Sin ninguna piedad para los que quieran hacer arder al mundo, una entrega que nos regresa a los mejores momentos de esta saga.
Echa un vistazo a estos otros análisis
- Análisis de Virtua Fighter R.E.V.O World Stage – El regreso de un pionero
- Análisis de Pacific Drive para Xbox Game Pass – Acelerando en otra dimensión
- Análisis de Bob Esponja: Titanes de las Mareas – El regreso a Fondo de Bikini se hace más épico que nunca
| No te pierdas nada y ¡Síguenos en Google News! |
Hay sagas que han acompañado a varias generaciones de jugadores y que, con el paso del tiempo, se han convertido en auténticos referentes dentro de la industria del videojuego. Muchas de ellas nacieron en la década de los 80, una época en la que compañías como Nintendo y SEGA marcaron el rumbo del sector. En ese contexto apareció Shinobi, una de las propiedades intelectuales más queridas de SEGA, que debutó en 1987 en los salones recreativos, incluso antes de que Ninja Gaiden irrumpiera en la escena.
Desde aquel primer título, Shinobi dejó claro que los juegos de acción lateral protagonizados por ninjas tenían un enorme potencial para conquistar al público. Su propuesta combinaba la rapidez, la precisión y las habilidades especiales con un diseño de niveles desafiante que se grabó en la memoria de muchos jugadores. De hecho, junto con Ninja Gaiden, sentó las bases de lo que serían los juegos de acción y plataformas en los años venideros.
Ahora, varias décadas después y tras un largo periodo de silencio, la saga regresa con fuerza bajo el título Shinobi: Art of Vengeance. Este nuevo capítulo no solo busca revivir la nostalgia, sino también demostrar que la franquicia sigue teniendo mucho que ofrecer en la actualidad. SEGA, en colaboración con el estudio Lizardcube, ha apostado por traer de vuelta a Joe Musashi y a la esencia de la serie, pero adaptada a los tiempos modernos. Hoy te contamos todo lo que necesitas saber sobre este esperado retorno.
Apartado técnico
Uno de los puntos más potentes de Shinobi: Art of Vengeance es, sin duda, su apartado técnico. El juego logra un equilibrio extraordinario entre lo clásico y lo contemporáneo, ofreciendo una experiencia visual que te entra por los ojos desde el primer minuto, tiene algo único, que solo cuando lo juegas, te das cuenta de lo que queremos decir.
Gráficamente, el título apuesta por un estilo artístico dibujado a mano que se siente único. A diferencia del pixel art (tan presente en muchas producciones retro actuales), aquí se opta por un trazo detallado y una animación fina que recuerdan más a una obra de anime japones que a un juego de los 80.
Los enemigos cuentan con animaciones muy bien logradas que nos quitan sensación de que puedan hacerse repetitivos. Desde simples matones hasta criaturas muy feas (si son muy feas), cada enemigo posee un comportamiento y un estilo que aportan variedad a la experiencia. Llama mucho la atención ver cómo los movimientos Ninja se mimetizan en pantalla: sus saltos, ataques y desplazamientos transmiten la sensación de estar controlando a un maestro.
- En algunos niveles combatiremos en lo alto de un tren en movimiento, en otros surcaremos las olas sobre una tabla de surf o nos adentraremos en ciudades futuristas repletas de luces y referencias a la historia de SEGA. Neon City, por ejemplo, es un verdadero espectáculo audiovisual.
Al principio puede dar la impresión de que ciertos momentos presentan caídas de rendimiento, pero en realidad se trata de un recurso artístico: una especie de ralentización que añade tensión a los combates. Es un detalle que sorprende, pero que termina funcionando de maravilla una vez te acostumbras.
Jugabilidad
La jugabilidad no se queda atrás. De hecho, es aquí donde el juego demuestra que la esencia de Shinobi sigue intacta:
Encarnamos nuevamente a Joe Musashi, líder del clan Oboro, quien debe enfrentarse a una nueva amenaza global encabezada por el siniestro Lord Ruse y su ejército de demonios y mercenarios. La historia, aunque sencilla, sirve de marco perfecto para sumergirnos en una aventura intensa y con momentos desafiantes.
El diseño de niveles sigue una estructura dividida en fases. Cada mundo cuenta con varias etapas que pueden completarse en distinto orden, lo que aporta cierta libertad sin perder el enfoque principal. Aunque algunos escenarios contienen zonas a las que solo podremos acceder con habilidades específicas, el título no llega a ser un Metroidvania en toda regla (da la impresión de serlo). Su enfoque se centra más en la acción directa que en la exploración, aunque encontrar secretos y desbloquear contenido adicional añade un toque de rejugabilidad muy agradecido.
- En cuanto al combate, contamos con un amplio repertorio de movimientos. Disponemos de ataques ligeros, ataques potentes, saltos, dashes y, por supuesto, el uso de la katana como arma principal. A ello se suman los ataques especiales conocidos como Ninjutsu, que incluyen habilidades de fuego, ráfagas de shuriken o embestidas a gran velocidad. Estos movimientos consumen una barra de energía que debemos gestionar con cuidado para usarlos en el momento oportuno.
Existen dentro de cada escenario, hordas de enemigos que podemos activar para obtener una recompensa (son opcionales), aunque solo la obtendremos al completarlas todas. Son un buen desafío y nos aparta por instantes de la historia, para poner a prueba nuestras habilidades y llevarlas al límite.
El juego también incorpora artes especiales que funcionan como ataques finales o potenciadores. Y hablando de jefes, aquí encontramos unas sensaciones agridulces, cada enfrentamiento es impresionante, con patrones de ataque que algunas veces requieren de paciencia, reflejos y una buena dosis de ensayo y error. Aunque, no son tan exigentes como esperaríamos.
A medida que avanzamos, obtenemos orbes que pueden canjearse en la tienda del juego para desbloquear nuevas habilidades, tanto activas como pasivas. Tenemos ciertas mejoras y por así decirlo, tintes leves de un RPG de acción. Este sistema de progresión añade variedad y profundidad, ya que permite adaptar el estilo de combate según nuestras preferencias.
La jugabilidad se siente como un baile constante. Cada movimiento de Joe forma parte de una especie de coreografía que nos transmite la esencia Ninja. La satisfacción de encadenar combos y acabar con una oleada de enemigos sin recibir daño alguno es uno de esos placeres que solo juegos bien diseñados pueden ofrecer y este lo consigue.
Además, tenemos puntos de guardado estratégicos que permiten descansar entre fases o volver a zonas anteriores para completar secretos. Cada nivel muestra un porcentaje de progreso, lo que facilita saber cuánto nos falta por explorar y completar.
Duración
La campaña principal puede completarse en unas 10 a 12 horas, dependiendo de la habilidad del jugador. Sin embargo, alcanzar el 100% de contenido llevará mucho más tiempo. El juego está repleto de secretos, llaves ocultas, trajes alternativos, desafíos especiales y zonas opcionales que invitan a rejugar cada nivel.
- Algunos de estos desafíos plantean combates en arenas contra enemigos cada vez más duros, mientras que otros consisten en superar secciones con restricciones específicas, lo que aporta variedad y pone a prueba nuestras habilidades.
La rejugabilidad se ve reforzada por la posibilidad de desbloquear movimientos adicionales y personalizar las habilidades nuestras. Lo mejor de todo es que este contenido extra nunca se siente como un relleno innecesario. Al contrario: cada secreto descubierto aporta satisfacción y recompensa nuestro esfuerzo, algo que se agradece.
Conclusión
Shinobi: Art of Vengeance marca el regreso triunfal de una saga legendaria que llevaba demasiado tiempo en silencio. SEGA y Lizardcube han logrado lo que parecía casi imposible: traer de vuelta la esencia de Shinobi sin caer en la mera nostalgia, ofreciendo un juego que funciona tanto para veteranos como para nuevas generaciones.
Compararlo con sagas como Ninja Gaiden resulta inevitable, pero también injusto. Mientras que Ninja Gaiden siempre apostó por una jugabilidad más frenética y un nivel de dificultad elevado, Shinobi: Art of Vengeance ofrece un ritmo más equilibrado, con un énfasis en los combates y la estrategia. Son dos propuestas distintas que, en realidad, se complementan.
Gracias a Cosmocover por proporcionarnos el código para realizar este análisis.
-
Apartado técnico95/100
-
Jugabilidad100/100
-
Duración80/100
Lo bueno
- Los desafíos especiales son una verdadera delicia
- El control es exquisito y se siente a gusto con cada acción
- Un apartado artístico precioso y realizado a mano por Lizardcube
- Tiene tintes de Metroidvania y eso es un extra que encatará a muchos
- La fluidez de los combates es un estimulo visual que solo se disfruta jugando
Lo malo
- Los jefes pudieron ser más desafiantes


















