Análisis de Still Wakes the Deep

Lo nuevo de The Chinese Room es una maravilla audiovisual que engancha como si fuera una película.

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Me encantan los juegos de terror, pero cada vez los juego menos, pues empieza a resultar difícil sorprenderme con algo nuevo. Porque claro, dentro de este género, tenemos los subgéneros dedicados, como los de tipo «Jump Scare», solo diseñados para darnos sustos, los orientados más a la acción, donde tendremos armas a nuestra disposición y por supuesto, los de sigilo, donde nuestro enemigo es tan superior, que enfrentarnos a él significa una muerte segura. 

Sin embargo, tras haber jugado Still Wakes the Deep, más bien podría encajarlo en otro subgénero más, el cinematográfico y palomitero. Y no, los Resident Evil con sus grandes presupuestos tipo AAA no se ajustan a esto, pues son mucho más largos, elaborados y cuentan con múltiples mecánicas jugables. Más bien me refiero a esa sensación de ver una película de terror. Se plantea un escenario, te presentan a los protagonistas y sin querer, todo se desmorona a su alrededor mientras intentan salvar la vida.

Porque puedo decir tranquilamente y sin miedo a equivocarme, que este es el mejor juego de The Chinese Room, pero de lejos. Tanto técnicamente, como a nivel de ritmo, el título parece estar guionizado como toda una película, con suspense, terror, drama y acción, siempre enmarcada dentro del escenario que nos ocupa, una plataforma petrolífera, alejada de todo lo conocido. Algo que nuestro protagonista, Cameron «Caz» McLeary, buscaba, pues precisamente venía escondiéndose de la policía, dejando incluso a su familia atrás.

Quizá solo os haya hecho falta ver el principio de aquella mítica película de Bruce Willis, llamada Armageddon, donde un grupo de mineros que trabaja en una plataforma petrolífera se lanzan al espacio a salvar el mundo, para saber lo duro que es el trabajo allí. Estos espacios están diseñados con una precisión milimétrica que hace que si cualquier componente de la misma falla, todo se puede venir abajo rápidamente si no es por la acción de sus audaces técnicos y empleados.

Allí, alejado de todo, aparecerá algo de las profundidades, algo misterioso, que poco a poco se irá haciendo con la plataforma petrolífera. Y pronto, nuestro único objetivo será sobrevivir.

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Apartado técnico

Lo cierto es que me ha dejado absolutamente sorprendido el nivel de definición y gráfico de Still Wakes the Deep. En Xbox Series X, el juego va como la seda tanto en su opción de Calidad a 30 fps como en su opción de Rendimiento a 60 fps. De hecho, al tratarse de un título Xbox Play Anywhere, también lo hemos podido probar en nuestro PC equipado con una RTX3060, funcionando también en calidad alta a un gran rendimiento. 

Porque la representación de la plataforma y sobre todo, de la propia ambientación de la misma, es impresionante. El agua, que incluso en interiores recrea un sistema de ondas y olas, las tormentas, el viento que mueve las cuerdas y las telas, todo un festival visual y sonoro que nos ha dejado maravillados, sobre todo, porque consigue lo que se propone: Meternos de lleno en su misteriosa y terrorífica historia.

Otro punto a favor es el propio doblaje de los protagonistas, y no porque esté en español, que no es el caso, es porque hablan en un dialecto inglés de Escocia muy cerrado, en el que resulta a veces complicado de entender si no es con los subtítulos, pero que le da un toque de realismo genial. Las palabras malsonantes, las blasfemias e insultos (incluso algún dedo medio levantado) son habituales en el lenguaje de Caz, alejando la historia de la rigidez de un mal guión o de la idiosincrasia de un juego, que siempre vuelca hacia lo accesible.

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Jugabilidad

Como he mencionado al principio, Still Wakes the Deep quiere, ante todo, que sientas una experiencia cinematográfica, por supuesto, con las ventajas de estar jugando a un juego, donde te pondrás rápidamente en la piel del protagonista. Durante todo el desarrollo, veremos trozos del pasado de Caz, como se relaciona con sus compañeros, o como le afecta, y expresa verbalmente, todo lo que está ocurriendo, casi tal y como lo harías tú mismo.

Por eso, en todo su desarrollo, iremos caminando siguiendo nuestro próximo destino, que normalmente nos indica el juego previamente sin indicadores ni nada por el estilo, aunque en este caso, hace por facilitarnos la labor con la ya infame pintura amarilla que nos guiará. Personalmente, ni me ha parecido molesto, ni soy de los que creo que reste nada a la experiencia, pero por si acaso, tampoco podremos ponerlo como negativo, porque la propia The Chinese Room, nos ha confirmado que un parche llegará próximamente con la opción de desactivar estos marcadores. Aunque eso sí, todo lo amarillo no desaparecerá, pues las mismas plataformas petrolíferas, también usan un sistema de colores para guiar a sus propios trabajadores.

La navegación con nuestro personaje es fluida y las mecánicas para agarrar escaleras, abrir compuertas o pulsar palancas son sencillas, incluso tendremos algunos QTE que tampoco se salen de esta sencillez que apuesta por la continuidad de la historia para no romper el ritmo, sin olvidarse de que se trata de un juego y no una película. Por supuesto, tendremos nuestra ración de zonas de sigilo donde no debemos de ser detectado y lo que mas me ha gustado es las múltiples zonas de escalada, atravesar tubos, cornisas, etc… que aportan un plus de peligrosidad siempre presente.

Quizá cuando sumo todas estas mecánicas, la intencionalidad cinematográfica, las enriquecedoras e impactantes conversaciones y un desarrollo interesante que siempre pide que sigas avanzando, me doy cuenta del excelente ritmo con el que está construido el juego, que una vez pasada la primera hora, te resultará muy complicado dejar de jugar.

No quiero dedicar más de un párrafo, porque casi lo considero spoilers, pero os aseguro que cuando llega el terror, apretaréis el culo como si os persiguieran a vosotros. Si no fuera suficiente el estrés de tener que escapar de situaciones de vida o muerte, esta presencia que empieza a invadir la plataforma y que va casi transformando todo a su paso, hará casi irreconocible el escenario conforme vayan pasando las horas.

La transformación que sufre el escenario y como pasaremos de atravesarlo por pasillos a atravesarlos por agujeros en la pared, es digna de mención. La presión del protagonista también se va reflejando físicamente en lo que vemos y precisamente, al mirar directamente a alguno de estos horrores, la vista de Caz se emborronará, casi como si fuese un «sistema de miedo», en el que se verá afectado por todo lo que sucede.

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Duración

Completar Still Wakes the Deep de principio a fin, no nos llevará más de 6 horas. En lo que a mí respecta, es una duración perfecta para lo que pretende, una experiencia muy cinematográfica, absorbente, que nos tenga en tensión constante para ver como acaba resuelta.

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Conclusión

Si bien los primeros compases no me decían mucho sobre el título salvo que tenía pinta de otro walking simulator con sustos, ha sido el pack completo el que me ha dejado entusiasmado. El conjunto entre un aspecto visual muy potente, una fidelidad sonora increíble, un ritmo que te anima a saber más y una acción que te atrapa, dan como resultado que Still Wakes the Deep es uno de los mejores títulos de estilo cinematográfico que te puedas encontrar hoy en día.

De hecho, salvando las distancias, Hellblade 2, pretendía algo similar, pero ahora el encuadre es el género de terror, casi próximo a los mitos de Cthulhu y similares, con una historía que bien podría haber salido mitad de Lovecraft, mitad de Stephen King. Todo mezclado con esa acción que proponen otras películas próximas al agua, como Deep Blue Sea, pero también de terror como The Thing. Un enorme trabajo, que he ido amando exponencialmente y que al final, solo puedo recomendar encarecidamente a todos los amantes de una buena historia… no apta para corazones débiles.

*Gracias a The Chinese Room y a Secret Mode por habernos proporcionado el material para la review.