Un juego que posee chispa y carisma al presentarnos a la cultura Bantú, aderezado con una historia dolorosa, pero que posee algunos fallos que lo alejan de estar con los mejores juegos del estilo Metroidvania.
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Los videojuegos poseen muchos matices dentro de lo que buscan expresar y nos ofrecen historias que se sienten diferentes a las ya conocidas, algunas de ellas con una fuerte carga emocional que nos permite experimentar nuevas sensaciones y emociones durante nuestra partida, haciendo surgir momentos icónicos para el jugador.
En esta ocasión, de la mano de Surge Studios, al frente Abubakar Salim su fundador, cuya visión lo llevó a contar una historia que se siente muy personal. Para poder llevar a cabo este proyecto, este estudio recibió el apoyo de EA Originals, un programa que permite llevar obras de corte independiente de la mano de esta gran compañía.
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Es cierto que estamos ante un subgénero que posee una gran cantidad de títulos por año (Metroidvania) y aunque no lo parezca, Tales of Kenzera: Zau posee algo muy íntimo, que permite que podamos conectar con el juego, dándole ese toque mágico que de seguro podrás disfrutar del juego.
Apartado Técnico
Los juegos de índole Metroidvania permiten a los desarrolladores contar con la facilidad de utilizar diferentes técnicas o herramientas para poder presentarnos mundos increíbles, en Tales of Kenzera: Zau no se quedan atrás sus responsables en Surge Studios.
En esta ocasión, no vamos a ver ese clásico estilo pixel-art que tanto nos encanta, como sucede en otras obras que gozan de popularidad, lo decimos por ti Blasphemous o por The Last Faith. En este juego, vamos a deleitarnos con el marcado 2.5D, que también posee su encanto.
Tal y como sucedió con Prince of Persia: The Lost Crown, en esta obra se aprecia una técnica similar, con esos entornos que lucen en 3D, pero que a final de cuentas nos permiten un desplazamiento lateral y con una verticalidad característica del mismo.
Algo que podemos resaltar y que se aprecia notablemente en este apartado, es que su arte y diseño artístico es maravilloso, al grado de poder decirte que bajo mi percepción es ligeramente superior a lo logrado con el mencionado juego de Prince of Persia: The Lost Crown, aunque esto es cuestión de gustos.
El juego nos ofrece una reimaginación de lo que es la cultura Bantú, proveniente de África y que se representa con toques de modernidad y naturaleza que sobresalen a simple vista, dejándonos embelesados por lo que podemos apreciar durante los primeros momentos del juego.
En este sentido, hay un nivel de detalle que nos permite sentirnos en la selva y sus alrededores, llevándonos a esos parajes de una manera natural y que se sienten completamente orgánicos dentro del juego. Han logrado un trabajo excepcional que entra por los ojos.
Desde las cascadas, los ríos, las cuevas, los volcanes, todo tiene esa esencia que te maravilla y te invita a disfrutar por momentos. Sin embargo, vamos ahora por el lado de los enemigos, que nos aparecen a medida que avanzamos, aunque siento que los diseños de los mismos son decentes, por momentos se siente que desentonan un poco con el ambiente.
Además, por desgracia, los enemigos son bastante repetitivos y se aprecia la escasez de los mismos. Llegando al punto que podemos verlos pero con colores diferentes, esto último se siente como si fueran muy limitados, cambiando solo la skin de estos.
Desconocemos la decisión de la poca variedad de enemigos, pero es algo que te das cuenta desde el inicio hasta el fin de tu viaje, volviéndose muy genéricos, lastrando un poco el esfuerzo que se ve en los escenarios y en los detalles del mundo que vamos recorriendo.
Algo que nos encantó, fueron los jefes finales cuyo diseño en algunos de estos se siente genial, con un repertorio de ataques que deslumbran la pantalla y nos ofrecen momentos para el recuerdo, aunque por desgracia hay un detalle que mancha a estos personajes y que te contaremos en la sección de jugabilidad.
Con todo lo que hemos desvelado, ya comprenderás que el juego es una completa belleza visualmente, que viene acompañada con el modo calidad y rendimiento, que busca fidelizar una buena calidad o por el contrario contar con unos sólidos frames.
Hasta este punto y sin incluir el aspecto sonoro, el juego es bastante redondo, aunque una vez más se lastra la experiencia con algunos errores, como que el personaje se quede congelado en cierto punto del nivel debido a un obstáculo y así sucesivamente, aunque para nuestra suerte, el juego nunca se cerró o se congeló por completo, estos detalles están ahí y pueden ser molestos por momentos.
Llegamos a otro de los momentos en los que Tales of Kenzera: Zau brilla, su apartado sonoro, que se siente mágico y que viene apoyado por Nainita Desai, compositora que nos deleita con una armoniosa banda sonora, que posee una mezcla de modernidad y de la cultura local Africana, es un despliegue de delicadeza, mezclado con serenidad, de lo mejor que posee el juego.
La experiencia del juego viene acompañada con el doblaje que se aprecia en los textos de los subtítulos en español y que no cuenta con las voces en nuestro idioma, aunque esto tiene una particularidad, debido que podemos disfrutar directamente las voces en Kiswahili, sintiéndonos inmersos en esta cultura, con una capa de profundidad que le sienta perfecto.
Vamos a cerrar esta sección con un balance bastante positivo, porque estamos ante un despliegue audiovisual que se siente natural, no fuerza la cultura Bantú, por el contrario se siente acorde y te invita a conocerla mejor. Si los responsables querían captar nuestra atención, en definitiva lo han logrado con su hermoso apartado técnico, eso a pesar de ciertos tropiezos en el camino.
Jugabilidad
Hablar de Tales of Kenzera: Zau es algo fascinante y triste al mismo tiempo, debido a que nos encontramos con una historia muy personal en la que nuestro protagonista se ve envuelto en una situación muy desconcertante, como lo es la pérdida de un ser querido, lo que conduce a todo lo que sucede durante el juego.
Aunque, para no hacerles un spoiler muy fuerte, lo antes mencionado es solo una pequeña fracción de lo que encontrarás en los primeros minutos de tu partida, ya que hay un giro que no esperábamos y que, para bien o para mal, es el detonante de todo lo que nos sucederá. Hasta aquí es lo que te mencionaré, para que por ti mismo descubras.
Creo y afirmo que lo más hermoso del juego, aparte de su apartado artístico y visual, es sin duda su historia, que nos lleva hacia una cultura extraordinaria, me refiero a la Bantú. Por si no lo conocías, esta proviene del continente africano y tiene un arraigo dentro de una región en la que encontramos países como Tanzania, Kenia o Mozambique.
Lo anterior se compagina esplendidamente con nuestro entorno y es una de las proezas que debemos resaltar de esta experiencia. Ahora volviendo al juego, de acuerdo con sus desarrolladores, pertenece al subgénero Metroidvania, y con bastante seguridad puedo decirte que no se siente así, y no me malinterpretes.
Tales of Kenzera: Zau posee un gran mapa y un conjunto de habilidades y detalles que lo hacen sentir como un Metroidvania, sin embargo, lo percibo más como un juego de plataformas propiamente dicho. Esto se debe a que el backtracking se aleja de las bases ya conocidas, aunque vamos a desmenuzar un poco estos detalles más adelante.
Al comenzar nuestra aventura, se nos da a conocer que somos un chamán que tiene un propósito muy noble ante la pérdida de un ser amado. De esta manera, obtenemos las máscaras del sol y de la luna como consecuencia de nuestro rol, las que utilizaremos para ir avanzando.
Nuestro personaje de inicio posee el salto doble, una especie de dash y la posibilidad de atacar con el poder del sol o la luna en el momento que deseemos. Esto se nos desvela en los primeros compases del juego. Como ya te darás cuenta, nuestro protagonista posee dos vertientes de ataque.
Con los poderes del sol, podemos ser más agresivos, desencadenando nuestra furia y llegando incluso a quemar a nuestros enemigos, ideal para una horda grande. Aunque, por el lado de la luna, vamos a poder atacar a la distancia. En ambos casos son nuestras únicas formas de arremeter y no contaremos con otras armas, todo se basa en este conjunto.
Sin embargo, es importante destacar que a pesar de la limitante de tener dos poderes, los mismos se pueden mejorar con un árbol de habilidades que consumirán de los puntos que vamos acumulando al acabar con los oponentes, ofreciéndonos un poco más de profundidad en nuestro arsenal.
Contamos con una especie de collar, al que podemos colocar amuletos que nos proporcionan beneficios, aunque los sentí innecesarios. Los cambié para probarlos, pero no apreciaba la diferencia de las bonificaciones. A mi parecer, fueron un desperdicio.
Otro detalle son las habilidades que vamos obteniendo por medio de zonas con estatuas referentes a personajes que dejaron una huella. Podemos realizar movimientos adicionales que nos ayudarán avanzando. Todo este conjunto de elementos se sienten superficiales y se nos hacen escasos, más aún teniendo a otros juegos como referentes.
Un detalle que nos llama la atención es que el movimiento del personaje es suave como la seda. Se siente muy bien con el control, sin embargo, se rompe un poco esto cuando comienzan los enfrentamientos, que son un tanto caóticos y parecieran sufrir un poco de lag al momento de los mismos, sin olvidar fallos técnicos que ya comentamos previamente, lastrando un poco la experiencia.
Los enemigos, al inicio de nuestro recorrido, son variados, pero luego de unos instantes y al ir por diferentes fases, nos damos cuenta de que son repetitivos. Cambian sus colores y con esto la forma de atacarlos. Es decir, los hay de color rojo/azul claro, rojo/azul oscuro pero con el mismo diseño. Solo se pueden vencer con el color del elemento que tenemos, con la luna venceremos a los azules y los rojos con el sol.
También, estos mismos enemigos pueden venir reforzados con un escudo, del que deberemos bajar su barra primero, para poder rematarlos. El detalle con el escudo es que si no atacamos constantemente, se regenera y esto hace que volvamos a iniciar todo. No es molesto y le agrega un poco de variedad.
Hay secciones, un tanto escasas para nuestros gustos, en las que nos enfrentaremos a ciertos desafíos contra una lluvia de enemigos, que aparecen en hordas a medida que los eliminamos y al lograrlas, recibiremos una grata sorpresa.
Además, existen los descomunales jefes, que por desgracia nos vienen con un sabor agridulce. Son combates muy intensos y tremendamente buenos, solo que son contados. Son los enemigos que más vamos a disfrutar al toparnos con ellos y nos harán desplegar una coreografía de movimientos, sin duda son de lo mejor que posee el juego a nivel de jugabilidad y de exigencia.
La dificultad viene en tres opciones, aunque se notan una que otra diferencia. De mi lado, jugué en la normal o media y se hacía un tanto fácil por momentos los combates. Pero, había momentos en que el reto aumentaba de manera desproporcionada y podíamos ceder en cuestión de segundos durante la batalla, son picos que denotan el poco balance en el juego.
Como mencionaba al inicio, Tales of Kenzera: Zau se siente más como un plataformas que como un Metroidvania. Hay áreas aparentemente ocultas con una pared, pero que se ven en el mapa. No hay manera de marcar con iconos en el mapa para volver o tener una guía.
Se siente la linealidad del recorrido, ya que avanzamos por diferentes fases sin necesitar regresar a otras áreas de manera necesaria. La exploración se da en el momento y no nos invita a regresar a otras zonas, dejando de lado coleccionables u objetos. Con estos argumentos te das cuenta de que estamos ante algo más lineal y de plataformas, alejándose de ese ADN que representa a un Metroidvania.
Para finalizar, estamos ante un juego divertido, con una historia con mucho peso y una carga emocional profunda con la que empatizaremos rápidamente, siendo otro punto fuerte del título. Sin embargo, la jugabilidad es decente, no brilla o propone nada que no conozcamos, los enemigos nos decepcionaron al ser repetitivos o poco variados y los grandiosos jefes son pocos. Puede que caigas atrapado en este viaje como yo, posee cosas buenas y otras no tan buenas, aunque al final, disfrutamos cada momento, es un verdadero homenaje a aquellos seres que más amamos.
Duración
Tales of Kenzera: Zau es un juego del que hemos podido ver lo que tiene para ofrecernos y la suma de sus partes nos llevan por un solo camino, en el que vamos a explorar, aunque no tanto como desearíamos. Pudiendo dejar cosas de por medio que se resolverán durante una sola partida.
Con lo anterior quiero decir que estamos ante un viaje único (solo de ida) y que será una sorpresa solo la primera vez que lo hagamos, porque no se presta para ir por una segunda vuelta. Además de que lo que dejemos pendiente no será tan imprescindible como debería de ser.
También, debemos agregar que se nos hizo corto el juego, completándolo en menos de 10 horas, por lo que seguramente pueda ser mucho menor el tiempo para otras personas más habilidosas, sin contar con los suficientes incentivos que nos hagan regresar por más, a menos que desees obtener su 100% con los coleccionables, abriendo el debate debido a su duración.
Conclusión
Es momento de hacer el balance de Tales of Kenzera: Zau y creemos que por muy buena que sea la historia y que nos haga empatizar rápidamente con lo que sucede, se queda a deber el juego en ciertos aspectos que pudieron ser mejores. Esto no quiere decir que el juego sea malo, en lo absoluto, debido a que posee un mensaje que se siente sincero.
Existen tantos títulos Metroidvanias en la industria que Tales of Kenzera: Zau no alcanza a sobresalir entre todos ellos como se esperaría, no reinventa el subgénero y se siente que se aparta del mismo. Es cierto que el apartado visual y artístico, junto a su emotiva historia, son excepcionales, pero su jugabilidad y duración le frenan para poder llegar al podio de los mejores.
Si el juego logra el éxito y reúne una buena base de seguidores, es posible que podamos ver una secuela y que en ella se puedan pulir ciertos detalles. Si te decantas por este título, vas a disfrutarlo mucho, con un peso en su historia que nos ha fascinado, desbordando momentos que nos harán aprender y reflexionar.
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*Gracias a EA Originals por proporcionarnos el material para poder realizar este análisis.
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Historia90/100
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Jugabilidad y diversión75/100
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Apartado técnico85/100
-
Sonido85/100
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Duración70/100
Lo bueno
- Aprender de la cultura Bantú
- Un estilo artístico y visual hermoso
- Jugar con las voces en Kiswahili
- Una banda sonora mágnifica
- Una historia que trasciende el dolor y la perdida
- Los combates contra los jefes
Lo malo
- Pocos jefes
- Puede parecer corto
- Algunos problemas técnicos
- Poca variedad de enemigos
- La jugabilidad sufre por momentos de lag
- Carece de algunos elementos básicos de los Metroivania