Analizamos para Xbox One la última epopeya de Warhammer, con esta completa entrega que mantiene las bases y nos ofrece interesantes novedades. Análisis de Warhammer: Chaosbane.
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La guerra ha terminado. El líder de los ejércitos de los hombres, el general Magnus, se ha proclamado vencedor de la batalle de Kislev sobre el caudillo del caos Asavar Ku y su ejército de abominaciones. Sin embargo, lo que en un principio precedía a una nueva época de paz, se ve interrumpido por una nueva e inesperada amenaza. Una misteriosa Hechicera del Caos atrapa con un oscuro hechizo a Magnus, el salvador del Imperio, mientras la fortaleza de los hombres es atacada súbitamente y de una forma inesperada. Nuestro papel será recorrer el imperio para evitar el nuevo resurgir del ejército del caos y liberar al General Magnus del embrujo que le incapacita.
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Si estás aquí leyendo esto, seguramente sea por un motivo de peso. Y es que un juego de “Warhammer tipo Diablo” es ya de por sí más que suficiente para atraer la atención de cualquier aficionado. Esta fórmula de juego tan seductora nos la trae el estudio Eko Software con la intención de aprovechar las bases que estableció Blizzard con su maravillosa saga Diablo. No es ni el primero ni el último que se sube al carro, pero esta denominación de origen Warhammer es ya de por sí un símbolo de calidad.
Estas comparaciones no necesariamente tienen que ser algo malo. ¿O acaso algún futbolista se ofendería si se le comparase con Messi o Cristiano? Diablo está a ese nivel en el terreno de los videojuegos. La gran preocupación a la que nos enfrentamos a priori es si Chaosbane tiene o no la profundidad necesaria como para ponerlo a la altura de Diablo y poder cumplir con las expectativas de los muchísimos seguidores de la saga.
Apartado Técnico
Posiblemente, este sea el apartado donde más se luce Warhammer: Chaosbane. Sobra decir, que la estética artística y creatividad de la franquicia Warhammer nos garantiza una excelente calidad tanto en su diseño como en su acabado general. Los escenarios, los enemigos e incluso los menús por donde nos manejamos estás diseñados con un buen gusto digno de una franquicia tan importante como la que lleva el nombre. Visualmente, puedo asegurar que este juego simplemente supera a la media.
Donde más destaca es en los efectos de luces y partículas, que son sencillamente geniales. El efecto de las flechas de fuego, las bolas de rayos del mago, la sangre de nuestros enemigos al morir o simplemente los detalles animados del entorno son francamente buenos. Algo que ya me impresionó bastante cuando tuve la oportunidad de jugar a la BETA.
También añadir, que el apartado sonoro de Warhammer: Chaosbane alcanza un nivel bastante bueno, sobre todo en los efectos de sonido. Así como la banda sonora que nos acompaña a lo largo de toda la aventura, que logra ambientar de manera sobresaliente todo el juego.
Jugabilidad
La primera decisión a la que nos enfrentamos a la hora de jugar es la selección de personaje. Gracias a su descripción, podremos elegir el rol que mejor se ajusta a nuestro estilo de combate: un soldado imperial, un alto elfo mago, un enano y la elfa exploradora. Cada uno de ellos tiene unas fortalezas y debilidades que le hacen diferente al resto. Así disfrutaremos de un modo de jugar concreto en función del personaje, ya sea por las mecánicas, movilidad o el tipo de ataque que utilizan.
“Una de las mejores facetas del juego es la gestión del inventario. Buscar las piezas mas convenientes para nuestro héroe y elaborar una buena “build” es una parte importantísima de su jugabilidad”
El segundo punto clave de su jugabilidad es la gestión del equipamiento y el desbloqueo de habilidades en el árbol de desarrollo. Mientras que mejorar el equipo aumentará nuestra capacidad ofensiva y defensiva, gracias al árbol de habilidades podremos enriquecer a nuestro héroe mediante mejoras pasivas y aptitudes exclusivas de cada clase. Gestionar nuestro inventario, hacer una buena selección del equipo y desbloquear nuevas habilidades será una parte importantísima de su jugabilidad. Y lo mejor es que se realiza de una forma rápida e intuitiva. Este dato es importante, muy importante diría incluso, ya que un error de diseño en este aspecto, puede estropear nuestra experiencia con el juego. Todo es fácil rápido y sencillo de entender, ¡bravo! No necesitamos prolegómenos que dificulten nuestro disfrute.
Nuestra rutina será explorar los laberínticos mapas completando unas sencillas misiones basadas en objetivos también muy fáciles. Liberar esclavos escondidos en el mapa, recopilar una serie de recursos concretos o incluso en la mayoría de los casos, simplemente alcanzar la salida. La sensación de avanzar y progresar es constante, algo que gratifica y motiva mucho al jugador, pero tal vez simplificar todo demasiado, puede tener sus riesgos.
Llegados a este punto del análisis, seguramente te digas a ti mismo: “No he leído nada que no haya visto antes”. ¿Verdad? Muy cierto, pero es exactamente esa la conclusión a la que quiero llegar en este texto y que quiero dejar muy clara: Warhammer: Chaosbane es muy muy conservador. Apuesta por unas mecánicas vistas un millón de veces antes, un sistema de juego que nos recuerda a otros títulos y sencillamente, no aporta nada nuevo al género. No hay sorpresas, novedades ni ideas ingeniosas que le hagan resaltar entre las muchas alternativas que podemos encontrar dentro de un género tan masificado como éste.
¡Pero no enciendas las hogueras aún! Es cierto que Warhammer: Chaosbane es tan poco original como continuista, pero hay que destacar que ahí es donde radica su solidez jugable. El control es bastante preciso, incluso más que en otros juegos mucho más sofisticados y complejos. El combate funciona a las mil maravillas y dominar las mecánicas nos será tan fácil como satisfactorio. Con ello lo que se consigue es que enseguida estemos metidos en el juego y disfrutando. El loot es generoso y conseguir equipamiento nuevo es elemental y rápido. En definitiva, y a pesar de no tener una jugabilidad nada fuera de lo habitual, Warhammer: Chaosbane se disfruta muchísimo.
“Entra, mata y sal… Equípate, mejora el personaje y otra vez a empezar. Esta es la dinámica de Warhammer: Chaosbane y de la mayoría de juegos en este género”
Duración
En aproximadamente 15/20 horas, podremos completar los cuatro actos que tiene el juego (End Game y contenido post lanzamiento aparte). Cada uno de estos actos sigue una estructura y un patrón de misiones prácticamente idénticas, y cada una de estas áreas es temáticamente diferente y con un jefe final representado por un dios del caos. En cada uno de estos actos, tanto el escenario como los enemigos son distintos, sí, pero después de unas horas, empezarás a caer en la dinámica de la repetición luchando contra otros enemigos, pero con rutinas de ataque prácticamente calcadas. Warhammer: Chaosbane peca de “poco inspirado” en casi todos sus aspectos y eso también afecta a su durabilidad.
Una vez terminada la campaña, tendremos a nuestra disposición algunos modos de juego “End Game” que pueden aumentar su duración: el Modo Expedición, Caza De Reliquias y “Boss Rush”. En el primero, podremos disfrutar de partidas rápidas generadas al azar. En Caza de reliquias tendremos acceso a mazmorras más editables respecto a su dificultad y que nos dan la posibilidad de conseguir material heroico. Por último, en “Boss Rush” podremos enfrentarnos a los jefes que más nos gusten para poner a prueba nuestras habilidades.
Conclusión
Warhammer: Chaosbane es un juego muy conservador, que apuesta por la fórmula más segura y que no introduce prácticamente ninguna novedad al género. Pero al César lo que es del César: el juego se disfruta muchísimo. Es divertido, visualmente atractivo, un control que funciona muy bien, un desarrollo de personaje equilibrado, combates satisfactorios y un aspecto sonoro que te deja con la boca abierta. Por desgracia, si lo comparamos con algún titán del género seguramente salga muy mal parado, pero lo que hace lo hace bien.
Por el contrario, todo se nos pone muy cuesta arriba cuando los escenarios se reciclan una y otra vez, la historia está prácticamente vacía de interés y recaemos inevitablemente en el sota, caballo y rey. Lo más importante, es que tanto los fans de Warhammer como los de los action RPG se sentirán como en casa. Al fin y al cabo, sabemos a lo que venimos, ¿no?
Warhammer: Chaosbane puede presumir con orgullo de ser uno de los mejores títulos que han utilizado Warhammer como escenario. Muchos otros juegos como este tampoco pueden presumir precisamente de variedad e innovacción, así que no vamos a crucificarle por ello. Lo importante son los combates divertidos, el apartado artístico y una progresión bien diseñada, y Eko Software realmente ha conseguido sacar de la chistera un juego que si alcanza esas expectativas.
* Agradecemos a Bigben el material recibido para realizar el análisis de este juego.