Un nuevo título que reúne elementos de los géneros Souls, Castlevania y Metroidvania, aunque por el camino pierde identidad. Con una dificultad a tu medida y un buen desafío que te entretendrá al máximo. Con una gran cantidad de jefes y un mapa extenso para explorar.
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Un año lleno de juegos es motivo de gratitud y se traduce en más opciones para divertirnos. Esto puede ser una bendición o una desgracia para algunos títulos que buscan captar nuestra atención. Si a esto le añadimos que recibimos una propuesta proveniente de uno de los géneros que tanto nos fascinan, como lo es el Metroidvania.
Aquí es donde entra The Last Faith, un juego que aparece en un año en el que tenemos calidad de sobra. Además, el juego posee una serie de elementos que pretenden incorporar las mejores ideas, o al menos algunas de ellas, provenientes de títulos reconocidos como Blasphemous y también de otros como Bloodborne.
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De hecho, para este nuevo juego convergen varios géneros, aunque su esencia es la de un Metroidvania, con un diseño de arte ya conocido y con un nivel de dificultad más elevado de lo que usualmente obtenemos en este tipo de estilo. Por lo tanto, no estamos ante una propuesta innovadora, sino que busca extender lo que ya conocíamos.
Apartado Técnico
Vamos a entrar en uno de los apartados más sólidos con los que cuenta el título. No es sorprendente que el juego sea visualmente atractivo, con un aspecto muy al estilo de Blasphemous. Las comparaciones pueden ser tediosas, pero es algo obvio que no podemos pasar por alto. Se aprecia la influencia directa de la obra proveniente de El Penitente. Aunque es importante destacar que el estilo es mucho más gótico y oscuro.
Algo que destacamos es la fuerte influencia de Bloodborne, con un aire lúgubre y agobiante, que se denota en los colores pálidos y una ambientación muy similar. Las estructuras de los edificios y vehículos complementan lo que vemos visualmente, siendo una clara adaptación en 2D del título de From Software, restando un poco de identidad al juego.
El trabajo realizado es sobresaliente en todos los sentidos, con un cuidado de los detalles que roza lo obsesivo. Los escenarios están muy bien representados, cada elemento, enemigo y animación se desenvuelven como la seda. Aunque al ser el primer juego de Kumi Souls Games, se le notan ciertas costuras que fácilmente podrían mejorarse con una actualización.
Hasta este punto, podemos mencionar que el pixel-art sigue dominando en propuestas de este estilo. Con un protagonista bastante rudo, acompañado de enemigos muy bien diseñados que nos deleitan al moverse.
De esta manera, cuando llegamos a los jefes, es cuando vemos un despliegue técnico bastante impresionante. No solo por sus diseños, sino por el tamaño de algunos o que vienen acompañados de unas transformaciones brutales, dando paso a unos enfrentamientos muy vistosos y que se disfrutan enormemente.
Y es que precisamente el título luce genial, no vamos a mentirles. La atmósfera se siente acorde con la historia que se va desarrollando, presentando unos paisajes asfixiantes y que transmiten ese aire de tristeza, agobio y soledad. En este aspecto, el trabajo de diseño y arte está muy bien logrado, aunque sin alcanzar las cotas de calidad de otros referentes.
Por desgracia, a pesar de tener tantas virtudes ya descritas, hay un elemento que desentona o, al menos en mi caso, rompió un poco con la aventura: su banda sonora es algo regular, sin llegar a sobresalir en absoluto, por instantes me daba la impresión de que iba a mejorar a medida que avanzaba, pero no fue así. No se malinterpreten mis palabras, no es mala, simplemente esperaba mucho más.
Acompañando el aspecto sonoro, el título carece de doblaje en español en cuanto a las voces de los personajes. En su lugar, solo tenemos voces en inglés que nos parecen bastante buenas. Pero no os preocupéis, en cuanto a los diálogos en español, podemos resaltar el trabajo de Guido Bindi y Matías Desalvo, que nos dejan excelentes líneas, con una impecable localización del juego.
Cerrando este apartado, The Last Faith no te decepcionará visualmente, a pesar de uno que otro error que nos encontremos en el camino. Estamos ante un digno juego del género, que cualquier seguidor disfrutará de un buen Metroidvania.
Jugabilidad
Seremos Eryk, nuestro personaje durante esta aventura que nos llevará a recorrer sitios peligrosos y plagados de enemigos. Nuestro objetivo es poder acabar con lo que está afectando a las personas, infectándolas y convirtiéndolas en abominaciones espeluznantes. Al iniciar, deberás elegir el estilo de combate que se adapte a tu forma de jugar.
Al momento de tener a nuestro personaje, detallaremos que los movimientos serán los mínimos disponibles: saltar, atacar y rodar. Atacar con una sola arma será nuestra opción. Como es usual, nos encontraremos rápidamente al primer jefe de la zona y con ello probaremos nuestro reducido repertorio.
De esta manera, si tienes experiencia en títulos del género, es probable que superes el primer reto. De lo contrario, conocerás que no es un desafío sencillo y que deberás ser cauteloso al momento de atacar y defenderte. Un detalle importante es que no existe pausa en el juego. Al acceder al menú para revisar tu inventario, estarás a merced de los enemigos, a menos que hayas limpiado toda el área previamente.
Tomando similitud con los souls o, de forma breve, como sucede en Blasphemous, existirán puntos de salvado de tu partida esparcidos en todo el mapa, aunque serán muy escasos, contando con hasta 1 o 2 por zona. Además, al utilizarlos, todos los enemigos revivirán y se llenarán tus barras también.
Ten en cuenta que para llenar tu vida, deberás conseguir de inyecciones curativas, aunque estas las conseguiras en tu camino por el escenario, en cajas o de enemigos, aunque estas solo se obtienen y no se recargan en los puntos de salvado. También puedes comprarlas, pero en definitiva, son consumibles de los que debes estar atento para que no se agoten.
Nycrux es el nombre de las almas que recolectamos y que sirven como moneda, ya sea para comprar recursos o para subir de nivel a nuestro personaje o a nuestras armas. Son tan importantes para nosotros que con ellas podremos progresar de diversas maneras.
Aunque las comparaciones sean odiosas, volvemos con el parecido a los souls, ya que al morir en un combate, perderás las almas (Nycrux) que hayas recolectado en tu recorrido, aunque las recuperarás volviendo al lugar de tu muerte. Ten en cuenta que si mueres antes de llegar al sitio, habrás perdido definitivamente el total de tus almas.
Otro detalle que debemos tomar en cuenta es que, en los combates, no dependeremos al 100% de nuestra habilidad. En muchas oportunidades, necesitaremos subir el nivel de forma continua y tener las herramientas para hacer frente a las amenazas.
En este sentido, Eryk puede subir de nivel, mejorando sus estadísticas al invertir el Nycrux obtenido. Esto nos ayudará a contar con mayor ataque o resistencia contra magias específicas, a subir nuestra barra de vida o nuestra barra para realizar hechizos.
Las armas también puedes mejorarlas; de esta forma, obtendrás un ataque más dañino y efectivo contra los enemigos. Aunque necesitas de nuevo Nycrux y otros recursos que vas consiguiendo para poder subirlas de nivel.
Por otra parte, también obtendremos hechizos para lanzar a los enemigos. Me encantó el que te hace sentir como Palpatine y te permite arrojar rayos al mejor estilo Sith de Star Wars. Aunque no todos son efectivos y tu barra para usarlos se consume muy rápido, son variados y dependen del estilo que utilices en el juego.
Asimismo, conseguiremos ítems consumibles como bombas especiales con diferentes efectos al atacar o de curaciones contra quemaduras, congelamiento o electricidad (otros más), que te ayudarán contra enemigos cuyos efectos pueden ser implacables para drenar tu barra de vida.
De las armas, contaremos con espadas, hachas, látigos (te sentirás todo un Belmont) y otras variantes que pueden ser tu arma principal o secundaria (una en cada mano). También puedes atacar con armas de fuego como arma secundaria. Las opciones son amplias y el uso de ellas es determinante en cada combate.
Como buen Metroidvania, otras habilidades aguardarán por nosotros, por ejemplo, el segundo salto o el dash, también el gancho y otras sorpresas que conseguirás. Y no pueden faltar las paredes o áreas secretas con ítems ocultos, que serán la recompensa a tu exploración.
Hasta este punto, las opciones son muy amplias y permitirán el crecimiento de Eryk de una manera formidable. Como comentaba al inicio, no solo de habilidad debemos depender; las estadísticas del personaje deben ser proporcionales a nuestra evolución.
A pesar de contar con cierta variedad y abundancia de elementos durante nuestra aventura, algo que baja mucho la calidad del gameplay es lo tosco e impreciso que se siente nuestro protagonista. Se siente como una especie de retraso al momento de atacar o de ejecutar una que otra acción. Es extraño, pero luego de un rato te acostumbras, aunque no debería ser de esta forma.
Algo que nos pareció un poco fuera de lugar es que el mapa se divide por escenario, es decir, no vas a ver un mapa general con todas las áreas, como sucede con otros juegos. Aquí, estará separado por zona y será visible solo en el área donde nos encontremos en ese momento. Le resta visibilidad a los puntos de interés que hemos marcado.
Los enfrentamientos con los enemigos comunes son simples durante los primeros compases de la acción, aunque a medida que avanzamos, algunos de estos contarán con ataques más complejos y dañinos y con un patrón de ataque más agresivo.
También nos encontraremos a enemigos que no llegan a ser jefes, sino como sub jefes, que serán un dolor de cabeza. Aunque esto solo será la primera vez, ya que una vez conozcamos sus ataques, será cuestión de habilidad y del nivel de nuestros ataques.
Uno de los detalles que más he disfrutado en el juego viene con los jefes. Son grandes, son abundantes y te harán sufrir mucho. Son realmente llamativos y atemorizantes, muchos de ellos agresivos y difíciles de vencer, ofreciéndote un buen reto. Lo malo es que no todos los jefes tienen la misma calidad, ya que algunos de ellos podrás vencerlos a la primera.
Para finalizar, The Last Faith tiene jugabilidad de souls, esencia de Castlevania, mapa de Metroidvania, elementos de muchos géneros. No es malo, pero es algo ya conocido y no llega a sorprendernos del todo si eres un fan de este estilo (hay muchas propuestas similares). Aunque eso no le quita lo divertido del juego y que atrapa de inicio a fin.
Duración
Después de apreciar cada aspecto del juego, es el momento de abordar un aspecto que suele ser determinante a la hora de comprar un título. La duración de The Last Faith es la esperada para un Metroidvania, lo que significa que estaremos ante un extenso mapa por explorar y dependerá de nosotros descubrir cada rincón oculto en sus paredes, que nos recompensará de muchas maneras.
Si solo quieres pasar el juego, un aproximado de 12 a 16 horas pudieran ser suficientes, pero, como mencionaba al inicio de este apartado, hay secretos ocultos que valen la pena y que se justifican con el lore de la historia o con armas y objetos de mucha utilidad, que harán crecer a tu personaje para ir preparados ante la batalla.
La dificultad también juega a favor de extender nuestra partida; hay secciones con enemigos y jefes que requerirán de tu habilidad y de contar con un buen nivel para superar estos retos. Por desgracia, luego de culminar nuestra partida, no podremos ir otra ronda con el new game+, aunque es una característica que sí veremos y que fue prometida por sus responsables.
Conclusión
The Last Faith es un juego que nos resulta familiar; todos sus elementos son un conjunto que ya hemos visto antes y que no busca innovar en el género. Esto debemos interpretarlo con cautela, no quiere decir que el juego sea malo o que no valga la pena, por el contrario, para ser un primer intento lo ha hecho muy bien y no es sencillo combinar tantas cosas para que funcionen según lo esperado.
Por desgracia, el título ha salido en un año con producciones de mucha calidad. Para no ir tan lejos, tenemos a Blasphemous 2 que salió este año y eso quizás pueda jugarle en contra a la hora de ganar seguidores, aunque también puede ser favorable para aquellos que quieran contar con otra experiencia similar y seguir divirtiéndose con un grandioso Metroidvania o Soulsvania.
Para finalizar, si le perdonas a The Last Faith cada detalle que posee, no te arrepentirás de divertirte con un juego que te atrapa y te invita a seguir mejorando a tu personaje, a la par que vamos desentrañando los secretos que abren el camino a la historia. Enfrentamientos contra descomunales jefes, enemigos que te harán replantear tu estrategia y un extenso mapa por descubrir, estamos ante un buen juego.
*Gracias a Playstack por proporcionarnos el material para la review.
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Historia80/100
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Jugabilidad85/100
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Apartado Técnico95/100
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Sonido80/100
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Duración85/100
Lo bueno
- Desafiante como ninguno
- El diseño artístico es soberbio
- Tremenda la cantidad de Jefes
- Jugabilidad de souls, esencia de Castlevania, elementos de Metroidvania
Lo malo
- Le falta más identidad
- El control del personaje se siente tosco
- Palidece frente a otros lanzamientos del mismo género
- No posee new game+ (fue prometido)