explorar tranquilamente alguna zona. Algunas de ellas están dotadas de una cierta estructura vertical, obligándonos a saltar o trepar para acceder a zonas más elevadas, dando así una mayor variedad a los escenarios.
Dragon Quest XI cuenta con un clásico (y sensacional) combate por turnos
Este Ecos de un Pasado Perdido no dispone de un sistema de combate revolucionario o lleno de novedades que vaya a dejarnos impresionados. Sin embargo, y pese a que la experiencia que ofrece es muy clásica, lo cierto es que se no se le puede poner ninguna pega en absoluto. Se trata de un sistema de combate por turnos, donde dispondremos en la mayoría de la aventura de un grupo de 4 miembros, los que deberemos gestionar bien para lograr un grupo que pueda hacer frente a todos los peligros que nos vayamos encontrando en nuestra aventura. Aunque tendremos la opción de controlarlos a todos también existe la posibilidad de darles ordenes preestablecidas para que actúen solos de una manera concreta, como por ejemplo que se centren en tareas curativas.
Una de las diferencias que encontraremos entre los modos 2D (del que hablaré más adelante) y 3D será la aparición de enemigos, y es que mientras que en la versión de dos dimensiones los combates son totalmente aleatorios, en 3D los veremos en todo momento, y nos podremos acercar o alejarnos según nos convenga. Algo bastante interesante de esto son los ataques preventivos, que se activarán cuando nos acerquemos a los enemigos sin ser vistos y pulsemos A, iniciando el combate asestándole un golpe inicial a los enemigos. Dentro del combate tendremos una nueva cámara llamada Lucha Libre, que nos permitirá movernos dentro del combate libremente, aunque podremos optar por una clásica donde solo tendremos disponible las distintas opciones disponibles para combatir.
Tendremos varias opciones dentro de los combates para llevarlos a buen puerto. A los que no pueden faltar en un RPG como son atacar y utilizar objetos debemos sumarles las habilidades (donde podremos encontrar una cantidad enorme, no siendo iguales para todos) y conjuros, a los cuales solo podrán acceder algunos personajes. Junto a todo esto tenemos la opción de modificar nuestra formación de combate en cualquier momento. Esto nos permitirá cambiar a un personaje por otro que tenga algunas habilidades más útiles en ciertos combates, o incluso sustituir a un compañero caído. Por último, existe también la opción de cambiar el equipo de cada personaje, convirtiendo de esta manera el combate en una experiencia muy configurable.
Gracias a los combates iremos subiendo de nivel a nuestros personajes, y también encontraremos una de las novedades en la saga: la presencia de un árbol de habilidades. En él podremos ir desbloqueando una serie de atributos o habilidades únicas de cada personaje, como mejoras en la probabilidad de críticos, la posibilidad de llevar un arma en cada mano o incluso ataques combinados entre nuestros personajes. Estos los podremos realizar cuando entremos en un estado de inspiración, en el que potenciaremos nuestros atributos durante un período de tiempo (al más puro estilo Super Saiyan). Los personajes podrán entrar en inspiración a través de combatir, y si logramos que uno o varios lleguen de manera simultánea podremos desatar ataques devastadores.
La dificultad del combate en este Dragon Quest XI no es demasiado elevada, y a no ser que vayamos avanzando por el mundo sin luchar con demasiados enemigos no tendremos muchos problemas para avanzar. Si eres de esos jugadores a los que le gusta un reto o simplemente vas a rejugar el juego en Xbox siempre puedes activar las misiones draconianas. Estas son una serie de opciones que pueden aumentar la dificultad del juego notablemente (algunas incluso lo pueden volver un reto a la altura de muy pocos), y las cuales podremos activar solo al principio de la aventura. Entre las disponibles cabe destacar el aumento del poder de los enemigos, o la imposibilidad de comprar objetos e incluso de equipar aquellos de corte defensivo.
Una edición definitiva llena de novedades
No quería despedirme de esta sección del análisis sin mencionar de manera separada las nuevas características que llegan con esta Edición Definitiva de Ecos de un Pasado Perdido. Una de las novedades de esta es la inclusión de un modo que nos permite disfrutar de la aventura al completo en 2D. Este modo no se limita a cambiar solo la perspectiva, y es que nos dará la sensación de que estamos jugando a una de sus primeras entregas. El juego se rediseña totalmente, llevándonos por ejemplo a pensar los combates de otra manera, o incluso nuestro movimiento por los escenarios, ya que al ser en 2D estos tendrán una distribución diferente.
Si bien es cierto que el trabajo realizado tras este modo es loable, no llega a funcionar a la perfección. Podemos cambiar de modo en casi cualquier momento (a través de una estatua o en las iglesias) pero al hacerlo nuestro progreso peligra, ya que el juego reinicia en este modo llevándonos a un momento concreto anterior de la aventura, pudiendo perder horas de juego incluso. A este modo gráfico debemos sumarle una misión secundaria muy larga que nos llevará a visitar los mundos de otros Dragon Quest para evitar que una amenaza siembre el caos y cambie la historia. Esta misión es totalmente opcional, aunque he de decir que es de lo mejor que tiene el juego, estando implementada de una manera soberbia.
Esta misión no será la única nueva que encontremos con respecto a la aventura original, y es que además se han introducido una serie de sub-tramas relacionadas con nuestros compañeros de viaje. Estas son muy interesantes, y al igual que la anterior misión secundaria está introducida de tal manera que parece contenido original. Las nuevas sub-tramas tienen la misma calidad que la historia principal, tanto en lo jugable como en lo narrativo, por lo que recomiendo no olvidarlas. Para acabar con las novedades no nos podemos olvidar del modo Foto, y de la posibilidad de aumentar hasta dos veces la velocidad del combate, algo que sin duda agradecerán todos aquellos amantes de farmear experiencia.
Duración
Si eres un amante del género sabrás que este tipo de juegos suelen estar repletos de contenido, además de contar con una historia principal muy larga. Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido no es una excepción, y con él tendremos juego de sobra para varias semanas. Si vamos únicamente a completar la aventura principal sin detenernos en ningún lugar ni completar misiones secundarias, nuestra aventura durará en torno a las 55-60 horas de juego, cifra que se encuentra al alcance de muy pocos juegos.
Por supuesto esto no es nada recomendable, ya que nos estaríamos dejando atrás contenido secundario que rivalizaría en calidad con muchos otros juegos enteros. Algunos escenarios son tan grandes que nos querremos perder en ellos durante varias horas, y si tenemos intención de llevar a los personajes lo mejor preparados posible tendremos que dedicar mucho tiempo en combates para ello (sobre todo si activamos misiones draconianas). Si a esto le sumamos todo el contenido post-game del juego, los coleccionables, el bestiario y más tendremos juego para fácilmente 120 horas.
Conclusión
El género de los JRPG nos ha dado grandes juegos durante toda la historia, aunque sin embargo no hemos recibido tantos en esta generación que acaba de terminar. Por suerte tenemos este Dragon Quest XI, que sin duda es el mejor de todos ellos. El título original ya contaba con suficientes virtudes como para ser todo un referente del género, pero esta Edición Definitiva lo amplia mucho más allá. No suelo ser muy partidario de las ediciones de este tipo (ya que no suelen traer contenido que justifique su compra), pero lo cierto es que en esta ocasión todo el contenido extra expande y mejora lo que ofrece la aventura original.
Es fantástico que esta saga se estrene en Xbox con la mejor versión de su mejor entrega, todo un regalo para los que jugamos en una plataforma donde los JRPG escasean. Tanto si eres un amante del género como si nunca has disfrutado de un JRPG este Dragon Quest XI es una opción ideal que sin duda os dejará mucho más que satisfechos, y mucho más teniendo en cuenta que llega de lanzamiento a Xbox Game Pass, por lo que si tienes una suscripción activa puedes disfrutarlo de manera totalmente gratuita.