Inspirado en la cultura italiana y los soulslike, Enotria se presenta como un viaje lleno de peligro, máscaras y decisiones tácticas. Un mundo hermoso y envenenado al mismo tiempo.
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Tras varios retrasos y con una demo previa que dejó sensaciones mixtas, Enotria: The Last Song llego finalmente en su versión definitiva. Y lo hace con una propuesta que mezcla influencias claras de Dark Souls y Sekiro, pero con una identidad visual mucho más luminosa y mediterránea. Nosotros lo hemos jugado durante más de 20 horas y podemos decirlo sin rodeos: Enotria es una grata sorpresa, aunque no lo va a poner fácil.
Aquí no hay espacio para paseos contemplativos. Cada rincón guarda enemigos bien colocados, rutas alternativas, y desafíos que castigan al jugador despistado. Pero lo mejor del juego es cómo adapta sus mecánicas a ese mundo de máscaras, engaños y decisiones.
Apartado Técnico
En Xbox Series X, el juego corre de forma bastante estable, aunque no exento de ciertos altibajos. En zonas abiertas y combates intensos, mantiene con solvencia los 60 FPS en su modo rendimiento, aunque hemos notado algunas caídas puntuales al usar habilidades o cambiar de máscara rápidamente. En modo calidad, la tasa de frames es menos fluida, pero mejora notablemente la iluminación y sombras.
Visualmente, es uno de los puntos fuertes de Enotria. El diseño artístico está muy cuidado, con escenarios que mezclan el folclore italiano con un estilo barroco decadente. Las armaduras, enemigos y entornos están cargados de detalle, aunque se nota que es un título de presupuesto más contenido si lo comparamos con referentes del género.
El doblaje está únicamente en inglés, pero los textos y menús están completamente traducidos al español. La localización es correcta, sin errores graves, aunque algunos nombres de máscaras o habilidades podrían haberse adaptado mejor.
Jugabilidad
La estructura jugable sigue las bases del soulslike, pero con algunas diferencias interesantes. En lugar de clases fijas, el sistema se construye alrededor de las máscaras, objetos que cambian nuestras estadísticas, habilidades y estilo de juego. Puedes llevar hasta tres equipadas y alternar entre ellas en tiempo real, algo que da mucho juego a la hora de adaptarte al tipo de enemigo o situación.
Esta mecánica brilla especialmente en los combates contra jefes, donde pasar de un rol ágil a uno más defensivo con un solo botón puede marcar la diferencia. Las máscaras no solo definen el estilo, sino también la manera en la que afrontas cada zona: hay caminos ocultos, trampas y mecánicas asociadas a ciertas máscaras que desbloquean atajos o secretos.
En cuanto a dificultad, el juego no alcanza el nivel de exigencia de un Lies of P o Sekiro, pero tampoco es un paseo. Tiene un sistema de parry que funciona bien, aunque no es tan preciso como debería. Algunos enemigos abusan de animaciones extensas y giros bruscos, lo que puede resultar frustrante hasta que interiorizas sus patrones.
Lo más destacable es cómo la exploración se siente viva: hay bifurcaciones, atajos, objetos escondidos que realmente recompensan al jugador curioso, y un sistema de mejoras que se ramifica desde las máscaras en lugar de una progresión lineal.
Duración
La campaña principal nos ha durado unas 20 horas en una primera vuelta, sin buscar el 100 %. Las zonas no son enormes, pero están bien conectadas y repletas de secretos. A esto hay que sumarle las múltiples configuraciones posibles de máscara, lo que invita a rejugar ciertas zonas con otro enfoque.
Además, el juego incluye desafíos adicionales tras el final, nuevas variantes de enemigos y la posibilidad de repetir combates con ajustes más duros, lo cual alarga su vida útil para quienes disfrutan del reto constante.
No hay multijugador ni cooperativo, pero tampoco se echa de menos: Enotria apuesta por una experiencia solitaria, centrada en el mundo, el combate y la toma de decisiones tácticas.
Conclusión
Enotria: The Last Song no pretende revolucionar el género, pero sí aportar una personalidad propia. Su sistema de máscaras, su ambientación diferente y la forma en que premia la exploración lo hacen destacar entre los soulslike independientes. Tiene margen de mejora en pulido técnico y balanceo de enemigos, pero como versión definitiva ofrece justo lo que prometía: una aventura densa, exigente y gratificante.
Para los amantes del género, es un viaje recomendable. Y para quienes se sienten atraídos por lo artístico, su estilo visual y ambientación pueden ser motivo suficiente para darle una oportunidad.
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Jugabilidad78/100
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Jugabilidad82/100
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Duración79/100
Lo mejor
- Diseño artístico y ambientación únicos, inspirados en el folclore italiano y con zonas memorables
- El sistema de máscaras, que permite cambiar de estilo de combate al instante y da mucha libertad táctica
Lo peor
- Algunas animaciones enemigas poco pulidas, con giros bruscos y ataques difíciles de leer
- Parry algo impreciso, que puede frustrar en combates exigentes hasta que se domina el ritmo
