Os traemos el análisis de Ikai, una aventura que supone un punto de partida interesante para comprender un poco más sobre las figuras que encontramos en la cultura japonesa antigua.
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Después de muchos años, se puede mirar con cierta perspectiva a la influencia mutua que ciertamente se ha dado entre el arte japonés y el occidental. Es un hecho que se han dado intercambios culturales entre estos dos extremos del mundo, hasta hacernos la impresión de que ya no están tan lejos el uno del otro.
Por ende, el mayor reto que se plantea es el de la definición de sus fronteras. La mezcla de géneros, la evolución de la industria, que ve más rentable esta combinación, y las similitudes entre algunas características, que pueden ser compartidas por varios de ellos, hacen imposible concebir algo como estático y claramente delimitado. Por ejemplo, un relato de fantasmas puede ser de desde un drama romántico hasta una comedida, un musical o, por supuesto, una obra de terror.
De ahí que sea necesario distinguir bien el conjunto de convenciones que van a definir este género. Y si lo tratamos como fórmula de producción, podemos decir que juegos como Ikai se basan en una línea argumental básica: la normalidad es amenazada, en este caso, de la mano de sus yokais definitorios, y el desarrollo sigue una pauta simple. Primero se identifica la amenaza, la protagonista (Naoko, una sacerdotisa escéptica) busca la manera de combatirla, y, finalmente, intenta destruirla.
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A este respecto, apostando por un desarrollo en primera persona pensado para crear en el jugador la sensación de miedo. Porque la puesta en escena del juego que nos ocupa juega con la psicología del jugador, utilizando elementos del decorado, la atmósfera y la música para acentuar el misterio de lo que se oculta tras la aparente normalidad.
Apartado técnico
El animismo sobre en la cual se asienta la cultura y la mitología japonesa hace del folklore un elemento de gran riqueza dentro de la historia del país del sol naciente. Al día de hoy, una gran parte de ese folfklore está presente en la cultura contemporánea; la relevancia de este elemento reside en que, al ser uno de los factores que más llaman la atención al ojo extranjero, ayuda a la creación de un imaginario, con el que se inicia el proceso de acercamiento y entendimiento de la cultura japonesa.
Ikai conoce a grandes rasgos una parte de los elementos que conforman este imaginario, ayudándonos a descubrir la riqueza de la mitología japonesa a lo largo y ancho de un santuario sintoísta dominado por fuerzas malignas. Un santuario que se compone de distintos elementos, como el torii, la shimenaza, los komainu o honden con una enorme atención por el detalle.
Jugabilidad
El miedo más antiguo e intenso es el miedo a lo desconocido.
Estableciendo esta frase como un pilar sobre el que apoyarse, debemos cuestionarnos el sentimiento vital y clave: que es el miedo. Es la reacción que se produce ante un peligro inminente, generando una variedad de estímulos tan extensos que se nos hace imposible enumerarlos. Tanto el miedo como la ansiedad, son naturales en el ser humano, por ser una herencia del instinto de supervivencia. Y a pesar de todos los avances que se han hecho, el miedo sigue siendo una de las emociones más permanentes y versátiles.
En Ikai, el horror, o lo siniestro, va unido inevitablemente con la dualidad de lo familiar y lo desconocido. En primera instancia, se nos presenta el aspecto hiperreal de lo familiar, pero de pronto surge algo desconocido que no debería estar ahí, que debería seguir oculto y que al surgir desvela un profundo secreto que hace que ya nada vuelva a ser seguro, familiar y conocido.
Ese algo es lo que tenemos que combatir a toda costa, aun cuando Naoko se siente insignificante ante una amenaza mayor, y vulnerable. Aquí es evidente que la gente de Endflame no cuenta con los recursos suficientes, optando por explorar otros mecanismos en pos de ofrecer perspectivas diferentes, desde la huida hasta el escondite.
Creer en el mal de ojo y la hechicería no es nada nuevo, como tampoco lo es tratar de protegerse contra ello. De ahí la existencia de numerosas creencias supersticiosas que otorgan a ciertos objetos la virtud de proteger contra algunas enfermedades en concreto o proteger contra los malos espíritus que habitan en interiores.
Por suerte, Ikai nos ofrece algo más que pasear por un santuario feudal sintoísta mientras enfrentamos nuestro ingenio contra los diversos rompecabezas que intentan detenernos. Concretamente, en determinados momentos de la aventura, nos obliga a dibujar sellos protectores a mano alzada sobre los extraños sonidos y eventos que ocurren a nuestro alrededor. Es un añadido que está al servicio del argumento, pero que también sirve a su propósito para que pongamos a prueba nuestra caligrafía.
Duración
Sudores fríos, risas nerviosas, gritos ahogados -o no- y, si todo sale bien, una noche en la que cuesta particularmente conciliar el sueño. Estos son algunos de los efectos que provoca Ikai en nuestros cuerpos y mentes y que, vaya usted a saber por qué, nos encanta experimentar el miedo cuando estamos a los mandos. Durante sus poco más de dos horas de duración, el título que protagoniza estas líneas inunda todo el relato de una atmósfera malsana en la que se cuece algo que escapa a toda lógica.
De la misma forma, abraza sin contemplaciones los clásicos del subgénero para dar forma a una aventura espeluznante. Una aventura que si bien, no ofrece demasiados motivos para recibir una nueva visita.
Conclusión
El folklore japonés es un tema sumamente amplio, por ello haber expuesto todos aquellos elementos clave que conforman este universo puede ser un punto de partida interesante para comprender un poco más sobre las figuras que encontramos continuamente en la cultura japonesa antigua y contemporánea. Y aun cuando no está exento de ciertas lacras, Ikai dispone de una imaginería bastante rica en diversos simbolismos, lo cual la dotan de varias capas de profundidad. Respira una atmósfera completamente japonesa y con muchos elementos terroríficos. Y en esta mezcla de sustancias reside toda su fuerza.
Agradecemos a PM Studios, Inc el material proporcionado para poder realizar este análisis.
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Apartado técnico70/100
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Jugabilidad65/100
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Duración65/100
Lo bueno
- Su puesta en escena
- El animismo sobre en la cual se asienta la cultura y la mitología japonesa
Lo malo
- El uso de los sellos podría haber dado más de sí
- Los momentos de indefensión no aportan nada nuevo con respecto a otras propuestas