Os contamos todo sobre Phantom Doctrine, el juego de estrategia y gestión de recursos durante la guerra fría, en nuestro completo análisis.
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Junio de 1945. Después de aproximadamente seis años de enfrentamientos, los aliados y el ejército soviético tomaban Berlín: los nazis se rendían. Así terminaba la Segunda Guerra Mundial. Parecía que la paz por fin llegaba y el mundo podría dar comienzo a una nueva era de paz. Sin embargo, durante la reconstrucción de Europa y la postguerra un nuevo conflicto estaba a punto de empezar: La Guerra Fría. No sería una pugna tradicional, con enfrentamientos directos, si no un tira y afloja constante de secretos de estado y tácticas tan siniestras como sucias.
Fue un desafío político, económico, social, estratégico, informativo e incluso tecnológico que enfrentaría al bloque Occidental, liderado por Estados Unidos, y el bloque del Este liderado por la Unión Soviética. Esta rivalidad entre el capitalismo y comunismo estuvo a punto de desencadenar una nueva Guerra Mundial y marcó significativamente la historia del siglo XX, para bien (avances en la carrera espacial) como para mal (crisis de los misiles de Cuba, Chernobil).
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Y en este contexto histórico se ambienta Phantom Doctrine, un juego de estrategia y gestión que nos lleva a principios de la década de los ochenta, a los años de máxima tensión de La Guerra Fría. Nos encargaremos de destapar grandes secretos de estado, defender la patria de la amenaza política y liderar los movimientos de nuestros agentes, llevando a cabo operaciones encubiertas por todo el mundo. Desentrañaremos grandes conspiraciónes usando nuestra red de espías, comandos de infiltración, agentes dobles y todos los recursos que el estado pone a nuestra disposición.
Salta a la vista. Está claro que el estudio polaco “CreativeForge Games” ha tomado una fuerte inspiración de XCOM: Enemy Unknown, llevándolo al más puro estilo de las películas clásicas de espías. A pesar de que, a priori, puede parecer algo negativo que sea una copia del mencionado juego, en realidad no tiene por qué serlo. Es más, seguramente estés aquí, leyendo e interesándote en este título atraído por las adictivas mecánicas del juego de Firaxis. Pero lo que de verdad importa es: ¿Qué ofrece de diferente Phantom Doctrine para desmarcarse y dejar su huella en los juegos de estrategia? Vamos a descubrirlo.
Apartado Técnico
Al igual que XCOM: Enemy Unknown, este juego ha sido desarrollado con el Unreal Engine 4, lo que garantiza un acabado técnico que a simple vista ya nos resulta muy familiar. La iluminación, las sombras y, en general, todo su apartado artístico y de diseño está bastante cuidado. Esto facilita que el jugador se introduzca de lleno en los oscuros años 80. Una atmósfera siniestra adorna todo el juego de manera muy acertada, acorde con la temática de los espías.
Sin embargo, en lo que se refiere a su apartado visual, el juego no se luce precisamente. Cada vez que vamos a realizar una acción, los planos cortos de los agentes son vergonzosos. No dan la talla en un juego de estas características. Por no hablar de las escenas CGI que nos narran la historia: son bastante deficientes. Por suerte, estas cosas no afectan a la jugabilidad pero nos sacan de la experiencia y estropean la capacidad de inmersión que el juego necesita.
Respecto al rendimiento, podríamos decir que Phantom Doctrine se mueve entre dos aguas, la mediocridad y lo aceptable. Durante los niveles de acción táctica, visualmente cumple su objetivo. Sin embargo, sufre de forma constante caídas de frames que hacen que la imagen del juego se “congele”. Y todo esto ocurre sin realizar grandes “esfuerzos”, es decir, que no necesitamos mover rápidamente la cámara o someter al juego a mucho estrés para provocar este lag.
Por desgracia, todos estos problemas son derivados de la adaptación o «Port» para consolas, ya que como he podido ver en youtube, la versión PC es significativamente mejor en este sentido. De cualquier manera, no he sufrido ningún inconveniente que me impidiera jugar y disfrutar con toda normalidad
Jugabilidad
Como es habitual en este género, nuestra experiencia de juego se divide en dos partes, la sala de gestión y los niveles de asalto. La sala de gestión es donde administramos nuestros recursos, como construir instalaciones, centros de investigación especial, enfermería o salas de entrenamiento para agentes. También podremos invertir nuestro presupuesto en desarrollar avances tecnológicos: falsificadoras de documentos, comprar armamento y todo lo que nuestros agentes puedan necesitar para cumplir su misión. Estas instalaciones serán requisito obligatorio para adquirir después otros equipos, algunos de ellos indispensables, que nos ayudarán en las misiones de espionaje (equipos de escucha, pisos francos, tecnología experimental).
Una parte clave y esencial de nuestra gestión es manejar los recursos de los que disponemos a lo ancho y largo del globo terráqueo gracias al mapa-mundi. Desde aquí monitoreamos los diversos eventos que ocurren en todo el mundo, no solo en nuestro territorio, también en el neutral y en el del enemigo. Con esta información en nuestro poder, manejamos a nuestros espías por todo el mapa de una forma automatizada. Selecciona el lugar y destina un agente libre para comenzar la investigación de campo.
La sensación de que están sucediendo muchas cosas es constante y es precisamente aquí donde Phantom Doctrine resulta más gratificante: gobernar a un grupo de agentes a lo largo de todo el país recopilando información o consiguiendo documentos le permite a cada jugador a adaptar el ritmo de juego y la situación de la trama a su manera. Una vez más, al igual que en XCOM: Enemy Unknown, nos resultará imposible estar en todas partes a la vez y atender todas las alertas, así que el jugador deberá dedicar un tiempo prudencial a la hora de tomar cualquier decisión.
Cuando se detecta una actividad sospechosa, tenemos la opción de enviar un agente y esperar su informe sobre la situación. Una vez que llega, nos podemos encontrar con muchas cosas: actividad enemiga, amenaza de atentado… Entonces tendremos que decidir como actuar. Tanto si pensamos que lo mejor es ordenar a nuestros agentes intervenir mediante una incursión o simplemente seguimos observando y mantenemos la vigilancia, corremos el riesgo de aumentar el peligro, si, pero quizás descubramos algo más gordo. Habrá que sopesar los pros y los contras antes de actuar.
Estas intervenciones a lo largo del mundo nos proporcionan datos o información, que más tarde el jugador necesita para tomar parte en la investigación. Esta es, sin duda, la parte que más me ha gustado del juego: la interpretación, descodificación y averiguación de los datos que conseguimos en cada incursión.
Tendremos que acceder a mensajes en clave, identificar a personas sin nombre y situarles en sitios concretos, pero, ¿cuáles son los patrones de unión que nos ayudarán a deducir la identidad del sospechoso que estamos investigando? Ahí es donde interactúa el jugador de una manera activa.
Por ejemplo: sabemos que es un hombre de unos cincuenta años, que fue visto por última vez en Moscú y que es ingeniero. Ahora debemos cotejar toda esta información con la lista de sospechosos que nuestros agentes han ido elaborando gracias a las investigaciones de campo a las que les hemos mandado desde nuestra central de operaciones. De esta forma, barajaremos varios sospechosos, mucha información y, desde luego, será una de las mecánicas más ingeniosas y originales de todo el juego averiguar la identidad de todos los sopechosos.
Como segundo pilar clave del juego nos encontramos los niveles de acción táctica o asalto. Aquí es donde entramos directamente a la acción con nuestro equipo de agentes previamente equipados y seleccionados. Mediante turnos secuenciales, habrá que superar uno o varios objetivos cumpliendo determinados requisitos, que generalmente consiste en no ser detectado. En este sentido, todos aquellos que ya hayamos jugado a XCOM: Enemy Unknown nos sentiremos como en casa; con una gran diferencia, que aquí prima la infiltración y el sigilo.
Un detalle importante que afecta a la jugabilidad es su curva de dificultad. Es un juego difícil. Pero no me refiero a la dificultad habitual de superar cada misión o el nivel de exigencia o la letalidad de los enemigos, sino a su adaptabilidad. Sus tutoriales son poco descriptivos y escasos. Algunas traducciones son nefastas y en vez de aclararnos algo, nos confunden todavía más. Y no me refiero a que falte alguna vocal o que algún verbo esté mal conjugado, son frases completas que carecen de sentido y que no se entiende absolutamente nada de lo que nos intenta decir. Tenemos la sensación constante de estar abandonados durante el juego y nos vemos obligados descubrir las entrañas más sofisticadas por nuestros propios medios.
Duración
Phantom Doctrine pone a nuestra disposición tres campañas: el KGB, la CIA y una tercera que desbloquearemos al completarlo. Sin embargo, para darle el secretismo que se merece este juego, no voy a revelar.
Tu elección de jugar como un servicio secreto u otro determina pequeños detalles de la trama y las escenas que verás en ellas, pero básicamente son idénticas. Es muy difícil determinar su duración, ya que la progresión del juego no es lineal y tendremos que investigar mucho, hay misiones secundarias, etc. Basándome en mi experiencia, cada campaña nos durará al menos 12/15 horas.
Conclusión
Reconozco que Phantom Doctrine me ha decepcionado. No es por su rendimiento inestable, ni por su poca originalidad, ni por la escasa adaptabilidad del juego, sino porque simplemente no es lo que me esperaba. Aun así y asumiendo su naturaleza, tampoco llega a satisfacerme. Todas sus ambiciones, ideas inteligentes y la pasión por el género de espionaje no terminar de funcionar del todo. Esto sucede porque no acaban de estar del todo bien implantadas. Siendo objetivo y dejando los gustos personales a un lado, simplemente se quedan a medio camino en todo. Y eso nunca es bueno en nada en la vida.
Phantom Doctrine es un Clon descarado de XCOM: Enemy Unknown hasta el punto de que parece un mod de éste. Como ya dije al principio, este hecho no tiene por qué ser necesariamente malo, ya que es una fórmula dentro del género de estrategia que sin duda alguna funciona. Eso sí, hay que intentar dejar tu marca a la hora de añadir mecánicas bien pensadas e ingeniosas. Donde se distingue claramente no es solo en su estética de espías, sino en su trasfondo menos combativo. Aquí no hay alienígenas invasores, ahora estás controlando un equipo de espías, no de soldados. Por lo tanto, la mayoría de las operaciones se ejecutan mejor con poco o ningún combate y esto acaba marcando una jugabilidad muy diferente.
*Gracias a Good Sheperd Entertainment por habernos proporcionado el material para la review.