Analizamos House of Ashes para Xbox Series, la tercera entrega de la antología, donde en esta ocasión deja a un lado el clásico terror y los predecibles jumpscares.
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Nos encontramos al final de la guerra de Irak, un grupo de Fuerzas Especiales del ejército estadounidense se preparan para desmantelar otro depósito de armas de destrucción masiva, pero en medio de un conflicto armado con las tropas locales acaban siendo succionados por el suelo y se encuentran en un lugar aún peor del imaginado. Lo que aparentemente parecía ser unas antiguas ruinas del imperio acadio, resulta ser un nido de criaturas ancestrales que escapan a nuestra comprensión en una primera estancia. Así comienza la historia de House of Ashes.
Supermassive Games lanza finalmente su tercera y penúltima entrega de esta magnífica tetralogía de historias independientes, pero con un eje en común, el terror. Sin embargo, en esta ocasión se aleja algo del género para ofrecernos una aventura plagada de tensión y supervivencia, lo cual no necesariamente lo convierte en un mal juego, pero si puede llegar a decepcionar a todo aquel que busque una aventura de puro terror.
Apartado técnico
House of Ashes destaca sin lugar a dudas por su apartado técnico, unos gráficos cada vez más realistas y unos modelados y escenarios increíbles. Sin embargo tiene un gran “pero” que nos saca por completo de la inmersión y es que los gestos faciales y expresiones de todos y cada uno de los personajes despiertan rápidamente nuestro sentido del «valle inquietante». Este no es un problema nuevo, si bien es cierto que mejora, aún es un apartado muy notable y sigue estando muy alejado de la naturalidad que nos debería de ofrecer una juego de este estilo. ¿Qué decir del resto? Brilla en cada escenario, un título muy cinematográfico en la línea de sus antecesores, como si de una película se tratase. Además, está mejorado para Xbox Series X|S pudiendo elegir entre modo calidad o rendimiento.
Como no podía ser de otra forma, nos encontramos con que House of Ashes este doblado al español de principio a fin, un doblaje de calidad y muy disfrutable, pero de nuevo nos encontramos un grave error. La sincronización deja mucho que desear en varios fragmentos. Si le sumamos sus inquietantes expresiones y la mala sincronización, nos encontramos con un verdadero juego de terror. Pero bueno, todo se arregla con un parche.
Jason Graves repite de nuevo como compositor para una nueva entrega de The Dark Pictures Anthology, poniendo este la guinda a un buen apartado artístico. Un repertorio amplio, variado y digno de una gran película como esta. Un complemento excelente y sin objeción alguna por mi parte.
Jugabilidad
La tercera y macabra entrega de The Dark Pictures Anthology nos trae novedades notables con respecto a sus antecesores, tanto a nivel narrativo como en el jugable. Con respecto a su narrativa, una vez más Supermassive Games utiliza una base histórica para formar la suya propia plagada de misterios y criaturas inimaginables. En esta ocasión nos pondremos en la piel de un grupo de soldados estadounidenses (todos perfectos y sin defectos) que por motivos del azar -para no haceros mucho spoiler- acaban en las ruinas de un viejo templo acadio, un imperio que proliferó en la antigua Mesopotamia. Sin embargo, como era de esperar no estaban completamente solos ni en el lugar precisamente mas seguro. Esta nueva aventura deja a un lado los clásicos jumpscares, para virar así hacia una tensión constante en la que te preguntes cuando te pegarán el dichoso susto. Esto no es necesariamente malo, es solo un cambio de dirección. Sí, tiene algún que otro “susto”, pero todos ellos predecibles siempre que estés atento a la historia.
Sinceramente, el ritmo y dirección general me parecen un acierto, con cosas que mejorar, pero muy disfrutable incluso sabiendo lo que va a suceder; vamos, igual que cualquier película de Marvel donde sabes el principio y final sin verla porque siempre repite la misma fórmula. Pero es una fórmula que gusta y funciona lo suficientemente bien para atraernos una y otra vez sin cansarnos.
Volviendo al tema de las mejoras, su sistema de los Quicktime event por primera vez en la saga nos deja elegir una configuración detallada, comenzando por el nivel de dificultad y siguiendo con varias configuraciones desde sus ajustes de accesibilidad. Gracias a estas mejoras se convierte en un título apto para todos, incluso para los más novatos. Ahora cualquiera podrá disfrutar de una buena historia, que además por su duración y características, te lo puedes pasar en una tarde-noche con tus amigos o seres queridos. Porque si, una vez más el cooperativo toma una fuerte importancia en la saga, incluso se añade el modo “Noche de Pelis” para que 5 personas en un mismo lugar puedan ir pasándose el mando y que cada uno decida por uno de los 5 personajes. No olvidar tampoco el clásico, pero limitado modo online para jugar con algún amigo.
En los dos juegos que han compuesto hasta ahora The Dark Pictures Anthology, las decisiones son un factor muy importante y en House of Ashes no iba a ser para menos, donde vemos una clara evolución hacia lo orgánico. Una repuesta o acción que tomes al principio de la trama puede condicionar todo el «juego» (si, entre comillas). Nadie puede decir que no se trata de un juego, eso está claro. Sin embargo, he tenido la sensación de que estaba ante una película al más puro estilo de Black Mirror: Bandersnatch, con un entramado de decisiones muy bien enlazadas donde nosotros somos como un “dios” controlador. Incluso en las dificultades más altas los QTE son algo escasos, predominado la cinemática con unas cuantas decisiones muy repartidas y decisivas. En resumen, es igual que una película, pero mucho más interesante y capaz de captar toda nuestra atención. De nuevo, un nuevo positivo para Supermassive.
Antes de finalizar con este apartado me gustaría comentar una cosa. Hasta ahora todas las producciones del estudio presentan un gran error respecto a su jugabilidad, y es el movimiento de los personajes y sus dichosas cámaras. Se puede entender que en algunos momentos caiga sobre nosotros la posibilidad de explorar pequeñas estancias, incluso lo celebro; pero es justo ahí, en esos pequeños lugares donde la cámara se pega hacia nosotros y es todo un incordio. Eso sí, esta vez podemos mirar hacia donde plazca y maravillarnos con sus escenarios.
Duración
House of Ashes lo podemos empezar y terminar en un solo día, su duración ronda las 5 horas y media; pero que no te engañen, es el tiempo justo y necesario que el estudio necesita para resolver todas las trabas que nos vamos a ir encontrando a lo largo del juego.
Además, la trama en el juego se desarrolla en un día y medio de forma aproximada, por lo que alargar su duración no sería un acierto, sino todo lo contrario. De esta forma sentiremos que todo lo vivido es más real y no una ficción que se estira más que un chicle. Destacar también su rejugabilidad para explorar nuevas decisiones y caminos.
Conclusión
The Dark Pictures Anthology: House of Ashes no será la mejor historia contada hasta el momento, pero gracias a su gran apartado cinematográfico, escenarios, personajes y banda sonora; hacen que todo el conjunto valga mucho la pena. En lo jugable encontramos mejoras, sí, pero lo mejor es la sensación de poder antes las acciones de los personajes de la trama; donde nosotros decidimos sobre su sino, como las valquirias tejedoras del destino. Con cada entrega Supermassive va dirigiendo sus recursos a crear buenas películas con una duración algo más larga de lo normal. Películas con algo de interacción al estilo de Bandersnatch, donde una palabra cambiara todo. El terror y los clásicos jumpscares predecibles los dejamos a un lado para tomar una nueva vía de escape; siendo lo más terrorífico las facciones de los personajes y su, no siempre buena sincronización con el doblaje.
Si buscáis pasar un buen rato en solitario o acompañado de tus seres queridos, y ya estáis aburridos de ver las mismas películas una y otra vez; no lo dudes, cómpralo. Esto es mejor que una película gracias a su interacción, escasa, pero interacción con el espectador. Solo os digo una última cosa, o, mejor dicho, pregunta. ¿Y si el mundo del cine evolucionase de esta manera? Creando así nuevas historias dependiendo del espectador, nunca veríamos la misma película dos veces.
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