Analizamos Thumper, un juego rítmico que os llevará a las mismísimas entrañas de la locura mientras dejáis que un universo lovecraftiano os rodee e intoxique. Grata sorpresa.
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Es sorprendente como el arte puede inducirnos a un estado de hipnotismo y lisergía ligeramente similar al que nos podrían causar ciertas drogas en nuestro organismo. Solo tenemos que ponernos un buen rato delante de algunas de las primeras piezas nacidas a raíz del cine más experimental para empezar a notar un cosquilleo en la parte trasera de nuestro cerebro. En los videojuegos uno de los primeros referentes de esta experimentalidad tan extrema fue la leyenda urbana Polybus, que se decía que causaba daños irreparables entre aquellos osados jugadores que se enfrentaban a él. Luces, colores y otros efectos visuales capaz de dejarte literalmente con los ojos haciendo chiribitas.
En los últimos años, y con la inclusión de la Realidad Virtual, parece que este tipo de juegos han encontrado un aliado en la musicalidad, dando grandes títulos como Fez o el resucitado Polybus. También en esta corriente se engloba Thumper, desarrollado por el estudio DROOL, compuesto por dos estadounidenses, un músico y un programador, que se han aliado para darnos el videojuego musical más oscuro y puramente lovecraftiano que veremos en nuestras consolas. Adéntrate en la locura.
Apartado Técnico
No se necesitan de grandes gráficos para ejecutar buenas ideas. En Thumper nos pondremos en el exoesqueleto de un escarabajo condenado a deslizarse por un raíl infinito que nos lleva por los caminos de la locura del cosmos primordial. Parece que Thumper solo haya podido idearlo un loco, capaz de imaginar formas geométricas tan inquietantes como insanas que acaban en un reiterante enemigo final cuya forma es una cabeza en llamas que clama por destruirnos. El fondo oscuro, contrastado con las luces de neón en tonos azules, rojos y verdes, son suficientes como para construir la atmósfera aparentemente austera de Thumper, que va desplegando todo su potencial visual a medida que nuestros correteos se hacen más complicados y vertiginosos.
La fluidez con la que correrá nuestro insectil amigo es pasmosa, ofreciendo unos necesarios 60 FPS fluidos y sin caídas, algo esencial para un videojuego que se basa en la velocidad y la precisión de nuestros movimientos. Todo el background visual se irá completando con un submundo cada vez más rico a medida que avancemos por los ocho niveles que nos presentan. Si en el primero el predominante será el negro, en un ascenso cada vez mayor a los infiernos de Thumper nos enfrentaremos a formas inspiradas en la naturaleza que se combinan con otras más abstractas y extrañas.
Al ser, ante todo, un videojuego musical, el apartado sonoro es uno de los más cuidados de todos. Los chirridos mecánicos que produciremos cuando nuestro escarabajo se apoye en una pared o cuando activemos los haces de luz que se encuentran por el escenario irán armando una rítmica melodía que encantará a metaleros y amantes de lo oscuro e incluso recordará en algunos acordes a los temas de Vangelis.
Jugabilidad
Uno de los aspectos que me ha sorprendido más gratamente de Thumper es su adictiva jugabilidad. No suelen gustarme los videojuegos musicales, es más, mi sentido del ritmo y la sincronización están a la altura de los andares de Mariano Rajoy cuando camina rapidito. Aún así he estado pegada a los mandos más tiempo del que creía posible, y eso es gracias a un fantástico diseño de niveles y una curva de aprendizaje que reta al jugador sin llegar a agobiarle. Vayamos por partes. Thumper está dividido por niveles, ocho para ser más exactos, que a su vez están divididos por una veintena de subníveles que jugaremos de forma continuada una vez accedamos a ellos.
Cuando se nos plante en el carril infinito que debemos recorrer con nuestro escarabajo, iremos pasando fases que siempre repiten sus patrones. El objetivo es pulsar la A cuando pasamos por encima de unas luces azules. Cuantas más consigamos, más puntuación haremos en ese tramo, o subnivel. Por supuesto, habrá obstáculos y paredes metálicas que desmenuzarán salvajemente a nuestro protagonista, por lo que tenemos que ir con cuidado de pulsar siempre la tecla correcta en el momento oportuno. Solo tendremos dos oportunidades antes de ser aniquilados por el nivel.
Como decíamos, los subniveles se dividen por tramos, una vez completado cada tramo accederemos automáticamente al siguiente. En todos los niveles encontraremos dos jefes, uno a la mitad y otro hacia el final. En estos tramos del nivel deberemos ser especialmente escrupulosos acertando todos y cada uno de los haces de luz, que cambiarán de azul a verde. Si fallamos, deberemos empezar de nuevo sin excepción. Una de las genialidades de Thumper es como introduce el reintentar. Casi no te das cuenta de que has muerto porque ya has empezado a rodar automáticamente. La pantalla de carga es prácticamente inexistente, y el sonido de la música no se interrumpe, por lo que nuestras ganas de volver a lanzarnos a la música se refuerzan y hacen que sea terriblemente adictivo.
La curva de aprendizaje también es otra de sus grandes virtudes, y es que poco a poco el juego irá introduciendo elementos que más tarde mezclará aumentando la velocidad y el número de obstáculos en pantalla. Este ejercicio, que es lógico y natural en este tipo de juegos, muchas veces no se aplica con toda la picardía necesaria, haciendo que los picos de dificultad sean exasperantemente desiguales. No es el caso de Thumper, donde todo fluye en armonía demoníaca con nuestro escarabajo saltarín.
Duración
Thumper cuenta con dos modos de juego: «Jugar» y «Jugar+». Para poder desbloquear el modo + deberemos primero probar el modo «Jugar», que sería algo así como la campaña del juego. Como hemos dicho, consta de 8 niveles, con sus diferentes subniveles, que suelen rondar la docena. El modo + lo único que añade son los niveles pero con la dificultad añadida que cuando muramos deberemos empezar de nuevo.
En el modo campaña podemos morir todas las veces que queramos que siempre reiniciaremos en el último punto, en cambio, el modo + es competitivo online también, por lo que contará nuestras puntuaciones para compararlas con nuestros amigos y el ránking global. Hay tres tipos de notas: C, B y S. Estas las conseguiremos si logramos activar el mayor número de haces de luz sin sufrir daño ni morir en el intento. Al final de cada nivel se hace una media con las notas de todos los subniveles, siendo la S la más codiciada pues activará un logro del juego.
Conclusión
Thumper es un descenso a los infiernos de la locura de los videojuegos rítmicos, una más que loable propuesta si tenemos en cuenta que ha sido desarrollado por dos personas, a la altura de títulos ya de culto como Fez o Polybus. Su demencial jugabilidad hará que no te puedas despegar de los mandos, como si una fuerza demoníaca te arrastrara a seguir sin parar, hasta perder la cordura y sufrir la epilepsia. Muy recomendable para todo el amante del arcade, la música y las propuestas bizarras y oscuras.
*Nota: Agradecemos a DROOL el código del juego y material para esta review.