La magia de la franquicia sigue intacta tras 30 años de existencia y en este análisis te contamos la razón por la cual Tekken 8 se robará el corazón de los fans del género.
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Teniendo en cuenta que el primer Tekken llegaba allá por 1994, este año la saga cumple la friolera de 30 años de edad, una cifra que muy pocos videojuegos han alcanzado con la solidez que ostenta la franquicia de Bandai Namco a más de 3 décadas de su nacimiento.
Este 2024 abre con todo con la llegada de Tekken 8, tras nueve años de la última entrega que había dejado la vara muy alta para los desarrolladores que aceptaron el desafío y que he de decir pudieron estar a la altura de las circunstancias conservando una fórmula probada con éxito por años e incorporando algunos elementos estratégicos que harán las delicias de los veteranos e invitan a nuevos jugadores a sumarse a esta particular e interesante historia, pero esto ya os lo contaré en el desarrollo de este análisis.
Pero, ¿qué es lo que reúne a los luchadores en esta nueva oportunidad? En principio te recomiendo que si hace tiempo que no te involucras en la historia de la saga, le des un repaso la historia para no perderte ningún detalle de la narrativa. Dicho esto, Tekken 8 gira entorno a un nuevo enfrentamiento brutal entre Kazuya Mishima y su hijo, Jin Kazama.
En la entrega anterior, Heihachi, quien podría decirse es el principal antagonista de la saga, había retomado el control de Mishima Zaibatsu lo que llevó a otra terrible batalla entre este y su hijo, Kazuya, que finalmente logra la victoria final al empujar a su padre a su muerte arrojándolo a un volcán activo.
En Tekken 8 Kazuya y Jin competirán en un nuevo torneo, pero el último tendrá diferentes inconvenientes para retomar su forma demoníaca y el destino de varias naciones del mundo estará en juego en una nueva edición del torneo de King of the Iron Fists. Otro de los elementos centrales de la historia, sin arrojar ningún spoiler, tiene también que ver con el regreso de Azazel, el enemigo final de la sexta edición de Tekken que tiene un regreso breve pero importante en este título.
Acompáñame en este análisis en el que recorreremos con los puños un nuevo ejemplo de que el género de lucha está más vivo que nunca. Prepárate para la próxima batalla.
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Apartado técnico
Para hacer este análisis retomé Tekken 7 con la idea de tener bien frescas las diferencias que podría percibir entre las dos últimas ediciones de la IP, y a 9 años de la salida de la séptima entrega numerada de la franquicia es increíble lo bien que se ve, incluso en la actualidad donde los estándares se han vuelto mucho más altos. Aquel título estaba desarrollado en Unreal Engine 4 mientras que Tekken 8 lo hace con la versión renovada del mismo motor, Unreal Engine 5.
Esto produce que no se importen ninguno de los elementos del juego anterior y ciertos factores como el sudor, la lluvia y hasta la suciedad y la tierra se presentan de forma dinámica en lugar de ser apenas parámetros previamente configurados. Estos detalles son algo realmente apreciables y hace que cada uno de los encuentros sea único y parezca mucho más real que en cualquiera de las entregas anteriores, a pesar de la propia ficción constante que propone la franquicia.
Siguiendo esta misma línea, en Tekken 7 los escenarios comenzaban a interactuar con los luchadores al romperse los pisos, y algunos elementos, en esta nueva entrega esta característica es mucho más marcada, de hecho, los escenarios pueden seleccionarse por momentos del día y hasta se ejecutan distintas cinemáticas entre transiciones de escenario.
Incluso en mi Xbox Series S, en donde realicé el análisis, es evidente que el juego es un portento gráfico constante y algo que no va en desmedro de la fluidez del juego aunque he notado algunos tiempos un tanto excesivos (dada la época, entiéndase) entre cinemáticas en el modo historia y en alguna que otra batalla del estilo musou que tendremos en ese mismo modo, pero el resto de la experiencia, es decir el 98% del juego, ha sido impecable en materia de rendimiento.
En materia de sonido, el juego ostenta de efectos constantes que van desde las voces de los luchadores antes del combate, después de la batalla y hasta durante en secuencias de movimientos especiales. A todo esto se le suman los sonidos ambiente de la destrucción de los escenarios o de los propios fenómenos meteorológicos y naturales de cada una de las etapas.
Tekken 8 ofrece todas las pistas que componen la banda sonora de la saga completa en una rocola que el jugador puede configurar a voluntad para escuchar en los menús o en el desarrollo de la propia partida.
Si bien los diálogos son principalmente en inglés, la cantidad de idiomas que vas a escuchar es impresionante. Estos se debe a que algunos personajes hablan en sus idiomas natales, japonés, inglés, alemán, francés, italiano, español y hasta ruso, pero en la magia políglota de Tekken todos parecen entenderse sin importar que qué lengua se comuniquen. En materia de localización el juego se encuentra disponible en español tanto en subtítulos como en la interfaz y en la variante española y latina, para que no haya quejas.
Jugabilidad
Ya he comentado que Tekken tiene una fórmula de éxito, cambiarla sería arriesgar demasiado por muchísimas cuestiones, por lo que si alguien está esperando un giro radical en la franquicia, no lo encontrará en esta octava entrega numerada, aunque sí es importante destacar que no estamos ante un mero copy-paste de Tekken 7 con algunos retoques cosméticos y poco más. Los desarrolladores se han salido a ganar el pan y esto se puede ver con ciertas incorporaciones completamente innovadoras para la franquicia.
La «agresión» es el núcleo central de esta entrega y esto se refleja concretamente en el llamado «Heat System». Esto significa que en un momento del combate puedes hacer que tu luchador entre en el Heat State, que tiene una duración de 10 segundos y que puede ejecutarse una vez por asalto, produciendo que quien lo active pueda realizar un Heat Smash o un Heat Dash. El luchador que ejecuta el movimiento se vuelve más fuerte durante la duración del estado y quien recibe el ataque recibirá daño incluso al bloquear, lo cuál es un pilar estratégico importante, principalmente en las definiciones.
En ese contexto las Rage Arts siguen presentes. Cuando la salud llega a un peligroso 25% se podrá efectuar una técnica devastadora que, de conectarse, puede llegar a equilibrar la pelea a favor del que la ejecuta. Sin embargo, el Rage Drive de antaño ya no ha vuelto y ha sido completamente reemplazado por el ya nombrado Heat Smash que consume toda la barra de Heat que aparece debajo de la salud.
Los veteranos que hayan pasado por aquel legendario Tekken Tag Tourament recordarán, tal vez, que algunos golpes hacían que se recupere un porción pequeña, aunque útil, de la salud, pues bien, esta característica ha regresado en Tekken 8 y puede llegar a ser muy interesante, principalmente en los torneos profesionales.
Una tendencia que se está haciendo cada vez más común en las franquicias de lucha tradicionales es la de ofrecer distintas opciones de configuración de controles, algo que ya mi compañero Pedro había marcado en su análisis de Street Fighter 6 y que se repite en Tekken 8. La idea detrás de estos controles modernos es ofrecer una disposición distinta de los botones para los jugadores más novatos que permiten realizar movimientos complejos con solo presionar un botón. Incluso se puede cambiar entre el estilo tradicional o especial en medio de un combate con solo presionar el gatillo izquierdo.
Más allá de la historia, uno de los modos en los que de seguro pasarás más horas, al menos yo así lo hice, es la nueva «Misión Arcade» que se trata de una historia en sí misma en la que tras personalizar tu avatar y seleccionar un luchador, partirás a desafiar a distintos jugadores de Tekken 8 (de la IA) en distintos salones de recreativas que se van habilitando tras cumplir ciertos objetivos. Este modo tiene también partes que sirven a modo de tutorial para aprender nuevos movimientos y, conforme se ganen enfrentamientos, se pueden ir obteniendo elementos cosméticos y subir de rango para obtener distintas ventajas.
La experiencia de juego offline se completa con el «Supercombate fantasmal» que propone combates contra avatares que imitan y aprenden el estilo propio del jugador de forma constante y hacen lo propio con distintos jugadores profesionales de Tekken.
Un modo que vuelve para alegría de muchos es el Tekken Ball que siempre fue una suerte de gran olvidado de la saga. Para quien no lo haya jugado, este apartado pone a dos luchadores frente a frente pero con un único medio de ataque: una pelota, que puede ser de playa o con distintos motivos. Toda una pasada, principalmente para disfrutar con otro jugador y no contra la IA.
Durante este análisis, muy previo a la salida del juego, los servidores no estuvieron disponibles para poder probar el componente online, pero habiendo disfrutado de la demo en su momento y de la beta puedo contarles que el juego cuenta con el mítico rollback netcode (parece que Harada aprendió la lección de Tekken 7) y el juego cuenta con cross-platform de salida.
Duración
La historia principal del título puede terminarse en unas 5 horas, apenas un poco más que lo que demoraba en terminarse la campaña de Tekken 7. Lo interesante de esto es que el desarrollo de la narrativa, dividida en un total de 15 capítulos, además de los combates tradicionales, incluye también secuencias de QTE y secciones tipo musou en donde un luchador deberá enfrentarse a hordas de enemigos desde una perspectiva diferente. Esto en los papeles sé que puede desentonar bastante con la propuesta general del juego, pero créanme que las secciones están bien colocadas y sirve para cambiar de atmósfera por un ratito, al menos para mí son todo un acierto.
El punto negativo de la campaña es que siento que se desaprovecharon a los personajes, ya que los combates se vuelven repetitivos en los distintos encuentros que enfrentan constantemente a Jin y Kazuya, principalmente en la batalla final.
Adicionalmente a la historia principal, se pueden jugar los episodios individuales de cada luchador, un total de 32, que cuentan una historia no canónica de cada personaje durante el torneo King of the Iron Fists y se desarrollan en 5 combates de dos asaltos cada uno, lo que lleva el total jugable a la friolera de más de 10 horas.
Conclusión
Tekken 8 ya está aquí y creo que si es un augurio de lo que será este 2024, estamos ante un año más que excelente. La nueva entrega de Bandai Namco tiene esa magia de unos pocos selectos que hace que con pocos ajustes te vuelvas a enamorar de una fórmula repetida por 30 años, pero que no solo no cansa, sino que se siente renovada y motiva a disfrutarla.
Una nueva batalla está por comenzar y tiene todos los elementos para que se disfrute de principio a fin por mucho tiempo. Felicitaciones, Bandai, lo volviste a lograr.
*Agradecemos a los desarrolladores el material compartido para este análisis.
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Aspecto técnico90/100
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Jugabilidad90/100
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Duración80/100
Lo bueno
- La cantidad de personajes seleccionables.
- El regreso de Tekken Ball.
- La incorporación del modo Misión Arcade.
Lo malo
- Algunos tirones en Xbox Series S en las misiones musou.
- La historia repite muchos combates entre los mismos personajes y desaprovecha al completísimo roster.