Os traemos el análisis de Onirike, una obra ambientada en un mundo onírico que nos propone caminar hacia la consecución de un sueño.
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Los seres humanos estamos constantemente creciendo y desarrollándonos, y estos cambios no solo ocurren a nivel biológico, sino también psicológico y social. Por ejemplo, cuando somos pequeños, sentimos una ilusión natural por el entorno que nos rodea. Somos como una vasija llena de sueños, esperanzas e ilusiones, y ni que decir tiene que depende de nosotros cuidar una pieza tan frágil cargándola de fortalezas para un buen porvenir. Por desgracia, con el tiempo corremos el riesgo de romper esa vasija, ya que cuando nos hacemos adultos, la vida puede ser apática, seria, triste e insatisfecha.
Cabe la posibilidad de que no tengamos proyectos ni deseos, por lo que no podemos garantizar la intencionalidad en nuestros esfuerzos. Al final, tratamos de llamar a la imagen que tenemos de nosotros mismos, a nuestro niño interior, pero todos nuestros intentos parece que caen en saco roto. Pero no todo está perdido, todavía podemos recuperar a nuestro yo interior, a este respecto, restableciendo la imagen que tenemos de nosotros mismos. Tanto es así que DevilishGames, un pequeño estudio con sede en Villena (Alicante), ha querido apelar a la ilusión por medio de Onirike, una obra ambientada en un mundo de ensueño que inspira y perdura en el tiempo.
Una obra que no se rinde hasta lograr que nuestros sueños se hagan realidad.
https://www.youtube.com/watch?v=rdf9BKY7448
Apartado técnico
El concepto de mundos oníricos se refiere a aquellos universos ficticios y estructurados que ponen de manifiesto problemas existenciales como la soledad, la angustia, la incomunicación y la verdad sobre nuestra existencia. Son escenarios centrados en la pervivencia del expresionismo y el surrealismo, que representan el distanciamiento y aislamiento, esa sensación de no encajar o de ser diferente. En cuanto a eso, Onirike refleja la imaginación sin límite por medio de un mundo abierto tan extraño como distinto. Uno que suele tener un aspecto más tétrico, con árboles curvos, así como otras formas imposibles y danzantes.
Es cierto que no entra por los ojos en términos brutos y que arrastra algunos problemas de rendimiento, pero sí que consigue expresar esas yuxtaposiciones de forma, color y textura que nacen de los paisajes oníricos y que parecen sacados de un cuento de hadas. Porque la obra que nos ocupa es precisamente eso, un acertado cuento narrado en perfecto castellano y amparado en la imaginación, la musicalidad de la palabra y la magia de sus imágenes. Todo ello conforma el imaginario de la obra desarrollada por la gente de DevilishGames, ajustándose perfectamente a la historia y mundo que el estudio español ha querido representar.
Jugabilidad
Desde que nacemos hasta que morimos, nos empeñamos en ver la vida como una línea recta, con un principio y un final. Nos educan haciéndonos creer que la vida consiste en una carrera no exenta de obstáculos que hay que ir atravesando para llegar a la línea de meta y nos obcecamos en mirar al frente sin prestar atención al paisaje que nos rodea. Sin embargo, la vida es una gran red de calles y cada uno de nosotros elegimos como transitarlas. Elegimos como atravesar nuestros caminos en el orden que queramos.
Al contrario que muchas propuestas que no ofrecen la capacidad de tomar decisiones sobre ningún aspecto de la aventura, Onirike apuesta por una narrativa no lineal en la que los eventos se representan fuera del orden cronológico o del orden lógico presentado. Porque cuando saltamos al mundo de Prieto, podemos ir a donde queramos y realizar las misiones en el orden que más nos apetezca mientras intentamos descubrir nuestra propia naturaleza. A fin de cuentas, es divertido dejarse llevar por la curiosidad impregnada en cada rincón al mismo tiempo que revisitamos pasajes que nos pueden aportar detalles sobre el mundo que recorremos, pues vamos a encontrar muchas zonas destinadas a la representación de los peores miedos del ser humano, desde el miedo a la muerte hasta el temor de no poder valernos por nosotros mismos.
Esto se traduce en un periplo que no está exento de peligros, dado que a medida que vamos adquiriendo nuevas habilidades que facilitan nuestra forma de desplazarnos, como por ejemplo la posibilidad de hacernos completamente invisibles para pasar desapercibido, las amenazas también irán in crescendo. Los devoradores de almas, a saber, representan esta suerte de escollo, un quebrantamiento de la paz y de nuestra determinación.
Duración
Los juegos de mundo abierto son uno de los mejores sumideros conocidos por los jugadores. Desde entonces, hemos sido testigos de obras que ofrecen escenarios enormes, llenos de misterios y aventuras por encontrar. Si bien, algunos desarrolladores creen que aumentar el tamaño de sus mapas no es algo contraproducente, pero por muchos es sabido que la experiencia a de deberse a su ambición, vitalidad, diversidad y calidad, y no tanto a la escala de los mismos. Más no necesariamente significa mejor.
Onirike desarrolla su acción en un intricado mundo abierto, sí, pero eso no significa que ofrezca los mismos incentivos que la media habitual para con el género que nos atañe, por lo que no nos llevará más de 4-6 horas ver los créditos finales. No obstante, es posible que no pocos jugadores echen de menos alguna excusa para motivar a ese explorador que todos llevamos dentro. Al fin y al cabo, no haremos mucho más allá de encarnar el oficio de un botánico, ayudando a entender y a apreciar la ilusión y el cariño que ponemos en el cultivo de plantas de gypsophila.
Conclusión
Los sueños están al alcance de todos, pero no todos alcanzan sus sueños. Teniendo como objetivo llegar hasta el Pozo de las Realidades, Onirike es una obra que nos propone iniciar un camino que nos lleve hacia la consecución de un sueño, un camino relativo a una experiencia decisiva y cargado de pruebas personales donde solo los más obstinados y fieles a sí mismos pueden lograr completar el viaje. Y es justamente en este viaje donde queda patente si el espíritu del soñador es digno de su sueño antes de un nuevo amanecer, o, por el contrario, tan solo es un soñador cuyo espíritu aún no tiene la madurez necesaria para hacer posible que un sueño se materialice en el mundo de lo tangible.
Agradecemos a Badland Publishing el material proporcionado para realizar este análisis.