El videojuego cooperativo más puro del mercado vuelve con una segunda entrega que sigue muy de cerca los pasos de su antecesora.
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En pleno agosto y recién saliditos de una ola de calor infernal que, por muy poco, no arrasa la península, llega la segunda entrega de uno de los videojuegos cooperativos más divertidos y desesperantes de todos los que puede recordar servidora. Y, ojo cuidado, porque no os aconsejamos enfrentaros a los fogones de Overcooked 2 sin un buen aire acondicionado o un ventilador a toda potencia porque con toda esta nueva retahíla de niveles imposibles vais a sudar más que todos esos pobres pollos que metáis en la freidora.
La primera entrega de Overcooked llegó casi por sorpresa el verano pasado, sin que nadie lo esperara y acabó por convertirse en uno de los títulos más virales del año y uno de los favoritos de los Youtubers. Apadrinado por Team17, la emblemática compañía tras el hitazo Worms, Overcooked gritaba modestia por los cuatro costados: había sido desarrollado por dos personas, sus gráficos eran simpáticos y cumplidores pero bastante austeros y, además, no incluía funcionalidades en línea, por lo que limitaba su cooperación al buen sofá de toda la vida.
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Ahora, tras poder colgarse el título de ser uno de los indies más rentables de 2017, incluso con dos premios BAFTA a sus espaldas, recibimos su segunda entrega con un lanzamiento por todo lo alto, y lo que es más evidente, mucho más dinero invertido en su desarrollo. Overcooked 2 no solo se ve mucho mejor, si no amplía como nunca sus posibilidades jugables más allá de nuestros queridos sofases para abrazar de lleno la era de Internet. Una segunda entrega que es una consecución lógica de su antecesor y no aplica demasiadas mecánicas nuevas pero que, sin duda, ha sabido reconocer qué funcionaba, y también qué no, para reformularlo y fusionarlo en un título que se siente mucho más completo y pulido.
Una vez más, el Reino de la Cebolla y su bigotudo Rey están en peligro, y nadie más que nosotros para sacarles las castañas del fuego. Otra vez. En esta ocasión, el enemigo al que nos enfrentaremos no es un monstruo spaghetti gigante, primo segundo de Godzilla por parte de madre, si no el libro prohibido Necro-ñami-con, entre cuyos grandes logros se cuenta acabar con la mente de todos aquellos que lo leen, quizá con la excepción de Lovecraft, y hacerle la vida imposible al buenazo de Ash Williams. Como es de esperar siempre que juegas con esta clase de artefactos, cuando al Rey Cebolla le dé por leer sin que nadie se lo pida la receta que otorga el don de la excelencia culinaria, pronto se desatará un Pan-Demonium muy literal en pantalla. Cientos de rebanadas de pan de molde un tanto revenidas y con ansias de venganza por considerarse el alimento más maltratado de la historia, se levantarán de sus tumbas y exigirán, que nosotros, avezados chefs, saciemos su inmortal apetito de una vez por todas. Y aquí empieza Overcook 2, ¡todos a la mesa!
Apartado Técnico
Una de las cosas que más llama la atención, sin duda, es el update gráfico que han recibido todas las secciones del juego. Tanto las texturas como las animaciones de los personajes han mejorado notablemente, añadiendo un rango de colores y tridimensionalidad mucho más amplia así como una iluminación trabajada que resalta los matices del conjunto. Si antes Overcooked ya era adorable con su paleta suave de colores planos y sus sencillas animaciones, ahora podemos decir que está más vivo que nunca.
La imaginación a la hora de crear niveles tampoco ha decaído ni un ápice. Algunos viejos conocidos vuelven, como los niveles más urbanos y la estación espacial, pero se añaden muchos otros como los globos aerostáticos, la jungla o los cementerios. Si los gráficos han ido en alza, la complejidad de los escenarios no se ha quedado atrás, y es que ahora contaremos con más efectos ambientales que nunca, como el viento o el fuego, un viejo conocido que vuelve con mucho mejor aspecto.
Las animaciones de los chefs también se han puesto a punto, y no solo en la parte jugable, también en la pantalla de elección. Ahora, en vez de un dibujo plano, veremos a nuestros chefs cocinando e interactuando entre ellos ya desde la pantalla principal, que nos servirá de casilla de salida para empezar el juego. A los clásicos gatos y chefs rusos muy enfadados se unen cocodrilos, pulpos y hasta el personaje de la abuelita, un fichaje que parece impensable que no estuviera hasta ahora.
El mundo donde navegaremos entre stages también se ha sumado a la fiesta de mejoras, incorporando capas de desnivel o trozos de agua donde el autobús que nos sirve para desplazarnos se transformará en una adecuada lancha. Detalles que puede que no parezcan importantes pero que dotan a Overcooked de ese aire de adorabilidad absoluta que ya nos dejó prendados el año pasado. Y es que poco más se podía hacer sin renunciar a esta estética cartoon tan característica y que tan bien le sienta a la ya franquicia, por lo que siempre serán bienvenidas este tipo de mejoras, que sin renunciar a superarse consiguen mantener el espíritu.
Jugabilidad
Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Eso han debido pensar los desarrolladores de Overcooked 2 a la hora de plantear las mejoras en el aspecto más jugable. La máxima de menos es más siempre se cumple, y antes de complicar la marrana con añadidos excesivos que habrían manchado la endiablada sencillez del conjunto, han preferido mantenerse bastante fieles la fórmula original. El sistema de estrellas y niveles continúa siendo una herencia directa de Mario Bros, como ya os explicaba en la primera review, y a los fogones todo se ha mantenido prácticamente igual. De hecho, si os quedan dudas sobre mecánicas os aconsejo que os paséis por el anterior enlace, ya que lo desgrané mucho más concienzudamente de lo que haré ahora, donde me centraré más en los cambios.
En cada pantalla contaremos con una serie de elementos que se repiten pero cuya distribución nunca será la misma y siempre dependerá del espacio. Es decir, tendremos tablas de cortar, dispensadores de comida, un fregadero, la zona de entrega de los platos, el extintor por si las moscas y la basura pues también. Como véis, casi nada ha cambiado y no se han añadido más elementos que nuevos ingredientes para nuevas recetas y herramientas como una batidora que ahora nos servirá para hacer bollos chinos. Pero al final, estas incorporaciones no varían la fórmula y funcionan exactamente igual que lo que ya existía, siendo lo mismo pero con otro skin. También han dejado caer recetas que no funcionaban, como las sopas, que encontraron una variante bastante más divertida en el DLC navideño pero que han preferido no importar a esta segunda entrega.
En cuanto al movimiento de los chefs, se han mantenido todos los controles: la X es el botón de acción para cortar, lavar platos y extinguir incendios, con la A podrás seleccionar objetos, la B te disparará en un pequeño boost de velocidad y, como añadido especial, una vieja mecánica no escrita de la primera entrega se ha acabado incorporando en plantel de acciones. En el primer Overcooked, si en una zona ibas a separarte de tu amigo, era bastante útil tirarle la comida por el suelo para que después la recogiera. Enfados del ministerio de sanidad aparte, la verdad es que era una función bastante desangelada y no permitía demasiado impulso en el lanzamiento. Ahora, como novedad, se ha incluido la posibilidad de lanzar ingredientes crudos o cortados, pero jamás cocinados y menos emplatados. Esto abre todo un abanico de posibilidades para niveles donde estéis alejados de vuestros compañeros, donde tendréis que tiraros todas las frutas y hortalizas que pilléis por la cocina para llegar a las ansiadas tres estrellas.
Como siempre, una de las grandes bazas de Overcooked son sus escenarios, que lucharán contra nosotros para desordenarnos todo esquema mental que nos hayamos podido hacer sobre el nivel. Zonas que se mueven, platos que se van, alimentos que quedan inaccesibles hasta que las zonas vuelven a moverse o cintas transportadoras de velocidad ultrasónica que te hacen caer una y otra vez en al agua cuando tú ya tenías esa hamburguesa lista para servir. Es gracias a este diseño de niveles donde Overcooked 2 destaca y se convierte en algo más que un mero juego de cocina en el que combinar ingredientes para abrazar el cooperativisimo de la forma más pura.
En este análisis poco lo he mencionado, pero en el anterior repetí casi hasta la náusea que Overcooked 2 es un juego para jugar, al menos, a dobles, aunque permite hasta cuatro jugadores. Y no es algo que diga solo yo, todos los analistas coinciden en que donde más se disfruta es en su vertiente cooperativa. Esto se explica por la exigencia del juego de tener siempre y como mínimo dos chefs por nivel. Como en la primera entrega, tienes posibilidad de jugar singleplayer controlando dos personajes a la vez, pero es bastante mecánico y aburrido ir gritándole a tu hemisferio izquierdo que lo siguiente que sale es una hamburguesa sin queso mientras el derecho está cortando el tomate. Además, los puntos para conseguir las tres estrellas de cada nivel variarán dependiendo del número de jugadores que haya en partida, ya que se entiende que entre cuatro se pueden sacar muchos más platos que entre dos.
Overcooked es sinónimo de cooperación. Mientras en muchos juegos llamados cooperativos todo acaba siendo una competición por ver quién hace más bajas o recoge más lumis, aquí el resultado es la suma del esfuerzo conjunto, y nunca al final del nivel hay una puntuación que discrime a un jugador del otro. Si no trabajas en equipo, Overcooked no te quiere en su cocina. Además, la experiencia variará terriblemente dependiendo de la persona que lo juegues. Habrá amigos con lo que tendrás una conexión total y no os hará falta chillaros nada y otros con los que no podréis sacar adelante ni una triste ensalada.
Duración
Overcooked puede durar todo lo que quieras que dure o, literalmente, hasta que te canses. Añadidas las funciones en línea, si eres un verdadero forofo del juego podrás pasarte las horas que quieras retándote con chefs de todo el mundo en el modo duelo o cooperando en el Arcade.
Por otra parte, el Modo Historia cuenta con seis niveles, que a su vez se dividen en seis subniveles más, dándonos un total de 36 pantallas a superar. Como novedad, en esta entrega se han incorporado los niveles secretos de Kevin, el fiel acompañante perruno del Rey Cebolla, que serán de una dificultad bastante más elevada que los principales. Es de esperar que Overcooked 2 reciba pequeños DLCs a medida que se acerquen temporadas festivas como la Navidad, posiblemente la época del año más apropiada para el emular la pesadilla en la cocina del juego. Esto ya se hizo con la anterior entrega, donde se amplió el juego principal con hasta dos DLCs. Así que si quedáis con ganas de más, no os preocupéis, que Overcooked siempre tiene sitio para el postre.
Conclusiones
El mejor juego cooperativo del mercado ya tiene segunda entrega donde más es mejor. ¿Te faltaba sushi? Ya lo tienes. ¿Cómo podía ser que la hamburguesa no tuviera queso? Solucionado. Overcooked 2 pule todo aquello que funcionaba en el primero y apenas varía su formula para que aquellos que quedaron enamorados de esa locura frenética puedan volver a repetir y los recién llegados puedan adaptarse sin problemas ni perderse nada. ¿Demasiado continuista? Podría pensarse, pero yo prefiero creer que Overcooked 2 es posiblemente el videojuego que tenían en mente los dos desarolladores de Ghost Town cuando lo lanzaron al mercado el año pasado sin saber qué suerte les depararía.
Se refinan las fórmulas jugables pero no se modifican y es en los escenarios donde realmente el equipo puede lucirse para ofrecerle cosas nuevas al jugador, manteniéndose fresco y desesperante para aquellos que llegaban con ganas de más. Si no probasteis el primero, perfecto, podéis empezar por esta segunda entrega y recorrer el camino inverso. A los que ya venís con las mecánicas aprendidas, no os voy a contar nada que no sepáis ya. Pero a todos vosotros, por favor, agarrad bien a un compañero de viaje y disfrutad de Overcooked 2 en todo su esplendor: gritando, sudando y, sobre todo, riendo.
*Gracias a Team 17 por habernos proporcionado el material para la review.