Analizamos Gaijin Charenji 1: Kiss or Kill, una experiencia de narrativa arcade con vocación punkarra, rabiosamente divertida.
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El juego que analizamos hoy, Gaijin Charenji 1: Kiss or Kill, no debería haber existido. Planificado para Dreamcast por el creador Yoshihiro Takahashi en 1998, su desarrollo se interrumpió por el abrupto final de la consola. Aunque ha habido muchas guerras de consolas, lo cierto es que en aquella secuela de la batalla de los 32 bits, se libró una lucha por el modelo entero de lo que imperaba en el mercado de los videojuegos. Como sabemos el 3D, el cinematismo, y las aventuras más complejas, ganaron la guerra al futuro de continuismo arcade que planteaba SEGA.
Antes hemos aludido a la propuesta de la empresa materna del erizo Sonic como continuismo, pero es evidente que de haber continuado siendo el panorama eminentemente arcade, o al menos con una presencia mucho mayor de lo que finalmente quedó, la cosa hubiera derivado por los delirantes caminos por los que nos lleva Gaijin Charenji 1: Kiss or Kill, juego completado 21 años después por el hijo de su creador original. Lo que nos propone Yosuke Takahashi aquí es echar una mirada a un futuro alternativo, que en todo caso estaría ya pasado. ¿Y si SEGA hubiera ganado la batalla con Dreamcast? ¿Y si nunca hubiera caído la URSS? ¿Y si Cyndi Lauper hubiera ganado la batalla del pop en los 80? El juego que nos ocupa intenta contestar a una de estas preguntas, y lo consigue de forma brillante.
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Apartado técnico
Como no podía ser de otra manera en su homenaje subversivo y desnortado a varios géneros de la época de los 16, 8 e incluso menos bits, estamos ante un título que abarca desde el absoluto minimalismo de títulos como el pong, o Pac-man, a los primeros rpg de perspectiva cenital, pasando por los shmups, pero todo pasado bajo un filtro de estética punki y chapucera. Todo esto se combina con multitud de efectos que no solo están ahí para la pura evocación, sino que acaban sirviendo como herramienta para sacar de sus casillas al jugador, con todo tipo de glitches y distracciones.
Todo esto se combina con varios insertos de vídeo en los que vemos al creador del juego escenificando la creación de los siguientes niveles del juego, e incluso haciendo aparición en la pantalla de juego para reírse de nuestros fracasos. Gaijin Charenji 1: Kiss or Kill nos ofrece caos, en la forma de parodia o sátira de muchos clichés videojueguiles. Cuando estemos en medio de una auténtica masacre de nuestros enemigos, señoritas estilo anime aparecerán en los márgenes de la pantalla, que cambiará de tamaño con la cadencia de un Valerio Lazarov empastillado. En otros momentos, gusanos sobre impresionados en la pantalla intentarán dificultarnos la visibilidad de una forma tan desvergonzada, que solo podremos reír.
Jugabilidad
The Sinner’s Sandwich, o «sandwich de los pecadores» era una combinación endiablada de lonchas de pechuga de pavo, mermelada, y cereales, que Francis York Morgan imagina como un castigo autoinflingido por Harry Stewart en Deadly Premonition. Sin embargo cuando Stewart logra que Francis York Morgan pruebe el bocadillo, este descubrirá que en realidad es jodidamente bueno, y que no supone en absoluto un castigo. Algo así podríamos decir de la chiripitiflautica combinación de mecánicas de Gaijin Charenji 1.
Antes de empezar a jugar tendremos que elegir entre besar o disparar, lo que nos conducirá a algunas variaciones en el transcurso de nuestra partida, y finalmente a conclusiones diferentes. La cosa empieza más o menos normal, con niveles en los que deberemos superar un recorrido a medio camino entre el puzzle y el shooter, donde se combinan los disparos con mecánicas para relentizar o acelerar el tiempo. Por supuesto todo esto está aderezado con música irritante, waifus, distorsiones psicodélicas, y cinemáticas alucinadas.
Con el paso de los niveles, que nos llevarán a escenarios similares a los primeros Zelda, e innumerables combinaciones de shooters, desde los bullet hell a los gallery shooters, siempre con mecánicas incorrectas y cambiantes, que nos harán dudar de si estamos ante una genialidad, o una auténtica chapuza. En las últimas fases nos encontraremos teniendo que decidir si matar o besar a bosses con la cara de Saddam Hussein, y superar niveles en los que las mecánicas y la forma misma de nuestro «protagonista» cambian constantemente. Muchos jugadores no llegarán a este punto sepultados por todo el embrollo incomprensible del que se disfraza este arcade mal pertrechado, otros como yo acabamos dando botes en el sillón, y con ganas de contarle al mundo lo que acabábamos de experimentar.
Duración
Gaijin Charenji 1: Kiss or Kill tiene unos cuantos niveles que nos proporcionarán logros fáciles, dos modos de juegos con sutiles diferencias que nos llevarán a distintos finales, y un modo supervivencia que puede alargar hasta el infinito, perdida ya cierta capacidad de sorpresa, esta experiencia sin igual. El juego creado a pachas por Yosuke Takahashi y su padre durante 21 años dura lo que tiene que durar, y es perfecto para el objetivo que quiere conseguir, que es meter un buen meneo al jugador. En cualquier caso, who cares?
Conclusión
¿Es Gaijin Charenji 1: Kiss or Kill una obra visionaria, o por el contrario una experiencia terriblemente pretenciosa?. ¿Estamos ante una mamarrachada, o ante un juego pensado, meditado, y creado con inteligencia? Es una pregunta que no es fácil de contestar, o quizá sí. ¿Qué clase de juego es este? ¿Por qué los controles cambian su respuesta sobre la marcha? ¿A qué clase de jugador se dirige este juego? Gaijin Charenji 1 no es un buen juego de puzzles, no es un buen shooter, y no es un buen juego narrativo. Realmente no queda demasiado claro si se está intentando contar o comunicar algo aquí.
Supuestamente estamos ante una alegoría sobre la elección de respuesta ante un conflicto, matar o besar ¿Quién puede elegir? ¿Cuantos juegos nos dan la opción de responder con amor a nuestros enemigos?. El 10% de lo recaudado con el juego irá directo a una ONG que ofrece apoyo a niños que han pasado por conflictos bélicos incluso sirviendo como soldado. ¿Cuanto queda aquí de lo imaginado por el señor Takahashi padre? ¿Estaba preparado el público de Dreamcast para algo así? Son muchas preguntas que no puedo responder. A lo mejor YO soy un jugador pedante y horrible que no sabe nada.
Afortunadamente, y por encima de todo esto, Gaijin Charenji 1: Kiss or Kill no pierde ni por un momento de vista su naturaleza de juguete bizarro. de Barbie con cabeza de Madelman o viceversa. Lo principal y lo que eleva a este juego por encima de los complejos incluso que puedan tener o no sus creadores, es que es jodida y absolutamente divertido, sorprendente, descarado, hilarante y original, y si conectas con él te mantendrá con la boca abierta de puro asombro durante toda la partida.. DI-VIER-TAN-SE.
*Gracias a Overgame Studio por habernos proporcionado el material para la review.