Analizamos Narita Boy para Xbox Series X, una de las mejores sorpresas indie del año que podremos descubrir totalmente gratis gracias a Xbox Game Pass.
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Desde hace unos años, los juegos indies se han convertido para mi en un gran foco de atención, y suelo estar al tanto de los lanzamientos de aquellos que se consideran más prometedores. Por ello, cuando entró en mi radar Narita Boy, juego desarrollado por el estudio barcelonés Studio Koba, tenía unas ganas enormes de echarle el guante y sumergirme en él. Mayor fue mi sorpresa al ver que el título llegaba de lanzamiento para Xbox Game Pass, por lo que lo cierto es que no tenía ningún tipo de excusa para no darle una oportunidad a este proyecto.
Para aquellos que no estáis muy al tanto de este Narita Boy, se trata de un título de plataformas en 2D con una estética pixel-art, y que se desarrolla por completo en un universo único creado para la ocasión, que muestra a la perfección la unión de lo moderno con lo tradicional, gracias sobre todo a la gran cantidad de guiños que tiene el juego hacia muchos clásicos del cine y los videojuegos. Como no podía ser de otra manera, nosotros tomaremos el papel del mismísimo Narita Boy, y nos embarcaremos en un viaje para recuperar la memoria perdida del Creador de este particular universo.
En el día de hoy vengo a contarte mis impresiones del que (aviso de spoiler) creo que es firme candidato a ser uno de los mejores juegos de este 2021. Sin más dilación, ¡vamos allá!
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Apartado técnico
Hace años, los juegos indies eran un tanto «despreciados», sobre todo en aquella época donde los focos solo se los llevaban los juegos AAA. Esto era principalmente porque el apartado gráfico de estos parecía superlativo si lo comparamos con otros como este, pero creo que esto es erróneo. Narita Boy es un juego muy especial en todos los aspectos, y es de esos títulos que te dejan sin aliento desde el primer minuto de la partida. Creo que el Studio Koba nos ha regalado una de las mejores aventuras pixel-art de los últimos años, con unos escenarios de gran belleza y bastante bien ambientados según el lugar o el momento del juego.
Como he mencionado antes, el juego se desarrolla por completo en universo digital creado para el juego, donde tendremos 3 reinos (uno por cada color, algo que se repite durante el juego) bastante únicos. Sin embargo, creo que una de las virtudes de esto es lo bien que funciona unido a un componente animal, mitológico e incluso tribal que añaden alguno de los seres y los parajes que vemos. En un momento pasaremos de estar recorriendo un bosque ancestral poblado de criaturas robóticas a un bazar o incluso un bar poblado de todo tipo de clientes. Si que es cierto que el juego parece estar diseñado como un metroidvania, con algunos lugares un tanto laberínticos y que nos obligarán a memorizar bien donde estamos, pero en realidad estamos ante una aventura bastante lineal.
Además, el juego cuenta con un filtro visual que imita la imagen de un monitor CTR que nos dará la impresión de estar jugando en una televisión de tubo antigua, y que le sienta genial (aunque si no nos agrada, lo podemos desactivar). En lo que respecta al diseño de los enemigos, la verdad es que tenemos una variedad bastante grande que consigue no aburrir al jugador por muchos enfrentamientos que haya. Cada uno de ellos tendrá un punto débil para el que deberemos aprendernos una serie de patrones, e incluso llegado cierto punto de la aventura veremos variantes de estos con colores, para los que podremos activar una habilidad que les provocará el doble de daño, sufriendo nosotros también el doble de daño de ellos.
Mención aparte a los bosses y mini-bosses que encontraremos durante toda nuestra aventura. Estos, llamados comandantes o generales Stallions, nos lo pondrán bastante difícil en ocasiones, y todos gozan de una personalidad propia que los hace únicos. Todo esto está macerado a la perfección con una banda sonora que cuenta con melodías de todo tipo, tanto aquellas tranquilas para ambientar como otras más animadas (y con mucho tecno) para los combates. Hemos podido probar el juego en una Xbox Series X y el rendimiento es sencillamente perfecto. Los 60 fps no se mueven en ningún momento, y las pantallas de carga son prácticamente inexistentes. El juego carece de voces (reales, porque si que cuenta con un dialecto inventado), pero por supuesto está completamente traducido al español.
Jugabilidad
Narita Boy tiene una estructura jugable que nos llevará a los más viejos a recordar algunos clásicos del género. Nuestra misión como el elegido y salvador del Reino será ayudar al Creador a recuperar su memoria, borrada por el enemigo principal de la aventura que recibe el nombre de Him (él). Al recorrer el mundo de Narita Boy nos iremos encontrando unos monolitos con forma de la cara del Creador y que nos llevarán a conocer su vida prácticamente desde su nacimiento. Por el camino deberemos ir avanzando por una estructura típica de encontrar una puerta que necesita una llave, buscar la llave, conseguir la llave y abrir la puerta. Quizás este es el punto más negativo de toda la experiencia Narita Boy, y aunque esta decisión está justificada por exigencias de guión lo cierto es que se echa en falta alguna variedad más.
El combate será el otro pilar donde se sustentará la jugabilidad de Narita, y es tremendamente divertido. Estos enfrentamientos son muy frenéticos, y si nos equivocamos demasiadas veces moriremos todo el tiempo. El sistema cuenta, como es habitual en los juegos de este tipo, con una curva de aprendizaje bastante suave en la que poco a poco se irán añadiendo distintas habilidades para darle más variedad, como un dash o una estocada hacia delante. Además (y sin destripar nada), en ciertos momentos disfrutaremos de algunos combates especiales a lomos de diferentes monturas que son toda una delicia, y que seguro tardaréis bastante tiempo en olvidar. Junto a estos también iremos desbloqueando poderes (uno por color), los cuales activaremos con la cruceta y que nos ayudarán a despejar aquellos combates donde estemos en clara desventaja numérica
El otro elemento que compone la jugabilidad de Narita son las secciones de plataformas, pero estas por desgracia no terminan de funcionar todo lo bien que deberían. El stick izquierdo será el responsable de nuestro movimiento, y para realizar los saltos tendremos que usar en un primer momento el botón de salto, pero llegados a cierto momento usaremos un gancho ascendente bastante más impreciso. ¿Cuál es el mayor problema si parece un control bastante normal para un plataformas? Que no responde bien y acaba por ser impreciso. En el aire sentiremos como nuestro personaje va «deslizándose» y si no somos suaves con el stick nos iremos muchas veces a una muerte segura. Por supuesto, cuando llevamos una hora de juego aproximadamente ya nos habremos acostumbrado y no será ningún suplicio, pero creo que deberían haberlo pulido un poco más.
Duración
Narita Boy tiene una duración muy acorde a la de otros títulos de su género. Una partida con un ritmo normal, donde no muramos demasiado y vayamos muy directos a completarla puede durar en torno a las 6-7 horas. Como he mencionado anteriormente, los escenarios tienen una disposición un tanto laberíntica, y en ciertos momentos de algunos reinos (sobre todo en el 2º) podemos llegar a bloquearnos un buen rato si no tenemos buena memoria o nos hemos dedicado a explorar el mapa al completo.
Además, el juego dispone de un secreto para el que deberemos estar atentos, puesto que para conseguirlo deberemos obtener 5 piezas que son perdibles, puesto que no estamos ante un metroidvania en el que podamos volver a visitar zonas anteriores a nuestro antojo. Por lo demás, un par de logros secretos serían el mayor aliciente de rejugabilidad de este Narita, aunque he de decir que para mi su duración es perfecta, y si eres como yo y disfrutas deteniéndote para ver algunas escenas o escenarios no te podrás quejar de su duración.
Conclusión
En la actualidad, es muy fácil que encontremos en el mercado videojuegos muy parecidos entre sí, que sin llegar a ser copias unos de otros si que tienen muchos elementos en común. Por supuesto, esto no quiere decir que estemos ante juegos malos, pero hace que apreciemos más cada vez que nos llega algo que derroche originalidad por los 4 costados, como es el caso de este Narita Boy. El título nos presenta una aventura clásica, donde las plataformas y el combate tienen un papel fundamental y están muy bien mezcladas con un apartado técnico que utiliza el pixel-art con una maestría impresionante.
Este proyecto se fraguó en una campaña de Kickstarter donde recaudó una gran suma de dinero muy rápido, una pista bastante claro de que las ideas del estudio eran muy del agrado de la comunidad. Creo que donde más veremos lo maravilloso que es Narita Boy es en su ambientación y universo, con una historia original y que nos mantendrá atrapados hasta que entendamos que es realmente el Mundo Digital y porque el Creador actuó como lo hizo. Como es lógico el título tiene algunos problemas, con un control a la hora de las plataformas parece no estar del todo bien pulido (aunque uno acaba acostumbrándose) y un abuso de la mecánica de buscar llaves.
Para mí, y aunque aun no hemos llegado al ecuador de 2021, estamos ante uno de los nombres propios del año y que creo que será sin duda el mejor o uno de los mejores juegos del año.