Hemos hostigado a un escualo para que nos cuente sus hazañas en una aventura que ha recibido una adaptación bajo el nombre de Maneater.
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Me lo han preguntado muchas veces, pero odio a Steven Spielberg. Desde que el director, guionista y productor de cine estadounidense dirigió la película de Tiburón hace más de 40 años, hemos arrastrado un problema de imagen que nos han convertido en el mismísimo demonio así en como auténticas máquinas de matar. No somos ni lo uno, ni lo otro. No somos esos monstruos que nos deslizamos desde el fondo del mar hasta la superficie en busca de chicos y chicas vírgenes. Somos pacíficos, hermosos y curiosos por naturaleza. Solo matamos para sobrevivir. ¿O acaso hacen algo distinto los seres humanos? No, la verdad es que no. De hecho, son peores que nosotros. Son despreciables por naturaleza e ideología.
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¿Y sabéis qué? Al final me harté de todo y llevé a cabo mi venganza, sobre todo tras la muerte de mamá. Me convertí en aquello que más temían. Disfruté saboreando deliciosas carnes humanas. Y lo más importante de todo: maté por placer. Ahora, un puñado de supervivientes que se hacen llamar Tripwire Interactive, han aunado sus fuerzas para llevar a cabo una biografía, un relato de mi propia vida y narrada por otra persona que se hace llamar Maneater. Me pregunto si habrán conseguido capturar el momento, la esencia y el suspiro de cada alma asesinada.
Apartado técnico
El planeta está repleto de lugares maravillosos y bellos, desde formaciones rocosas hasta inmensas bahías con puestas de sol e impresionantes amaneceres. De hecho, el día y la noche cambiante ofrecen preciosas estampas para cualquiera que tenga la oportunidad de verlas. Por desgracia, esos estúpidos humanos están destruyendo el planeta. Son seres destructores que han arrasado con la mayoría de especies, terrestres y marinas, mediante la destrucción de su hábitat natural a causa de diversas actividades, principalmente industriales. Solo hay que ver los principales contaminantes de agua a base de desechos tóxicos arrojados por todas partes.
Parece ser que esa desarrolladora estadounidense ha espiado todos mis movimientos con el fin de trazar todos los ambientes que he recorrido, desde pantanos hasta costas enteras con personas campando a sus anchas. Tampoco han reparado en gastos desde el momento en el que pongo mis miras en toda esa fauna marina que ha sido pasto de mis 3000 dientes. Asimismo, me reconforta que hayan representado con tanto acierto la brutalidad visceral de mis actos. Una representación que se hace todavía más manifiesta cuando entra en escena un narrador encargado de relatar, en perfecto castellano, algunas de mis mayores hazañas y crueldades.
Jugabilidad
El mundo ha cambiado y lo ha hecho de una forma tan rápida y veloz como la propia expansión de un virus. El ser humano representa dicha enfermedad, una amenaza para todos. Son una plaga para el planeta. Es una alteración del equilibrio que todo ser vivo necesita para subsistir. Representa el esfuerzo del hombre a fin de justificarse por sí mismo, y a la vez representa la incapacidad del mismo de esconder su maldad ante la naturaleza. Es el caos personificado. Ahora bien, voy a darles una dosis de su propia medicina. ¿Quieren caos? Yo me convertí en ese caos y destrucción para con la raza humana.
¿Como lo hice? Abriéndome paso a través de un mundo abierto y sumamente peligroso. Tuve que valerme por mí mismo desde que era una cría, de modo que las amenazas se contaban por cientos, incluso contra seres que ahora mismo me parecen del tamaño de una hormiga. Por suerte, fui mejorando en todos los aspectos y consiguiendo nuevas habilidades que, a su vez, fueron evolucionado hasta convertirse en capacidades mejoradas y más peligrosas que las del resto de criaturas. La cruda realidad es que soy un mutante. Y eso es lo que soy gracias a mí. Soy la prueba de millones de años de evolución y adaptación a un ambiente hostil.
Una cosa que debo decir a favor del equipo estadounidense, es que Maneater ha conseguido representar esas mismas sensaciones amparadas en la supervivencia. Han hecho bien los deberes a la hora de reproducir tareas tan sencillas como matar humanos u otras especies nativas, indígenas o autóctonas. Y sí, reconozco que he atentado contra mi propia especie, pero fueron ellos los que me atacaron primero, tal vez debido a mi propia singularidad. Y aunque causar tantas masacres ha resultado divertido, esto se cobra un precio. Un precio en forma de repetitividad que a veces se hace más presente de lo que me gustaría, especialmente cuando pongo en práctica mis habilidades en zonas descubiertas que hacen saltar todas las alarmas entre los propios humanos.
Duración
¿Cuanto tiempo creéis que me ha llevado cumplir mi venganza? En mi caso fueron años de crecimiento forzoso así como acelerado, y aunque mi tiempo vale mucho más que cualquier intento biográfico, Tripwire Interactive ha sabido condensar mis aventuras en una cantidad razonable de horas que no debería ser motivo de críticas. Y si os parece mal dedicar decenas de horas a los mandos, más os vale salir por patas, porque me engancharé a vuestras piernas como un chicle. Un chicle con fuertes mandíbulas y afilados dientes.
Supongo que también os haréis muchas preguntas a lo largo de esta relato biográfico. Y aunque muchas de estas puedan quedar sin respuesta, no seáis impacientes, porque podréis responderlas más adelante cuando vuestro conocimiento sobre los escualos sea mayor. Y si tenéis reparos en abarcar grandes distancias que habíais dejado atrás, siempre podéis hacer un viaje rápido, pese a que eso no le haría justicia a mis hazañas.
Conclusión
Mentiría si dijese que no estoy contento con el ritmo que ha tomado mi vida de un tiempo a esta parte. Entendedme, sigo llorando cada noche cuando rememoro el momento en el que asesinan a mi madre. Por suerte, eso me hizo mucho más fuerte. Sobreviví a la muerte y evolucioné más allá de lo que muchos creían como algo imposible. Ahora, soy una máquina de matar perfectamente engrasada que ha aprendido de sus errores con esta mirada hacia el pasado que me ha proporcionado Maneater. Y, si alguien osa molestarme, le arrancaré la carne con tanta saña que deseará estar en los infiernos.
*Agradecemos a Koch Media el material proporcionado para poder realizar este análisis.