Análizamos The Talos Principle, el aclamado juego de puzzles de Croteam, que aparece ahora en Xbox One tras su paso por otras plataformas.
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The Talos Principle, un juego de puzzles que intenta a un tiempo desprenderse del fantasma de Portal y otros referentes del género, y plantear cuestiones filosóficas de altura. ¿Qué es la humanidad? ¿Qué nos distingue de las máquinas? ¿Es el instinto? ¿El libre albedrío? ¿Somos realmente libres, o nuestros instintos nos dominan marcando nuestro destino? Paciencia. Todas estas cuestiones y ambiciones están presentes en The Talos Principle, juego con el que el Croteam, estudio creador de la saga Serious Sam se alejó de su franquicia emblema, para entregarnos este sesudo puzzle de infinitas piezas que podríamos comparar con el río Mississippi, basto e impresionante pero con una profundidad de apenas un palmo en algunos de sus tramos. The Talos Principle es un juego extenso, probablemente demasiado, con decenas y decenas de niveles, y aún más líneas de texto por leer, que más pronto que tarde acabarás ignorando para engullir sus puzzles como una compulsión, para obtener los breves segundos de satisfacción al conseguir la pieza escondida en cada laberinto.
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En The Talos Principle encarnamos a un neonato, un recién creado sin memoria, sintético, al que una voz, la voz de dios, guiará en sus primeros pasos ofreciendo acicates para avanzar, una guía moral, y también una misteriosa prohibición. Podemos visitar todos los hermosos mundos que nuestros padre ha creado para nosotros, pero nunca debemos entrar en la torre porque pereceremos. Por supuesto el jugador, en cuanto es consciente de esta prohibición entiende que la torre es nuestro objetivo último, y desea entrar en ella igual que el hombre deseó la manzana en el paraíso. Como puede verse, aunque luego la cosa se complique, metáforas originales ante todo. Paciencia Sea como sea en los paradisíacos niveles creados por dios para nosotros, no hay mucho más que hacer aparte de encontrar nuestro camino hacia una pieza de Tetris, que deberemos coleccionar para seguir accediendo a más mundos, y eventualmente a objetos que nos posibilitarán seguir nuestra labor de avanzar, y avanzar hacia la resolución del enigma final, pero esto es algo que seguiremos explorando en este análisis.
Apartado Técnico
The Talos Principle era en su lanzamiento original allá por 2014 un juego con algunos aspectos punteros. Elaborado con el Serious Engine 4, heredado de la franquicia insignia de sus creadores, el título es, o al menos era, muy vistoso. Tanto en carga poligonal, como efectos, partículas e iluminación sigue estando a un nivel más que decente. Ya no parece un triple A ni por asomo, pero estaría más cercano de indies de calidad como Hellblade, que de juegos más experimentales y de presupuesto más contenido.
Artísticamente en los niveles de The Talos Principle encontraremos paisajes de eras clásicas (Grecia, Egipto) salpicadas de elementos futuristas, apostando más por el realismo que por la imaginación, lo que nos deja cierto sabor a visto en muchas ocasiones. Aún así los paisajes son hermosos, componiendo un juego que extrañamente es más bello en foto que en movimiento, pero que ciertamente es siempre muy agradable a los sentidos.
En cuanto al apartado sonoro la cosa sube enteros. Los temas que nos acompañan en nuestras partidas, a pesar de tener cierto deje a lo que podríamos escuchar en un paseo por la sección «músicas del mundo» de la fnac, son hermosas y pegadizas. Como pasa en muchos juegos del circuito independiente, está claro que en el apartado sonoro se han alcanzado unas cotas de calidad muy altas, y que casi cualquier proyecto sin importar demasiado lo experimentados que sean sus creadores, o el presupuesto con el que cuenten, puede entregar bandas sonoras memorables. Con mucha más personalidad que el diseño artístico, al menos a mi ver, será mucho más fácil recordar el juego por sus paisajes sonoros que por los puramente visuales, a pesar de que estos estén a buen nivel. El diseño de sonido no desmerece, otorgando mucho sabor a nuestras aventuras en el juego de Croteam.
Jugabilidad
The Talos Principle es un nuevo primo lejano de Portal. Un juego de puzzles de tipo laberinto, donde dependeremos de nuestro ingenio, y de la facilidad para aprender a dominar los mecanismos del juego. En el juego deberemos explorar varias naves repletas de puertas, que nos dan acceso a los mundos creados por dios para nosotros. Cada uno de esos mundos consta de un hall y varias puertas tras las que se esconde un acertijo, un laberinto, y cada uno de ellos esconde una pieza de Tetris. Con cada juego de estas piezas conseguiremos acceso a un sigilo (un nuevo objeto que nos facilitará acceso en determinadas circunstancias), o nos abrirá la puerta a una de estas nuevas naves, llena de más puertas, tras las que se esconden nuevos mundos. El juego nos desafiará cambiando sus reglas, e introduciendo una nueva variante, cada vez que empezamos a dominar un tipo de nivel. En la dificultad está la satisfacción, y aquí hay varios laberintos realmente difíciles, y en ocasiones esta lucha entre el jugador y el juego para dominarse mutuamente es apasionante. En otras ocasiones, que no son pocas, esta progresión resulta muy poco progresiva y el aumento de dificultad no logra su cometido, bien sea por resultar insuficiente, bien sea por introducir elementos bastante tramposos que conseguirán fastidiarnos más que otra cosa.
Uno de los problemas de The Talos Principle es todo lo que tiene que ver con la narrativa, que si bien es extensa y puede resultar interesante, también está deslavazada, y su conexión con el juego como ente jugable es puramente testimonial. A través de terminales repartidos por el mapeado tendremos la opción de acceder a textos, conversaciones con inteligencias artificiales, y archivos de sonido, que irán llenando los agujeros argumentales del juego, y planteándonos todo tipo de cuestiones trascendentales, que logran escaparse con mucha dificultad del cliché en demasiadas ocasiones. The Talos Principle es un título entretenido, con una buena dosis de inventiva y personalidad, pero también es a menudo tramposo, y frustrante. Como nota positiva podemos decir que a este título le sobra más de lo que le falta, y eso siempre es menos demérito en una época en la que se premia al glotón digital. Sin embargo este podría haber sido un caso de menos es más, y haber sustraído elementos, explicaciones, e incluso unos cuantos niveles, habría hecho mucho por la diversión, y hubiera conseguido que el juego resultara más misterioso y fascinante.El saldo final es sin duda positivo, pero con la sensación de que no está envejeciendo demasiado bien, y de que imitadores que vengan después tienen fácil aprender de sus errores y hacerlo mucho mejor.
Duración
Alto y claro, The Talos Principle dura demasiado, su principio jugable no daba para tanto, y lo que podría haber sido una experiencia memorable de puro ingenio, acaba resultando pesada e interminable. Decenas, más de cien puzzles, para exhibir unas mecánicas que no pueden evitar resultar exiguas. A menudo el juego traza un arco jugable con varios de sus niveles que resulta brillante, pero lamentablemente esto muchas veces no se da, y en algunas de las puertas tenemos dos o tres niveles que son puro relleno. La sensación del «muy bien, ya te capto, no hace falta que te repitas» se da demasiadas veces, el juego recalca sus logros, que no son pocos, en demasía, tanto como sus aspiraciones filosóficas aunque de forma menos vacía. Por supuesto esto es una valoración personal, y cualquier persona que conecte con el juego estará de lo más encantada con el generoso número de niveles del que se compone. The Thalos Principle difícilmente baja de las 15 horas si eres muy habilidoso, y la presencia de coleccionables bastante duros de conseguir puede elevar su duración hasta las 25 horas más o menos, ahí es nada.
Los aficionados fervorosos a los puzzles, o aquel jugador más casual al que la propuesta de The Talos Principle acabe enamorando recibirá mucho por su dinero. Por otro lado si se te atraganta este totum revolutum de metáforas religiosas y ciencia ficción el juego se te hará bastante pesado, y difícil de terminar. Yo no lo he hecho, debo reconocer que el cansancio pudo a la curiosidad de saber qué hay en esa maldita torre, de conocer el alcance de mi humanidad, y hasta de engordar mi gamerscore a base de logros. Experiencia sabrosa y extenuante como el plato de sopa de Mafalda, que nos hace sospechar que alguien nos rellena el plato de nuevo mediante algún sofisticado sistema.
Conclusión
Si echo la vista atrás en este análisis, y releo algunas de las líneas tengo la impresión de estar siendo un poco injusto con The Talos Principle. La realidad es que es un juego con la ambición justa, con muchos buenos elementos, y que resulta fascinante de entrada. Aunque a nivel narrativo resulte algo superficial, y la conexión con el resto de elementos sea nula, puede resultar interesante, y hay que reconocer a sus guionistas su soltura en la escritura. La verdad es que no se en que momento se rompió mi conexión con el juego, ciertamente no empezó así, pero la verdad es que en muchos momentos el juego parece esforzarse más en parecer «inteligente» y en que lo parezca el jugador que en divertir, o comunicar algún tipo de mensaje. Pocas veces había visto a un juego intentar con tanta fuerza trascender de su propia naturaleza, y terminar resultando puramente instrumental. The Talos Principle es un conjunto de puzzles divertidos, elaborados de forma artesanal a menudo con gran acierto, y otras veces no tanto. Cualquier envoltura o coartada filosófica resulta superflua, esto es y nada más.
Puede que The Talos Principle haya sido una experiencia empachante incluso para su propio estudio, que parece con ganas de volver a su Serious Sam después de esta aventura. Sería una pena que el Croteam no volviera a intentarlo con un juego de estas características, puesto que editar y refinar la fórmula es posible, y deseable. Solo sería necesario bajar el tono, aligerar la carga y no ponerse tan serios.
* Agradecemos a Trinity Team el material recibido para realizar esta review.