Os traemos el análisis de Rustler, una propuesta caótica ambientada en el medievo y con una inspiración visible en Grand Theft Auto.
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Allá por el año 1997, un pequeño juego llegó al mercado y en él se proponía explorar una ciudad entera, toda a disposición del jugador, y desde una perspectiva aérea. Dando con la tecla, una cosa llevó a la otra, propiciando el nacimiento de una franquicia cuyas posteriores entregas llevaron este concepto a un nuevo nivel. A día de hoy, la saga que nos ocupa es una de las más grandes del mundo de los videojuegos, un éxito imparable cuya quinta iteración numérica ha vendido por sí sola más de 150 millones de copias. Otro mérito incuestionable.
Porque hablar de Grand Theft Auto y su desarrolladora, Rockstar Games, es hablar de un fenómeno mundial que mueve a millones de jugadores y de desarrolladoras que quieren alcanzar la misma grandeza. Desarrolladoras como Jutsu Games, un estudio de videojuegos con sede en Polonia que quiere convertirnos en un criminal medieval con el lanzamiento de Rustler, un alocado juego de mundo abierto y acción, lleno de referencias a la cultura popular y también a una saga para la historia.
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Apartado técnico
La Edad Media es una época cuya sola mención suele traer aparejadas connotaciones despectivas; un prejuicio historiográfico que se resiste a morir y que se muestra firmemente convencido de que no produjo más que guerras, opresión y barbarie por doquier. Sin embargo, más allá de estas consideraciones generales, la realidad es bien distinta, aunque esa es una historia que merece ser contada en otra ocasión. Rustler no oculta la violencia y los aspectos más polémicos de esta época a través de su mundo abierto, pero no es menos cierto que su desarrollo es lo suficientemente desenfadado sin resultar superficial , y también ambicioso sin llegar a ser pretencioso.
Unity, uno de los motores gráficos más completos y polivalentes, nos ofrece una aproximación a la Edad Media en perfecto castellano y a partir de varios anacronismos. Por muchos es sabido que no siempre es fácil ser fiel a la historia que se está narrando, a la vez que se es fiel a la historia del mundo real, pero Rustler no esconde en ningún momento su falta de seriedad y rigor histórico al respecto para crear una atmósfera de parodia y regocijo, desde zonas que presentan flora dispersa y de escaso tamaño y suelo rocoso hasta una ordenación urbana que resulta compacta, amurallada y con unas viviendas típicas donde convergen graffitis o sistemas de tráfico varios.
Además de lo cómico que resulta, el juego de marras contribuye a sumergir al jugador por medio de un estilo de renderización no fotorrealista para que todos los personajes imiten el estilo de los cómics o dibujos animados. Lo que se conoce como un buen uso del cel shading.
Jugabilidad
Los mundos abiertos son una constante en los últimos años. Expandiéndose a toda velocidad, este estilo de juego ha ido evolucionando y ofreciendo más y más opciones. Da igual el tipo de mecánicas que podamos ejecutar, puesto que los mundos gigantes con todo tipo de localizaciones para explorar, así como eventos, misiones y extras que encontrar se encargan de hacer el resto. Grand Theft Auto ha sido el rey del género durante mucho tiempo, con unas posibilidades inagotables y una evolución constante que marcó un punto de inflexión con el lanzamiento de la tercera entrega.
Si bien, desde Jutsu Games no han querido ampararse en el concepto que reverberan las últimas iteraciones, sino que han preferido echar la mirada hacia atrás en pos de realizar una propuesta centrada en el caos que se encuentra a medio camino entre los GTA de perspectiva cenital y el simulador de la vida de un colegio más gamberro de Bully. De hecho, el protagonista, The Guy, es la viva imagen de Jimmy Hopkins. Ahora bien, en lugar de emplear armas de fuego, aquí tenemos que valernos de espadas, lanzas y ballestas para liarla parda, ya sea a pie o a lomos de nuestro caballo. El resto de esta inaudita travesía es un GTA medieval en toda regla.
Una oda a la violencia
De la misma manera, y desde sus primeras entregas, la serie antes nombrada ha estado en el punto de mira por parte de varios medios de comunicación y padres preocupados debido a la violencia que contienen todas sus obras. Sin embargo, si ponemos nuestras miras de forma detenida, podemos ver una firme crítica a la sociedad actual y a la propia condición humana. Con enormes pinceladas de humor irreverente inspirado en los Monty Python y por medio de una vista cenital, Rustler es un juego de acción medieval que pone de manifiesto una violencia a flor de piel que influye tanto en los hombres como en las mujeres.
Una violencia, no obstante, no muy diferente a la que tenemos estos días. Porque la obra que nos ocupa, que aplaude con furia los actos de violencia que se desencadenan a lo largo de la misma, es una brillante y despiadada comedia negra que desentraña el cabreo comunitario. El tono del videojuego es negro, pero no sólo por su humor, también por su forma. La tragicomedia o el costumbrismo se van entremezclando a una velocidad endiablada mientras que, por momentos, se vislumbran varios momentos de cierto realismo fantástico con la débil línea de la verosimilitud. En pocas palabras, en Rustler hay una acumulación de estallidos y una deliberada falta de respeto hacia todo.
Duración
El boom de los videojuegos de mundo abierto ha dado paso a aventuras sumamente extensas. Algunas de ellas rozan las 50 horas, mientras que otras tantas sobrepasan tranquilamente el centenar con el fin de justificar esas zonas kilométricas que podemos recorrer de diversas formas y que nos dan esas horas de juego. Y pese a que tendemos a pensar que más es siempre mejor, la necesidad de hacer juegos con terrenos cada vez más amplios se ha convertido en un arma de doble filo.
A pesar de su estructura y la enorme libertad de acción que proporciona desde los primeros compases, Rustler es una experiencia bastante contenida que se desentiende de esta tendencia creciente de un tiempo a esta parte y que puede ser completada en menos de 10 horas. Al fin y al cabo, gran parte de nuestro cometido consiste en hacer misiones, más efectivas en el discurso narrativo que en el mecánico, que sacan a la luz muchos de los pecados cometidos durante la Edad Media en clave de humor negro.
Conclusión
El espejo es un artefacto perfecto que presenta una verdad irrevocable y también una tapadera para ocultar otra verdad. La cuestión es que el espejo en sí mismo es un artefacto interesante y la vara de medir de muchas compañías que temen verse reflejadas, ya que prefieren mirarse en el espejo de otras para obrar en consecuencias. Rustler es una muestra fehaciente de lo que podemos considerar como el reflejo ajeno, dado que más allá de una más que atractiva parcela visual que reproduce la podredumbre a gran escala, esta se aferra con uñas y dientes al concepto que han atesorado las primeras iteraciones de Grand Theft Auto, en lo bueno y en lo malo.
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Apartado técnico70/100
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Jugabilidad70/100
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Duración75/100
Lo bueno
- Una propuesta centrada en el caos.
- El uso totalmente deliberado de anacronismos.
- Derrocha humor negro por los cuatro costados.
Lo malo
- Muchas misiones pecan de ser muy simples.
- El manejo del caballo puede jugarnos alguna mala pasada cuando ponemos pies en polvorosa.