Análisis de SCHiM – Emociones, vínculos y muchos colores

Jugamos SCHiM, un indie que nos trae una experiencia casual y relajante pero con un interesante valor jugable.

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Después de un año repleto de lanzamientos, tenemos una responsabilidad de variar de vez en cuando para tener una vista a largo plazo de lo que los futuros grandes estudios y desarrolladores nos traerán, por ende, al estar dispuesto a probar más experiencias de juego, se pueden encontrar cosas totalmente novedosas, creativas, y aunque parezca difícil, también más emociones que retratan diferentes momentos de la vida de cada persona.

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A primera vista SCHiM parece un juego simple en entornos 3D donde resaltan los escenarios dibujados, pero va mas allá de eso, uso de colores, entornos, un diseño plano enfocado en el avance según áreas sombreadas (haciendo uso de sombras como mecánica de juego) y sobre todo un trasfondo que en cierto punto puede parecer personal o cercano. Esto y más puede ser encontrado en este título que nos trae una aventura bastante inusual, pero que suma una nueva experiencia llena de emociones y un estilo de arte acertado para lo que quiere transmitir.

Apartado técnico

En cuanto al apartado técnico, tenemos un diseño que no busca resaltar en cuanto a carga gráfica o maximización de recursos usados en el rendimiento, aun así, el juego hace uso correcto de la optimización en consola, si bien no es exigente, si presenta una optimización mas que aceptable, por otro lado, tenemos un juego que hace uso de escenarios basados en el color de fondos y líneas que trazan los mismos, lo cual resalta al hacer uso de teoría del color y una sinergia con la iluminación basándonos en las situaciones que muestra el juego, acompañado de opciones de personalización, que en caso de no estar satisfecho con la selección de colores de los escenarios, puede ser cambiado, no a favor de la accesibilidad pero sí de comodidad de juego.

El juego funciona perfectamente en consolas Xbox Series X, dando un rendimiento de 60 cuadros por segundo estables y una resolución alta que da a la talla de este tipo de juegos. En resumen, SCHiM es una experiencia que cumple en su parte técnica para un juego de avance a través de escenarios medianos.

Vale la pena destacar que en todo el recorrido, de alrededor de 7 horas, no se presentaron errores o bugs, además de no encontrar errores visuales, lo cual es un gran acierto, si tomamos en cuenta que el apartado artístico es vital para disfrutar del mismo.

Un desempeño brillante y acorde a una experiencia visual - ¡Comparte!

Jugabilidad

SCHiM no es un juego complicado, este tiene pocos mecanismos que se van descubriendo a través del inicio del juego, controlamos a SCHiM, un pequeño ser que esta “pegado” a “algo”, una persona u objeto, en este caso, tenemos un vistazo a como el SCHiM nos acompaña desde niño hasta la vida adulta, después de una serie de eventos que separa al SCHiM de la persona, deberemos abrirnos paso a través de diferentes escenarios para volver con el ser humano con el que estábamos unidos desde el inicio y afrontar las consecuencias de la separación.

Tendremos a disposición dos saltos similares a los de una rana, la activación de objetos que simplemente reaccionan con una animación o pueden presentar acciones de ayuda como cambiar el escenario o movernos a otro espacio en los escenarios. Además, como mecánica presente para ayudar a la perspectiva, se nos permite girar la vista en la mayoría de los escenarios, esto para expandir las formas de avanzar hasta el final del escenario o para desbloquear otros caminos que desde un solo punto de vista no serían posibles de acceder.

Para movernos a través del escenario y sus objetos debemos estar al constante acecho de espacios que generen sombra, los cuales nos permitirán avanzar, la mayoría de espacios están fijos en ciertas partes, pero a medida de avance del juego, podremos ver otras formas de pasar a través de objetos o personajes que durarán un determinado tiempo hasta que reaparezcan en el escenario.

Un juego que nos invita a ver las diferentes perspectivas de la vida - ¡Comparte!

Duración

La duración de SCHiM no es muy extensa, al no presentar un reto en dificultad puede ser superado fácilmente para un jugador promedio, pero es una experiencia concreta que busca transmitir un mensaje con ligeras cinemáticas y la jugabilidad, y lo cumple con creces, el valor re-jugable del juego no es muy alto, ya que no tiene caminos diferentes, decisiones o selección de capítulos.

Más allá de volver a jugarlo por logros, es una experiencia que basta con jugarlo una sola vez, lo cual puede ser suficiente con un aproximado de 7 a 10 horas, según el ritmo y curiosidad que los jugadores presenten en cada nivel durante toda su aventura.

Conclusión

SCHiM es un juego que nos invita a probar algo más tranquilo, no es una historia que busque presentar personajes, dar contextos extensos o complicar con tramas extensas, más allá de eso, el juego busca que pases un buen momento, divertido en ciertos momentos o reflexivo respecto a las emociones que son comunes en las personas cuando enfrentan problemas o experimentan la felicidad o la nostalgia, entre otro momento que el juego retrata muy bien pese a la simpleza que podría interpretarse con su diseño de arte.

Si buscas una experiencia de plataforma o 2D convencional, al probar las diferentes mecánicas, a diferencia de los juegos de pasillo que suelen sentirse repetitivos, en un inicio puede llegar a sentirse como un juego limitado, hasta que las perspectivas entran en juego y dan una mayor libertad.

Recomendamos SCHiM para probar algo más tranquilo, buscar un momento de experimentación o relajo acompañado de visuales agradables y una banda sonora acorde, los jugadores pueden encontrar un interesante espacio para darse una pausa de otras experiencias más frenéticas o para aprovechar un tiempo libre de otras actividades que pueden abrumar en el día a día, SCHiM puede ser ese escaparate para darse una pausa y buscar un espacio de encuentro personal.