Analizamos Maize, un original juego de exploración en primera persona que destaca por sus pintorescos personajes.
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Maize nos viene de la mano de Finish Line Games, un estudio indie localizado en Toronto, Canada. Fundado en 2013 por un grupo veterano de desarrolladores, acaban de lanzar Maize en nuestra querida Xbox ¿Qué tal lo han hecho? Vamos a analizarlo.
Nada más empezar sentimos el humor y tono lúgubre de Maize. Con el mensaje OPRIME A en pantalla empezamos nuestra aventura en primera persona. Sin previa escena introductoria nos despertamos en medio de un maizal, de repente delante nuestro un pequeño grupo de plantas de maíz que “han cobrado vida” salen corriendo, todo ello acompañado de una música algo siniestra. Así de extraño es el comienzo del juego. De ahí en adelante, Maize nos invita a movernos en un mundo lleno de objetos para resolver puzzles nada convencionales. Su planteamiento es simple, y en cierto modo elegante.
Existen dos tipos de objetos: Coleccionables y utilizables. Los coleccionables nos darán información del mundo e historia (algunas descripciones son tremendamente divertidas, con un tono de humor ácido). Los utilizables podremos usarlos una vez para resolver puzzles. La solución de dichos puzzles nos dará como resultado variaciones en el mundo a nuevas localizaciones que nos permitirán seguir avanzando en la extraña historia del juego.
Nuevas localizaciones traen consigo nuevos personajes que se unen a la historia. Un peluche robot ruso, maíz que puede hablar, una “reina”, la historia de dos científicos locos… Por cada segundo que pasa, parece que todo se vuelve un poco más confuso. Pero las ganas de saber más y de resolver los puzzles mueven la progresión del juego.
Apartado Técnico
Maize gráficamente es un juego que ofrece una experiencia mixta, el diseño de algunas partes está muy poco cuidado, haciendo que el conjunto parezca desfasado y poco pulido. Sin embargo, posee las bondades del motor gráfico Unreal, lo cual se manifiesta en ocasiones para mostrarnos una iluminación muy buena, sobre todo en exteriores. Si bien en ocasiones sufriremos bajadas de frames en exteriores con muchos objetos en pantalla, esto no afecta en absoluto al gameplay, una vez avanzado más se llegan a localizaciones interiores donde todo se ve muy fluido.
La atmósfera está orientada a ofrecer una experiencia bastante particular, y creo que es uno de los alicientes del juego, es sencillamente único en cuanto a estilo. Una granja, una instalación oculta… El juego posee una gran cantidad de detalles en su entorno, y hay ciertos momentos que se siente muy bien cuidado; hablo de detalles como las marcas de humo marcadas en la pared de una habitación por una barbacoa donde se puede aprecia que el fuego estalló las salchichas en el techo, como podéis ver siempre con mucho humor. Aun así, y dentro de la experiencia global no dejan muy buen sabor de boca, debido a la falta de pulido de algunas animaciones, texturas y modelados.
Con respecto al sonido, tenemos un apartado pasable y que se acopla perfectamente a la atmósfera visual del juego. Lo malo, es que por momentos se siente demasiado tedioso escuchar algunas melodías repetitivas, sobre todo en las secciones subterráneas. Aun así, todo sea dicho, tendremos piezas musicales interesantes. Las voces están en inglés y los textos en castellano. El doblaje si puedes apreciar el inglés está muy bien cuidado, con todo tipo de acentos que dan mucha alma al juego.
JugabilidadEs simple y muy claro en su planteamiento, fácil de coger y jugar. Todas las personas acostumbradas a disfrutar de juegos en primera persona se verán muy cómodos jugando Maize, podremos correr, agacharnos y examinar algunos objetos que encontremos como en cualquier simulador de caminatas, con la característica de que podremos recoger objetos y usarlos para resolver puzzles. No existe interacción con los personajes del juego, si embargo estarán presentes durante la historia en las escenas in-game, donde conoceremos la vida que se cuece debajo de esta granja abandonada.
La jugabilidad está basada en recoger objetos con la finalidad de resolver puzzles. Las soluciones a estos puzzles no son nada obvias, y puede ser para algunos un quebradero de cabeza, de ahí que sea importante leer las indicaciones que posee cada objeto para saber así cuál es su cometido. Por ejemplo, para conseguir electricidad en la casa nos harán falta fusibles, pero al no haber tendremos que usar un clavo que previamente hemos desclavado de una tabla usando un cortaúñas. Existe una falta de conexión y coherencia entre los puzzles, lo cual acaba convirtiéndose en un ensayo de prueba y error usando los objetos disponibles. Lamentablemente, en algunas ocasiones me vi más tiempo perdido que resolviendo los rompecabezas por no saber qué hacer o qué dirección tomar.
En Maize nos moveremos de una sección a otra con más desafíos y escenas que nos cuentan qué ha pasado con esta extraña instalación donde nos encontramos. Entre los personajes estrambóticos del juego, nos encontramos con Vladi, un peluche robótico ruso con muy mal genio y que nos acompañará en buena parte de la historia. Durante el desarrollo del juego nos ayudará a resolver algunos puzzles, si bien no parará de quejarse y de insultarnos continuamente. Lo cual termina en una repetición de líneas humorísticas que acaban convirtiéndose un poco latosas hacia el final de la historia.
Todos los objetos utilizables en Maize poseen un halo de color amarillo que facilita extraordinariamente su localización. Por consiguiente, no te verás recorriendo habitaciones y habitaciones buscando entre millares de objetos hasta dar con el correcto, todos ellos están muy bien señalizados y son fáciles de encontrar.
En ocasiones para resolver un puzzle tendremos que conseguir todos los objetos necesarios para construir algo; por ejemplo, un maniquí que pase por un cordón de seguridad… Todo en el juego derrocha humor ácido y cierta nostalgia a juegos de aventuras gráficas. Nunca llegando a una gran complejidad, no nos veremos obligados a combinar objetos que encontremos, simplemente los podremos usar una vez.
Duración
El juego dura en torno a 5 horas. Con un total de 9 capítulos, hay 75 coleccionables, los cuales son fáciles de encontrar si se sigue con atención el entorno. Leer todas las incógnitas y descripciones muy graciosas de algunos objetos nos darán más minutos de juego. La historia nos conduce a través de Maize, existe libertad pero está dentro de un ¨pasillo¨. Creo que es una duración correcta, si bien el clímax de la historia hacia el final se hace algo más entretenido. Es importante destacar que el juego no presenta ningún aliciente de rejugabilidad.
ConclusiónMaize es una propuesta diferente que nos ofrece una serie de puzzles en cadena bajo una historia ciertamente estrambótica. El principal problema que veo es que precisamente todo gira en torno a una historia que no ofrece una narrativa memorable salvo extrañas situaciones y momentos de humor muy poco originales, y que se convierten en algo farragoso bien avanzado el juego. Añadiendo ciertos momentos de desorientación por la falta de pistas o cierta lógica para resolver algunos puzzles. Por otro lado, tiene buenas cualidades, como su original propuesta, buen humor, personajes fuera de lo común… Todo esto hizo de Maize una experiencia algo insustancial con muy buenas intenciones, personajes con cierta carisma y algunas líneas de buen humor.
Maize está dirigido a personas que quieran vivir una experiencia diferente, con puzzles no muy complicados que poseen soluciones poco lógicas, y con una historia no muy memorable pero fuera de lo común. Lo puedes comprar por 19,99 euros o si eres Gold por 14,99 euros (ocupa 4,17 GB).
*Nota: Agradecemos a FINISH LINE GAMES el código del juego y material para esta review.