Os traemos el análisis de Dinasty Warriors 9 Empires para Xbox, título que nos ha dejado un amargo sabor de boca debido a su mala optimización.
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Son muchas las sagas tanto de populares mangas y animes, como de franquicias de videojuegos ya establecidas, quiénes se han adentrado en el género de los Musou. Sin embargo, y por mucho que los demás lo intenten, este género siempre tendrá nombre y apellidos, Dinasty Warriors.
En la franquicia Dinasty Warriors es habitual qué, un tiempo después del lanzamiento de la nueva entrega numérica del título, llegue al mercado la versión Empires, una versión de la mítica saga que nos insta a conseguir la unificación de China no solo a través de grandes e impresionantes combates 1 vs 1000 como es habitual en la saga, si no que deberemos utilizar la estrategia y la táctica para someter a los reinos rivales.
En esta nueva entrega estos elementos están mucho más potenciados que en sus versiones anteriores, y las decisiones que tomemos tendrán un impacto directo en el juego, tanto en nuestros reinos como en los vecinos. Podremos comenzar como un simple oficial de un pequeño reino y llegar a alzarnos como Emperador a través de múltiples pactos y alianzas, o simplemente, a través del camino de la espada, nosotros escogeremos el camino que deseamos recorrer.
Apartado técnico
Históricamente, la saga Dinasty Warriors nunca ha destacado especialmente en apartado técnico, contando con escenarios bastante pobres y múltiples fallos técnicos, sin embargo, siendo esta la primera vez que la saga Dinasty Warriors aterriza de lleno en la nueva generación, uno podría esperar algo diferente. Sin embargo, no es así, y el juego sigue pecando exactamente en los mismos aspectos en los que siempre lo ha hecho, con mapas prácticamente vacíos y un popping tan descarado que es hasta ofensivo, algo que se hace especialmente palpable a la hora de tomar bases enemigas.
Exceptuando los grandes diseños de los múltiples héroes disponibles, el resto de NPC que encontraremos por todo el juego son un clon el uno del otro, tanto los soldados como los civiles; algo que también sucede con las diferentes ciudades, pueblos y fortalezas que visitaremos. Otro de los grandes fallos técnicos que encontraremos por prácticamente todo el juego son las texturas, tanto de murallas, escaleras, vegetación e incluso, en nuestra propia sombra.
Pero no todo va a ser negativo, y es que el título cuenta dos modos gráficos, un Modo Escena que nos permite jugar a 4k y 30 FPS, y un Modo Acción que sacrifica resolución a cambio de una mayor estabilidad en los FPS, aunque le cuesta alcanzar los 60 FPS. Otro punto positivo en mi opinión es la, aunque escasa en canciones, gran banda sonora, llena de épica y grandes ritmos, especialmente a la hora de entrar en batalla. El juego ha llegado totalmente traducido al español.
Jugabilidad
Como hemos mencionado al inicio de este análisis, Dinasty Warriors 9 Empires es un musou con elementos de estrategia y de gestión, aunque a unos niveles muy básicos y simples de dominar como podremos ver a continuación. A pesar de que las batallas en las que contaremos las bajas por miles serán parte fundamental de la experiencia de juego, el control y gestión de nuestro territorio y nuestras tropas será indispensable para poder hacernos con el control de China.
Dinasty Warriors 9 Empires cuenta con un solo modo de juego llamado Conquista en el que podremos escoger entre 8 campañas disponibles; siete de ellas basadas en la historia de la antigua China y ya más que conocidas por los veteranos de la franquicia, como son la Rebelión de los Turbantes Amarillos o la Batalla de Guandu.
La octava campaña disponible es un modo libre en el que no se aplican las normas de castas y alianzas históricas que se aplican en el resto de las campañas, dando como resultado alianzas completamente improbables en cualquier otro escenario y dónde nuestro personaje puede comenzar directamente como gobernante de un territorio.
Una vez seleccionada la campaña que deseamos jugar, es el momento de seleccionar al héroe a quién queremos reencarnar, ya sea uno de los múltiples y famosos héroes disponibles como Liu Bei, Cao Cao o Lu Bu; o un personaje creado a nuestra imagen y semejanza con el completo editor de personajes que encontraremos disponible.
En el caso de comenzar con un personaje personalizado, comenzaremos directamente como Oficiales No Afiliados y deberemos escoger un bando al que servir, aunque tranquilos ya que, si creéis que vuestro señor no os valora, siempre estáis a tiempo de traicionarlo.
Nada más comenzar, si decidimos empezar como gobernantes, deberemos organizar las prioridades de nuestro mandato durante los próximos 6 meses, de esta manera, nuestros oficiales actuarán en consecuencia a nuestros deseos. Por ejemplo, si decidimos priorizar los Asuntos Militares, durante los próximos seis meses nuestros oficiales se dedicarán a entrenar a sus tropas para fortalecer nuestros ejércitos; pero si decidimos centrarnos en la Diplomacia, nuestros oficiales buscarán alianzas que puedan sernos beneficiosas, y nuevos oficiales que se unan a nuestras filas.
Tras haber organizado nuestro plan de acción general, es el momento de centrarse en la gestión de nuestro reino. Para ello, deberemos tener en cuenta principalmente dos factores, el Oro y las Raciones, ambas fundamentales para la prosperidad de nuestro pueblo e indispensables para el avance de nuestros planes, sin embargo, la manera en la que los obtengamos quedará a nuestra entera disposición.
Contaremos con un amplio abanico de acciones disponibles que nos permitirán actuar de una manera u otra, por ejemplo, queremos obtener raciones con las que alimentar a nuestras tropas podemos obtenerlas gastando un turno, o podemos saquear la tierra en la que nos encontramos y obtener en un mismo turno tanto Oro como Raciones, la decisión será nuestra. A medida que vayamos aumentando nuestro nivel y, sobre todo, nuestra fama, dispondremos de aún más opciones entre las que escoger.
Independientemente del camino que decidamos tomar, ya sea convertirnos en Emperador Compasivo o en un auténtico Tirano, a medida que nuestra fama vaya aumentando desbloquearemos órdenes únicas que nos permitirán realizar acciones especiales realmente útiles, y que además nos otorgarán acceso tanto a unidades especiales como a poderosos planes secretos que podremos utilizar en combate y nos sacarán de más de una situación peliaguda.
Todas las acciones que tomemos repercutirán en nuestra fama y en la imagen que tienen de nosotros tanto nuestros súbditos como los reinos rivales, así como en la manera de actuar de nuestros oficiales. Ya que, si decidimos convertirnos en unos tiranos y nos dedicamos a saquear nuestro pueblo, los oficiales bajo nuestro mando que tengan buena reputación abandonarán nuestro reino sin pensarlo.
Y es que los oficiales son otro factor que deberemos tener muy en cuenta durante nuestro viaje por la unificación de China; ya que esta, es una tierra demasiado grande como para se tomada por una sola persona. Nuestras tropas necesitan comandantes hábiles que las dirijan en combate, y a medida que nuestro imperio se expanda, deberemos asegurarnos de que somos capaces de defender nuestras fronteras o de controlar una rebelión; para ello, tendremos la posibilidad de contratar múltiples Oficiales, siempre y cuándo estos acepten estar a nuestro servicio.
Mantener buenas relaciones con nuestros Oficiales será otro punto clave para nuestro desarrollo, ya que esto nos permitirá hacer Juramentos de Hermandad con otros oficiales cuándo hayamos alcanzado el máximo nivel de amistad, lo que desencadenará ciertos eventos especiales; e incluso, podremos casarnos. De hecho, si decidimos convertir a uno de nuestros oficiales en nuestro Cónyuge, podremos incluso tener un hijo con el que podremos continuar nuestra campaña por la unificación de China.
Como no podría ser de otra manera, una de las decisiones más importantes que podremos tomar cuándo seamos señores de un territorio, será la de invadir un territorio vecino, momento en el que deberemos mostrar que nuestras dotes de combate están a la altura de nuestras dotes de liderazgo, ya que a fin de cuentas, no deja de ser Dinasty Warriors. Pero antes, podremos ver el nivel de fuerzas al que nos enfrentamos, y esto determinará cómo será la batalla, ya que el juego basa la dificultad en el número total de tropas que se enfrentan en cada batalla.
De esta manera, si nos enfrentamos a un ejército con un número de tropas similar al nuestro, nos encontraremos ante un combate igualado, pero si las tropas enemigas son muy superiores, ya puedes olvidarte de esa batalla. Esto está bien para prevenir que ganes constantemente, pero llega a puntos realmente absurdos en el que los Oficiales enemigos sean prácticamente inmunes a tus ataques y tus oficiales mueran inmediatamente después de iniciar el combate.
Si finalmente decidimos entrar en combate, podemos preparar a nuestras tropas antes de adentrarnos en el campo de batalla, dando órdenes individuales a los Oficiales de rango inferior que nos acompañen en la refriega, indicándoles que defiendan o capturen algunas posición; y decidiendo el Plan Secreto que utilizaremos.
Estos Planes Secretos son un tipo de misiones secundarias que nos ofrecerán importantes beneficios y ventajas durante el combate si logramos cumplir sus requisitos, que habitualmente será proteger ciertas unidades o bases durante un corto periodo de tiempo. A medida que vayamos avanzando, iremos desbloqueando nuevos Planes Secretos que irán desde lanzar flechas de fuego al enemigo, hasta invocar ejércitos de osos panda que luchen a nuestro lado.
Pero más allá de los Planes Secretos y las órdenes a los oficiales, el combate en sí es lo que podemos esperar de un Musou; enfrentarnos a cientos de enemigos y contar las bajas por millares en amplios escenarios en los que deberemos capturar el Puesto de Mando del enemigo para alzarnos con la victoria. Esto es, sin duda, lo que buscamos los aficionados al género, sin embargo, los problemas técnicos que sufre el título sumado a la prácticamente nula variedad de mapas empañan mucho la experiencia de juego.
No tardaremos mucho tiempo en sentir que estamos en el mismo combate una y otra vez; ya que los mapas son todos extremadamente similares entre sí, y más allá de los objetivos que encontraremos disponibles, como bases de catapultas o de arietes, el resto del mapa está completamente vacío.
Duración
Dinasty Warriors 9 Empires es prácticamente un juego infinito, ya que ninguna partida que decidas jugar será igual a la anterior, todo variará dependiendo del oficial que escojas, y con más de 80 personajes disponibles, más los Oficiales personalizados que podemos crear usando el editor de personajes, podremos pasar las horas que queramos creando nuestro propio Romance de los Tres Reinos.
A pesar de contar con un único modo de juego, encontraremos una gran variedad de opciones disponibles que nos harán pasar horas frente a la pantalla, ya sea gestionando y expandiendo nuestro imperio, o recorriendo nuestras tierras en busca de los muchos tesoros que oculta mientras hablamos con nuestros oficiales y súbditos.
Conclusión
Tenía bastantes esperanzas en Dinasty Warriors 9 Empires, de hecho, al ver que el juego recibía un gran parche día 1, decidí retrasar el lanzamiento de este análisis para darle otra oportunidad a ver si mejoraba el pobre apartado técnico del título, pero me equivocaba. Dinasty Warriors 9 Empires es un juego que los aficionados a los Musou disfrutaremos sin lugar a duda, y el toque de estrategia añadido le sienta realmente bien, dotando al juego de mucha más variedad y profundidad que simplemente acabar con miles de enemigos.
Pero por desgracia, la optimización del título es pésima, con unos fallos técnicos realmente graves que no deberíamos ver en títulos de nueva generación y que empañan lo que podría haber sido una gran experiencia.
Este análisis ha sido realizado en Xbox Series X.
Agradecimientos a Koch Media por enviarnos el material para el análisis de este título.
Podréis encontrar Dinasty Warriors 9 Empires disponible en la Microsoft Store a un precio de 69,99€.
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