En Skully controlarás a un cráneo con habilidades especiales, lucharás contra enemigos increíbles y explorarás un mundo de plataformas en 3D.
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Este último tramo en la carrera de las consolas de la actual generación sigue aportándonos títulos de todo tipo y calidad, sin embargo algo que estaba en falta era un buen juego de plataformas en 3D para aquellos jugones que adoramos realizar saltos de un lugar a otro y esquivar con majestuosa habilidad los ataques de los muchos enemigos que desean vernos morir virtualmente sin cesar. Para nosotros, ahora llegó Skully, un juego de plataformas en 3D con todos los elementos que «el manual del buen título de plataformas» dice que debe tener: un protagonista agradable, una historia entretenida, un desafío decente y una banda sonora que no nos destruya los tímpanos.
Skully es una calavera rellena de barro que vive gracias a la magia de Terry, un ser elemental que quiere detener la batalla que sus hermanos (también seres elementales) disputan por el control de un objeto mítico y de gran poder. Nuestra tarea, entonces, será guiar a Skully hacia las cámaras centrales de cada uno de los hermanos situadas en diferentes lugares de una isla paradisíaca.
La historia se cuenta por medio de secuencias en una especie de stop-motion digital entre las fases y si bien parece muy típica y no muy interesante, conforme el juego avanza veremos algunos puntos bastante emotivos y giros narrativos que muchos no esperábamos ver. Quizás el final de la historia deje a muchos con sabor a poco, pero en lo personal creo que la historia va de menor a mayor durante la extensión del título.
Sin más, vamos a golpear nuestro cráneo entre saltos y puzzles.
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Apartado técnico
Gráficamente el juego hace alarde de escenarios coloridos y animados en casi todas las fases del juego (18 capítulos). Como la acción se desarrolla en diversas partes de una isla con climas variopintos, quizás la gente de Finish Line Games podría haber aprovechado un poco más los escenarios en altura que se ven cubiertos de una especie de bruma y esto hace que no se aprecie la distancia. El diseño de los enemigos es la parte menos destacable a nivel diseño por ser bastante repetitiva e incluso el personaje principal, Skully, es lo más básico que el juego pone en pantalla, a pesar de tratarse del protagonista. Los hermanos elementales, a quienes debemos detener, sin embargo, tienen algunas características interesantes que los hacen más trascendentes y que sin duda acabarás recordando más que casi cualquier otro enemigo.
La música me enamoró en todos y cada uno de los niveles. Una banda sonora sólida con instrumentos clásicos que hacen más llevaderos muchos de los desafíos más difíciles que se nos plantean en la aventura. En mi opinión, este aspecto es lo mejor del juego y vayan aquí mis felicitaciones para los compositores por el gran trabajo realizado.
Las voces de los actores en inglés (con subtítulos en español) están muy bien y por momentos me sentí viendo una película animada de stop-motion en los períodos entre fase y fase. En lo que a la cámara respecta, el ángulo estará a nuestro cargo para moverlo a voluntad con excepción de muy pocas fases, pero en muchos momentos ciertas posiciones harán que saltar con Skully entre las plataformas sea imposibles, ya que quedaremos ciegos momentáneamente por alguna textura que bloquea nuestra línea de visión y simplemente por la ausencia de sentido de la profundidad.
Realmente no tuve problemas de performance de ningún tipo, ni en caída de fps, ni con algún bug que me haya impedido realizar alguna acción o favorecido de forma alguna. Cabe destacar que este análisis fue hecho con una Xbox One.
Jugabilidad
Skully presenta una característica muy original para el género en sí, y es que el personaje principal, cómo ya mencioné, es un cráneo, por lo cual carece de extremidades, lo que hace que controlar al protagonista sea como dirigir un balón. Tienes un botón para saltar y dos más para las habilidades de las formas de Skully pero será el stick digital quien se convertirá en tu mejor amigo durante las partidas, va a tener que estar pegado a tu pulgar y necesitarás tener una precisión de cirujano para no morir cuantiosas veces. Esta forma de control no agradará a muchos por lo sensible que es, pero una vez que lo dominas es una completa belleza y las acrobacias entre hojas, rocas y demás se te harán bastante menos difíciles.
Las únicas habilidades de Skully en su forma de cráneo son saltar y agarrarse a unas enredaderas que crecen en ciertos escenarios, pero esto no es lo único que el personaje puede hacer. El juego está repleto de pozos de lodo donde podremos recargar nuestra energía, guardar nuestro progreso y además adquirir otras formas que se irán desbloqueando con el desarrollo de la historia. Cada una de estas formas le darán un cuerpo de arcilla a nuestro cráneo que nos permitirá hacer uso de distintas habilidades; un cuerpo nos dará la posibilidad de atacar a los enemigos y derribar paredes, otro correr a gran velocidad y mover un tipo de plataforma y con la última conseguiremos realizar un salto doble y controlar otro tipo de plataforma. Una vez que ya hayamos desbloqueado estas formas, podremos escogerlas a nuestro gusto en cada uno de los pozos de lodo e incluso podremos tener más de un cuerpo activo a la vez con un máximo de 3.
El control cuando estamos al mando de una de las formas de Skully varía sustancialmente y se vuelve mucho menos sensible y demandante pero no será posible acceder a todas las áreas del título sin abandonar el cuerpo y seguir solo con el cráneo,
Duración
La duración no es el aspecto fuerte del título ni mucho menos, unas 8 horas (siendo generoso) bastarán para terminar la historia y, lamentablemente, no hay mucho más que te haga jugar el título nuevamente. Sí, hay coleccionables que se desbloquean obteniendo todas las flores que encontraremos en los niveles y esto puede alargar bastante la duración de Skully, pero el premio (bocetos de arte del juego) no es algo que interese a muchos jugadores obtener. Quizás hubiese sido más interesante poder desbloquear aspectos estéticos adicionales para el protagonista o algo de ese estilo.
Conclusión
Skully es un buen juego de plataformas en 3D, de esos que no abundan hoy en día. Creo que el tipo de control que presenta no es para todo el mundo, aunque a mí me haya gustado, y ese aspecto en particular puede definir el triunfo o el fracaso de un juego de plataformas. De cualquier forma, si lo que buscas es un juego desafiante, no muy largo y con el que te vas a pasar muchos buenos ratos, no dudes en probar Skully que sin dudas no te va a defraudar.