Análisis de Shame Legacy

Analizamos Shame Legacy, un nuevo juego de terror ambientado en un pueblo del siglo XIX.

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Dentro del género del terror tiene bastante prédica aquellos juegos en los que no podemos defendernos apenas. No contamos con una escopeta o un cuchillo, sino solo nuestro ingenio, el sigilo y nuestra habilidad para escondernos. Dentro de este género se incluye Shame Legacy, el nuevo título de Fairyship Games y Revenant Games.

Un título que nos transporta a un enigmático pueblo del siglo XIX, donde encarnamos el papel de William, un hombre que despierta en medio de un caos de llamas y locuras. Nuestro objetivo será descubrir que ha pasado aquí, que mal habita entre las casas y los alrededores y qué ha pasado con nuestra familia y que relación tenemos con todo esto. Una base bastante buena pero que, como os iremos describiendo, es apenas uno de sus únicos puntos positivos.

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Apartado técnico

Shame Legacy es un juego muy justo en su apartado técnico. En el apartado visual se queda corto en muchos aspectos, no siendo para nada un juego que tenga aspecto de 2023. No pido algo espectacular que me deje boquiabierto en cada plano, no necesitas ser una superproducción para entrar por los ojos, pero sí que algunos detalles estén cuidados. Ya no solo hablamos del popping constante, sino también en la baja calidad de las texturas, lo reciclados que están los enemigos (apenas hay dos o tres que nos encontramos hasta la saciedad), etc.

Un aspecto muy mejorable que con un par de detalles podía haberse solucionado. Pero es que además, entrando en aspectos técnicos más puros, el juego tampoco cumple. Lo hemos analizado en Xbox Series X y, aunque cuenta con optimización para la nueva generación de consolas, los tiempos de cargas son excesivos. Hablamos de compases de espera de 10 fácilmente, algo que hasta el momento no habíamos visto en juegos optimizados para Xbox Series X|S. Por otro lado, también cuenta con problemas visuales y errores, como que algunos elementos en la pantalla que debemos buscar para ver que botón pulsar salen de la pantalla, es decir, no lo podemos ver y, por ende, acabamos muertos.

En definitiva, un pequeño despropósito técnico que desluce la gran ambientación del juego. Porque sí, lo que es la esencia de Shame Legacy está muy conseguida, con un tono lúgubre bastante bueno. Pero sobre todo el componente acústico, el cual a mi parecer está muy logrado, tanto en efectos sonoros de animales y objetos como en la música que acompaña cada momento.

Jugabilidad

Como mencionábamos al principio, Shame Legacy es un juego de terror en primera persona donde debemos conseguir sobrevivir a un peligro sobrenatural. Para ello, no contaremos con arma o defensa alguna y solo podremos escondernos y usar el sigilo. En parte es así, porque sí que contamos con un elemento para defendernos, pero es un tanto arbitrario. Tanto que aún no sé muy bien como funciona, ya que entra en juego el azar.

Me explico. Cuando un aldeano nos descubre, se lanza hacia nosotros y, generalmente, nos matará al momento. Pero hay veces que no ocurre así, sino que nuestro querido protagonista se defiende con el báculo que conseguimos al principio del juego y que nos permite resolver ciertos puzzles. Cuando esto ocurre, se activa un minijuego o QTE donde debemos localizar el botón que debemos pulsar moviendo el joystick antes de que pasen unos pocos segundos. Si lo hacemos dos veces bien tendremos la oportunidad de noquear al enemigo pulsando a la vez LB y RB.

Con ello, conseguiremos sobrevivir al ataque, pero solo momentáneamente porque, por misterios que no consigo comprender, William decide no acabar con el pueblerino con la parte baja del báculo (que acaba en punta) sino que con noquearlo se conforma. Y aunque pueda parecer sádico, hay que tener en cuenta que ellos sí la usarán contra nosotros si fallamos el evento o si ni siquiera tenemos la opción de defendernos. Y para más inri, como solo los noqueamos, al poco tiempo se levantan de nuevo y vuelven a la carga.

Lo cual es bastante molesto porque tras cada ataque defendido nuestro personaje entra en pánico, del cual solo puede salir con una pócima que encontramos repartidas por los escenarios. Si nos ataca otro pueblerino antes, moriremos inmediatamente. Y por si te lo preguntabas, no tenemos inventario, así que dependemos de nuestra habilidad para encontrar los frascos cada vez.

Si todos los males fueran este podríamos hablar de otra valoración. Pero es que el sistema de sigilo también falla por doquier. Hay veces que no sabemos como nos oyen o nos ven los enemigos y otras en los que estando cara a cara con algún enemigo no nos ven. Además, también están los crucificados. Un dolor de muelas constante porque, por algún motivo, William entra en pánico si pasa pocos segundos junto a ellos, alertando no solo a los pueblerinos sino propiciando la aparición de la bestia de fuego infernal que nos persigue constantemente.

Una bestia de la que solo podemos escapar y huir a través de los escenarios corriendo sin parar, lo cual a su vez atraerá a los amables habitantes. Es decir, la ruina total para nosotros. Por último, destacar que hay algunos escenarios en los que, además, es imposible saber cómo debemos proceder y termina siendo desesperante.

Duración

Shame Legacy es un juego corto. En apenas 4 horas podemos completarlo completamente, e incluso es posible hacerlo en 2 horas, tal y como marca uno de sus logros. Además, ofrece muy poca rejugabilidad, ya que no tiene toma de decisiones y más allá de querer obtener el único coleccionable que tiene (unas hojas de un diario) no hay mayor aliciente.

Conseguir los 1000G del juego no es demasiado complicado, pero sí que necesitaremos tener la suerte de nuestro lado. En especial porque hay logros que consisten en no morir ninguna vez (ejem crucificados) o pasártelo entero sin tomar la pócima antiestrés.

Conclusión

Shame Legacy es un juego muy flojo al que solo salva su ambientación tétrica del siglo XIX. Pero en lo importante, en la jugabilidad, es donde más se cae este proyecto de Fairyship Games y Revenant Games. Un juego donde el sigilo no funciona, cuenta con pocas mecánicas y además el azar está muy presente.

A eso hay que añadir la poca variedad de enemigos, de los cuales terminas cansándote demasiado, y los problemas gráficos y técnicos con los que cuenta. Por todo ello, se me hace complicado recomendar el juego, incluso para los que sean más acérrimos seguidores del género.

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*Gracias a Destructive Creations por proporcionarnos el material que necesita.

Javier Bassols

32/100

Nota final