Un shooter táctico sin concesiones, pensado para quienes buscan tensión real y precisión operativa en Xbox.
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Después de consolidarse en PC como uno de los FPS tácticos más respetados de los últimos años, Ready or Not aterriza en Xbox Series con la firme intención de ocupar ese espacio que casi nadie se atreve a reclamar: el del shooter metódico, sin prisas, sin ayudas, sin perdón. Aquí no vienes a vaciar cargadores a lo loco, sino a entrar con cabeza, analizar, ejecutar… y esperar que nadie la líe en el momento más crítico. Llevo días con él, y pocas veces me he sentido tan dentro de una operación como en este juego.
Apartado técnico
En Xbox Series X el rendimiento es estable y responde bien a lo que se espera del tipo de experiencia que propone. 60 FPS constantes incluso en espacios cerrados, con tiempos de carga casi inexistentes y una atmósfera lograda gracias a un buen uso de la iluminación y el sonido ambiental. No es un prodigio visual, pero su crudeza estética juega a su favor. Las habitaciones oscuras, los pasillos estrechos y las casas comunes donde tienen lugar muchas operaciones crean un ambiente tenso, denso, casi incómodo.
El diseño de sonido es uno de sus puntos más fuertes. No solo ayuda a la inmersión, sino que cumple un papel mecánico: escuchar un paso, una puerta que se abre o una orden mal ejecutada puede salvar o arruinar una misión. Por ponerle una pega, algunas animaciones de interacción siguen siendo algo acartonadas, como al colocar esposas o abrir ciertas puertas, y en escenarios más amplios puede notarse algo de carga tardía en texturas. Aun así, son detalles menores que no empañan el conjunto.
Jugabilidad
El título nos pone al frente de un escuadrón de intervención, con operaciones que van desde entradas en viviendas con sospechosos atrincherados, hasta situaciones con rehenes, amenazas explosivas o individuos mentalmente inestables. Cada misión puede tener varios objetivos: asegurar civiles, arrestar objetivos clave, desactivar trampas, reunir pruebas o incluso evitar la pérdida de vidas a toda costa. Nada de esto se resuelve corriendo con una escopeta en mano. Hay que planificar.
Una de las sensaciones más potentes es esa tensión previa a abrir una puerta sin saber qué hay detrás. ¿Un civil escondido? ¿Un sospechoso apuntando con un arma? ¿Una trampa explosiva improvisada? Usar el espejo bajo la puerta, desplegar humo, flanquear con compañeros o incluso lanzar granadas aturdidoras se convierte en rutina. Y cuando algo falla, lo sabes en el acto. Aquí no hay margen para el error.
Comparado con otros títulos del género, Ready or Not se sitúa más cerca de SWAT 4 que de propuestas actuales como Rainbow Six Siege. Donde Siege apostó por lo competitivo y la verticalidad, Ready or Not vuelve al origen, al ritmo pausado y a la tensión constante. Y se agradece. En consola, no hay nada igual.
También recuerda en parte a Door Kickers en su filosofía de ensayo y error, aunque aquí todo se vive en primera persona. Y por supuesto, quienes disfrutaron de Zero Hour o Ground Branch en PC encontrarán aquí una propuesta más pulida y cuidada, aunque con un enfoque más cerrado en lo táctico.
Comparativa con otros shooters
Muchos podrían pensar que Ready or Not es simplemente “otro shooter más”, pero nada más lejos de la realidad. Frente a la inmediatez de Call of Duty o el caos organizado de Battlefield, este juego es lento, metódico y punitivo. Aquí no importan tanto los reflejos como la preparación. No se trata de matar más, sino de hacerlo mejor, o incluso no disparar en absoluto.
También es mucho más flexible que otros títulos tácticos. No te impone un único camino, sino que te deja elegir cómo actuar. ¿Entro por la puerta trasera? ¿Lanzo humo primero o intento negociar? ¿Limpio la planta baja o me la juego subiendo primero? Son preguntas constantes, y eso mantiene el interés incluso después de decenas de horas.
Duración
El juego llega a consolas con una cantidad considerable de contenido. Hay una quincena de mapas jugables, cada uno con variantes en los objetivos, el número de enemigos y el comportamiento de la IA. Desde viviendas particulares hasta estaciones de metro o clubes nocturnos, cada escenario obliga a replantear tu estrategia. Y lo más interesante es que los mapas no son estáticos: los enemigos cambian de posición, los civiles se comportan de manera distinta, y nunca puedes confiarte aunque repitas la misión.
Los tipos de operación incluyen asaltos, misiones sigilosas, operaciones nocturnas con visión térmica, desactivación de bombas y rescates contrarreloj. Hay modos más relajados, como las patrullas, y otros realmente tensos, donde el fallo implica reiniciar desde cero. El sistema de puntuación penaliza duramente los disparos innecesarios, el uso excesivo de fuerza letal o los errores de procedimiento, obligándote a mantener siempre una mentalidad de contención.
Además, hay bastante margen para la personalización: puedes ajustar el equipamiento, elegir entre armas no letales o más agresivas, añadir miras, linternas, cargadores extendidos… incluso modificar el comportamiento de tus compañeros de escuadra, ya sea en solitario o en cooperativo.
Y hablando de eso: el modo cooperativo online es uno de sus puntos fuertes. No hay nada como coordinarte con otros jugadores, marcar posiciones, sincronizar entradas o resolver situaciones con comunicación real. En nuestras sesiones, el netcode ha sido estable, sin caídas ni errores notables. Y es precisamente en este modo donde el juego alcanza su máximo potencial.
Conclusión
Ready or Not no hace concesiones. No tiene campañas cinemáticas, ni multijugador masivo, ni sistemas de progresión brillantes. Pero lo que hace, lo hace con una precisión quirúrgica. Es un shooter pensado para quienes quieren sentir la presión real de una operación táctica, para quienes disfrutan planificando, coordinando y ejecutando.
En Xbox Series se presenta como una versión robusta, funcional, y fiel a su idea original. Y si bien aún arrastra pequeños detalles heredados de su paso por el acceso anticipado, lo compensa con una jugabilidad profunda, una tensión constante y una rejugabilidad enorme. Si tienes un par de amigos con los que jugar y buscas algo más serio y desafiante, Ready or Not puede ser uno de tus títulos del año.
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Jugabilidad89/100
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Apartado técnico85/100
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Duración88/100
Lo mejor
- Tensión y realismo constantes: cada decisión cuenta
- Cooperativo bien integrado
- IA impredecible y mapas variados: cada misión es distinta, incluso al repetirlas, gracias al diseño
Lo peor
- Algunas animaciones siguen siendo toscas, sobre todo en interacciones básicas
- Ausencia de campaña tradicional: no tener historia puede echar atrás a ciertos jugadores
