Tannenberg nos lleva al frente del Este en la Primera Guerra Mundial para demostrarnos que el realismo es una virtud. Os contamos lo que nos ha parecido.
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La mayoría de las veces, los videojugadores nos tomamos un poco a la ligera la dimensión real y las repercusiones de las batallas inspiradas en hechos reales. Los juegos de la Segunda Guerra Mundial son muy comunes y no sólo en el género de los FPS, porque es el último gran conflicto que hubo involucrando prácticamente a toda la humanidad. Pero sólo 30 años antes, ya se produjo la masiva Primera Guerra Mundial, cuyos datos no son tan habituales y menos conocidos, pero igualmente cruda. Tannenberg o Verdún son algunas de las batallas más conocidas de la anteriormente conocida como Gran Guerra, pero conviene ponernos un poco en situación.
La Primera Guerra Mundial enfrentó a la Triple Alianza de los Imperios Alemán, Austro-Hungaro e Italia y al llamado Triple Entente, formado por Reino Unido, Francia y el Imperio Ruso. Aunque después se sumaron prácticamente el resto de potencias mundiales a un bando u a otro, el resultado era de más de 70 millones de militares movilizados. Gracias a M2H y Blackmill Games durante esta generación hemos podido disfrutar de una buena simulación de dos de estas batallas. Primero fue Verdún y ahora Tannenberg. La primera fue en el frente francés y ahora es en el frente ruso.
Es curioso, porque según la historia, el ejército ruso fracasó estrepitosamente en Tannenberg, resultando victoriosa Alemania con apenas 12.000 bajas, frente a las casi 170.000 de los rusos, pero en relación a los juegos, Tannenberg está un escalón muy por encima de Verdún, el cuál sufrió una mejora crítica y notable gracias a una actualización-remasterización que prácticamente sentó las bases del título que hoy nos ocupa.
Y es que Tannenberg vuelve a ser básicamente un shooter multijugador online con una tendencia hacia el realismo que supone la Primera Guerra Mundial y sus arcaicas armas de fuego. Rifles de cerrojo y una cadencia bajísima de disparo mandan sobre las automáticas que “erróneamente” acabaron dominando otros títulos de la PGM, como Battlefield 1. Pero Tannenberg cuenta con algunos detalles muy originales que nos meten más en el conflicto y os los intentaremos contar todos.
Apartado técnico
Aunque personalmente empiece a odiar el término, en Tannenberg, encontramos luces y sombras en lo técnico, ya que las dudas con respecto a su fidelidad e intención de realismo se han disipado por completo, pero el juego adolece de un pop-in tremendo que en los escenarios con más elementos como árboles, se acentúa muchísimo. Quizá en Verdún, con más trincheras y menos elementos en el horizonte, no se notaba tanto, pero aquí veremos un funcionamiento del LOD que tampoco está bien ajustado, aunque por otro lado, el nivel de detalle y recreación de los mapas es mucho mejor y más variado, lo que de nuevo, lo pone un escalón por encima del anterior.
Sin embargo, a favor del título y hablando con total sinceridad, estábamos tan metidos en las batallas que sólo cuando los errores gráficos eran más abruptos nos dábamos cuenta, ya que la representación de los enemigos y lo lejanos que se pueden llegar a ver sin perder detalle, hacen que nuestra concentración y visión esté completamente dedicadas al juego. A grosso modo, Tannenberg no es una maravilla visual, las animaciones son pobres y la variedad de elementos móviles en el escenario es tan escasa que todo parece demasiado estático.
El apartado sonoro es muy correcto, ahora por fin escucharemos bien posicionados los disparos que nos lleguen de una manera bastante espectacular, pero de nuevo los propios pasos de nuestro soldado nos despistarán un poco debido a la manera en la que se canalizan por el audio, en vez de ser uniformes por los canales delanteros, por ejemplo. Como información complementaria cabría destacar que la UI ahora parece más clara y mejorada en los menús, que además, vienen traducidos al español.
Jugabilidad
Tannenberg vuelve a repetir la jugabilidad de Verdun, pero por supuesto, con todo el pack de mejoras que vimos en la remasterización ya incluido de serie, dejando muy atrás las pantallas poco atractivas y poco trabajadas. Uno de los detalles buenos del juego es que desde el menú de juego, las partidas se representan como si fuese la propia batalla en un tablero, como si fuese la visión del comandante del estado de las líneas del frente.
Esto es, claro está, para el modo de maniobras, que es el que parece que está jugando el 100% de las personas del servidor europeo, ya que podremos ver con exactitud cuantas personas hay conectadas, como está de llena cada partida e incluso una lista de los pelotones dentro de esas partidas, para unirnos a ellos. Por supuesto, además de poder crear nuestra propia partida a nuestro antojo, también hay un botón para ir “a lo fácil”, y que te meta automática en la partida idónea para tí.
Este modo de maniobras es el clásico captura por zonas que tiene nombres mil dependiendo del juego, pero es muy similar al clásico de Battlefield. Puntos que ganaremos o perderemos dependiendo de las zonas que tengamos en nuestro bando hasta que desgastemos los del contrario o se acabe el tiempo de juego, normalmente alrededor de unos 30 minutos. El mapa sobre el que nos desplegaremos nos permite seleccionar el punto de respawn, e incluso cerca de algún miembro de nuestro pelotón, tras lo que después hará un zoom que nos lleva directamente al campo de batalla. Muy efectista.
Por supuesto, el que las partidas sean de hasta 40 jugadores ayudan mucho a la experiencia, pues habrá algunos pelotones que realmente podrán desplegarse con eficacia sobre algún punto, usar tácticas y sus beneficios como pelotón. Si recordáis a Verdún, el lider de pelotón ofrece un área de influencia sobre el resto, que mejora la experiencia adquirida con nuestras acciones, además de poder señalar objetivos concretos. Precisamente es sobre el pelotón donde está centrada la personalización y los beneficios de esta experiencia, incentivando el jugar con tus amigos, para poder formar un mejor equipo.
Al tratar de ser un juego realista, Tannenberg no ofrece ningún tipo de ayuda al apuntado, que principalmente es con la mira de hierro del propio arma. Al tratarse de Rifles de cerrojo, la velocidad de acción de nuestro jugador es muy reducida, pero podremos manejarnos lo suficientemente rápido para que las escaramuzas no pierdan ritmo, hasta el punto de hacerlas casi frenéticas, debido a que prácticamente un tiro puede acabar con tu vida. Es absolutamente delicioso matar a un enemigo desde 50 o 100 metros mientras aguantas la respiración.
La oferta de armas pudiera parecer reducida en un primer momento, y es que hay que detenerse en las opciones de personalización para desbloquear equipamientos y seleccionar tu combinación preferida, que dependerá de tu clase dentro del pelotón y del bando, ya que todos los soldados no tendrán ni el mismo aspecto ni las mismas armas. Precisamente esto es algo a lo que poco a poco te acostumbras, pero al principio resulta complicado diferenciar a simple vista si es un enemigo o un amigo, ya que las vestimentas de la época eran similares. Por suerte, el añadido de un minimapa permanente y la rapidez de despliegue del mapa de maniobras, nos permitirá ver de un solo vistazo a nuestros aliados.
Duración
Como multijugador online que es, es el típico comehoras. Las partidas no solamente se puede prolongar durante 30 minutos, si no que está preparado para que votes la siguiente y enganches con el mismo pelotón. Las indicaciones en el propio mapa están perfectamente diseñadas para que no pierdas la noción de donde debes atacar en todo momento. Y además del modo de maniobras, también encontramos un modo combate a muerte, que, sinceramente, no recomendamos, porque no aporta mucho más allá de reducir el campo de batalla y restar puntos al título.
De hecho, aún no hemos encontrado a nadie del servidor europeo jugando a otro modo que no sea el de Maniobras, por lo que parece que el público opina igual que nosotros.
Conclusión
Tannenberg ha llegado a mis manos por casualidad, pero realmente era la persona indicada para hacerlo. Cuando analicé Verdún hace varios años, estaba en un estado lamentable. Tanto, que lo tuve que suspender, porque prácticamente no funcionaba nada. Pero ya en esa misma review, supe ver que se trataba de un diamante en bruto, que brillaba con fuerza en esa enorme actualización que remasterizaba el juego.
No podemos tampoco negar la mayor, Tannenberg tiene algunos problemas técnicos evidentes y un framerate, que alcanza los 60 fps, pero que no parece estar cómodo ni en Xbox One X. Además, las animaciones de los personajes son bastante pobres y a veces da la sensación de que se deslizan sobre el suelo, pero como hemos comentado arriba, es algo, que no nos ha impedido divertirnos. Las bombas de gas y usar las mascarillas están muy bien integradas visualmente, por ejemplo, y las granadas, no son tan espectaculares en lo visual, si no que sus deflagraciones parecen más realistas (con menos fuego) o los mapas, que pueden contener niebla, ser de noche, etc.. dando una variedad y realismo muy importante.
Tannenberg demuestra que no se aprende de la noche a la mañana, pero que las ideas buenas al principio siguen siendo buenas al final. Es un título muy divertido, con unas posibilidades muy contenidas, también supeditadas a la ambición del mismo, pero que nos recuerda fuertemente a esas partidas durante horas y horas en el mismo mapa de Counter-Strike o Day of Defeat del que no nos cansábamos nunca. M2H y Blackmill parecen haber capturado la fórmula y solo les hace seguir subiendo la experiencia para este y sus próximos proyectos, que esperamos que se mantengan en esta línea realista de la WW1 que aún sigue sin mostrar todo su potencial.
*Gracias a Game Drive por habernos proporcionado el material para la review.