No hay otro juego más heavy. Metal: Hellsinger es la experiencia definitiva para los que disfrutan con este género musical. Imprescindible.
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Probablemente, si estás leyendo esta review no sea para ver si finalmente te convencemos para jugar a Metal: Hellsinger o no, es más, con toda seguridad, ya lo has jugado, lo has flipado y vienes a ver si nosotros opinamos lo mismo. Por supuesto, la única respuesta rápida que hay a esta pregunta es ¡yeah! o algo más gutural como ¡siuuuuuuuuuuuu!, pero tampoco hay que perder las costumbres y os contaremos nuestras sensaciones con el título, todo lo bueno y todo lo malo.
Porque aunque la pasión por el metal me arrastre irremediablemente, hay que analizar el título con todas las letras, sabiendo que es un indie y que el resultado ha sido asombroso, digno de una producción más cercana a los “Doble A”, cuyo presupuesto más limitado ha hecho que todo esté más contenido. Sin ninguna duda, Funcom supo bien invertir su dinero en The Outsiders, este estudio que no solamente ha sabido combinar con maestría este género musical con su habitat natural, los shooters, sino que para colmo lo ha hecho de manera excelente.
Y es que si eres arrítmico o no te gusta el metal, casi te puedo confirmar que Metal: Hellsinger no te gustará. Evidentemente, para gustos está la música, pero si no tienes mucho ritmo, te costará horrores poder continuar, pues es esencial. Esto es debido a que el título es un shooter, un FPS al uso, muy inspirado en los últimos DOOM, en estructura y en jugabilidad, pero con un detalle adicional importante: deberemos disparar al ritmo de la música.
Esto, añade emoción, inmersión y un estilo tan increíble que no encuentro las palabras para definirlo. Pero se podría decir algo así como “no puede molar más, es imposible”. Sin embargo, también requiere mucha más atención, pericia y habilidad, pues el combate no es precisamente un paseo de rosas. En Metal: Hellsinger manejaremos a La Extraña, un demonio al que han querido expulsar del Infierno y ahora quiere vengarse por todos los medios, su objetivo será La Inquisidora, la máxima responsable de su sufrimiento y para ello, tendremos la ayuda de Paz, una extraña calavera que nos ayudará a derrotar a todos nuestros enemigos con un endiablado ritmo.
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Apartado técnico
Pocas veces puedes empezar un apartado técnico hablando más bien de como se escucha el juego en lugar de como se ve, pero es que Metal: Hellsinger es tremendamente especial, porque la jugabilidad está directamente ligada a la música. Antes de explicar su funcionamiento, es el momento de citar los grandes y enormes vocalistas que componen el elenco:
- Tatiana Shmayluk, de Jinjer
- Björn Strid, de Soilwork
- Matt Heavy, de Trivium
- Mikael Stanne, de Dark Tranquility
- Serj Tankian, de System of a Down
- Dennis Lyxén, de Refused y Invsn
- Randy Blythe, de Lamb of God
- Alissa White-Gluz, de Arch Enemy
- James Dorton, de Black Crown Initiate y Replacire
Todos estos cantantes se unen a Two Feathers, un estudio especializado en música para videojuegos que han preparado y compuesto canciones para cada uno de ellos, dando lugar a algunas de las canciones más épicas y que mejor acompañan a una acción de este estilo que jamás he podido escuchar. Es una auténtica delicia sonora como la música se entrelaza con la acción a todos los niveles, pues es evidente la importancia de la misma.
Visualmente no se queda atrás tampoco, pues alcanza la calidad suficiente como para que su jugabilidad se vea beneficiada, con mapeados muy centrados en las ya típicas arenas y un desarrollo lineal que casi se ajusta a la propia longitud de la canción, proporcionando un entorno contenido que permite un genial rendimiento, pues en Xbox Series X, por ejemplo, corre sólido como una roca a 60 fps.
Jugabilidad
Como hemos mencionado, en esencia, Metal: Hellsinger es un FPS muy parecido a los últimos DOOM. Un shooter que se centra en el combate en arenas, con su doble salto, con sus dash e incluso las ejecuciones, que nos proporcionarán vida para poder seguir luchando. Si has jugado al de 2016 o a Doom Eternal, sabrás perfectamente de lo que estamos hablando. Pero aquí hay una diferencia importante, tendremos que hacerlo todo al ritmo de la música.
Desde que se inicia cada una de las misiones, en nuestra propia mira de apuntado aparecerá una especie de paréntesis que siguen el ritmo de la música, eso sí, siempre constante, para no perdernos. Si habéis aprendido algo de música, sabréis el tema de los ritmos, el 1, 2, 3, 4, uno, dos, tres, cuatro, marcado por la batuta y con el que todas las canciones acaban ajustándose. En esta base es donde se sustenta Metal: Hellsinger, siempre marcando esta batuta con el marcador.
Y es que, por supuesto, no nos limitará a la hora de movernos, disparar o recargar, pero hacerlo en el ritmo, provocará que hagamos más daño, el cual se potenciará dependiendo del multiplicador que vayamos consiguiendo. Y no sólo disparar, también podremos seguir luchando con esta misma racha gracias a la recarga dentro del ritmo, casi parecido a la “recarga activa” de Gears. Mientras más impactos encadenemos dentro del ritmo, este subirá y además de ayudarnos a hacer más daño, estará directamente relacionado con la música. A 2X, sonará solo la base, a 4X se intensificará, a 8X se escuchará la canción entera, pero sólo a 16X, el máximo, escucharemos al cantante de la misma.
Quizá algunos opinen que es un poco jodido tener que llegar a 16X para escuchar la canción completa, pero es casi como una recompensa a tu destreza y por supuesto, un subidón que hace más épico nuestro momentum matando a los demonios. No obstante, tampoco es un drama, pues al final de cada fase, en el boss, siempre sonará la canción al completo independientemente del multiplicador.
No hay una amplia variedad de armas disponibles, pero tampoco es que hagan falta especialmente. Las dos que siempre podremos llevar equipadas son nuestra espada y el propio Paz, que hará muy poco daño a distancia, pero que será perfecto para seguir manteniendo el ritmo, y por ejemplo, no perder el multiplicador mientras no haya enemigos. Por otro lado, una escopeta, unas pistolas dobles o una ballesta explosiva conforman las armas más tradicionales, que tendrán munición infinita, pero las cuales tendremos que recargar, teniendo que meter ese timing en nuestro “baile mortal”.
El otro elemento diferenciador son los Sigilos (en inglés llamados Sigils, que traducido sería más bien algo como sello) que podremos conseguir rejugando las fases ya terminadas y completando una especie de desafíos llamados Tormentos. Esta especie de minijuegos nos darán estos sigilos, hasta 7 diferentes, pero mejorables en los distintos infiernos, dependiendo de las indicaciones de los tormentos. Sin duda es un elemento que ayuda a la rejugabilidad o que si nos cuesta pasar alguna de las fases, podría ayudarnos, ya sea manteniendo más alto el potenciador, evitando fallos en el ritmo o mejorando nuestro daño en multiplicadores altos.
Duración
Las 10 fases que componen Metal: Hellsinger son realmente intensas, pero si eres capaz de mantener el ritmo, en aproximadamente 5 horas podrías ser capaz de completarlo perfectamente. Eso sí, nos extraña mucho que tengas tal capacidad, porque los errores se pagan caros, pues solo tendremos tres intentos para terminar cada fase. Si nos matan, tendremos que empezar de nuevo, sin posibilidad de perdón alguna.
Por tanto, es muy posible que se te atragante y debas o intentarlo de nuevo o probar suerte con los infiernos anteriores, conseguir algún Sigilo y mejorar lo suficiente a La Extraña como para poder avanzar con menos dificultad. A algunos quizá les baste con su habilidad y el conseguir una buena puntuación en los rankings online que nos mostrará tras cada fase, pero si eres un crack y todo esto te sabe a poco, hay una sorpresa para los usuarios de PC, ya que desde el estudio han habilitado la posibilidad de añadir nuevas canciones con un editor, pudiendo adaptar el juego prácticamente a cualquier género musical, como esta demo en la que se usa Jazz, en lugar de metal. Si estás interesado, puedes seguir estas sencillas instrucciones.
Conclusión
Quizá ni siquiera me he preocupado en todo el texto de referenciar lo exageradamente bueno que es también como shooter. Ampliando un poco las arenas y quitando la música, The Outsiders podrían haber hecho un shooter realmente interesante. Habilidad no les falta desde luego. Pero Metal: Hellsinger es algo único, una auténtica joya que los amantes de la música Metal no pueden perderse. Porque quizá hay muchos juegos, como Doom, que cuentan con una banda sonora excepcional, pero aquí realmente la sientes.
En los primeros compases quizá te cueste adaptar tu manera de jugar a este ritmo, pero en el momento en el que hace “click”, te verás moviendo la cabeza al ritmo de la música mientras te mueves por el escenario como pez en el agua y masacras a los demonios como si fuera algo realmente fácil. La única pega que le puedes poner es que esa obligación de hacerlo todo al ritmo, puede alejar a muchos usuarios de probarlo, pues si no te sincronizas con la música, te será casi imposible avanzar a través de cada nivel.
No nos quedan más adjetivos para elogiar a Metal: Hellsinger, salvo comentar que está incluido en Xbox Game Pass desde su lanzamiento, por lo que no tendréis muy complicado acceder a él, ya sea en Xbox o en PC. Repito, si te gusta el Metal, el heavy o como lo quieras llamar, es absolutamente OBLIGATORIO. Desde luego, un servidor, llevaba tiempo sin pasárselo tan bien, y la banda sonora no dejo de escucharla.
[appbox microsoftstore 9pdxjp3805dn][appbox steam 1061910]
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Apartado técnico80/100
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Jugabilidad95/100
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Duración70/100
Lo Bueno
- Un planteamiento original muy bien llevado
- Todo parece estar creado en torno a la música del juego
- Casi es como un disco de Metal con un juego gratis
- ¿Serj Tankian? ¡ÉPICO!
Lo malo
- La dificultad ligada al ritmo
- Pocos intentos para cada fase