Analizamos Death's Door, un excelente juego que bebe de los primeros Zelda y que es firme candidato a ser el mejor indie de este 2021.
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Los juegos indie llevan algunos años viviendo una época dorada, donde cada vez estamos recibiendo más y mejores títulos de este tipo. Ya lo he dicho en algún que otro análisis (como en el del sobresaliente Narita Boy), pero cada vez hay más indies consiguiendo alcanzar los niveles de calidad que tienen las superproducciones AAA (o, incluso, superándolas). Uno de los más destacados de este 2021 ya está con nosotros, y no es otro que Death’s Door.
Este título Zelda-like llama la atención y te cautiva desde el primer segundo, más aun si tenemos en cuenta de que proviene del estudio Acid Nerve, compuesto únicamente por dos personas. El juego nos presenta una historia bastante interesante, donde tomaremos el papel de un cuervo que trabaja en una «oficina» y cuya misión es la de cosechar almas. Estos cuervos son inmortales, pero cuando se les asigna un trabajo dejan de serlo hasta que lo completan…y por supuesto nuestro protagonista tiene la «mala suerte» de que su alma se le escapa.
En nuestro viaje recorreremos un mundo creado para la ocasión que mezcla a la perfección elementos de origen natural con otros más típicos de los juegos con mazmorras, salpicado todo de enemigos y jefes finales muy originales. Sin más vamos a ver que tal es este Death’s Door.
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Apartado técnico
Como he dicho antes, no hay que pasar mucho tiempo a los mandos en este Death’s Door para darse cuenta del gran trabajo que ha hecho el estudio con el apartado gráfico del juego. Hacía mucho tiempo que un juego no me transmitía un nivel de belleza tan grande como este, con unos escenarios muy variados y que saben transmitir muy bien al jugador todo tipo de sensaciones. En este sentido, la perspectiva isométrica que tiene el juego durante toda la aventura también ayuda mucho a esto, ya que esta cámara tan alejada de nuestro personaje nos permite ver muchos más detalles a la vez.
La oficina para la que trabajamos juega el papel de nexo, ya que en esta se abren puertas a prácticamente todos los lugares del mundo de Death’s Door. Esta oficina tiene un aspecto en blanco y negro que hace contraste con todo lo colorido que es el resto del mundo. Puede que a simple vista pueda parecer que esto es una decisión sin importancia, pero lo cierto es que es una metáfora del propio juego en sí, que mezcla tras cada esquina un humor negro muy especial con algunas historias y motivaciones que iremos encontrando que son mucho más trascendantales.
Hablando de escenarios la verdad es que encontraremos una variedad de ellos bastante grande. Gracias a su diseño y a la misma perspectiva isométrica que os he dicho antes tendremos que rebuscar muy bien para encontrar tesoros y zonas ocultas. Como buen Zelda-like que es también tendremos mucho backtracking, es decir, nos tocará volver a recorrer los escenarios una vez que desbloqueemos nuevas habilidades porque seguro que podremos abrir una puerta o acceder a un sitio al que antes no llegábamos.
En lo que respecta al diseño de los personajes y enemigos, la verdad es que parece que el estudio no ha dedicado el mismo trabajo a todos ellos. Nuestro personaje y otros claves que iremos conociendo durante la aventura si que gozan de mucha personalidad, con un diseño muy diferente y con elementos que tienen su razón de ser. Sin embargo, los enemigos normales que iremos encontrando son un poco genéricos, y la verdad es que tampoco hay una variedad demasiado grande. Eso si, excelente trabajo con absolutamente todos los jefes, que tienen diferentes fases y son tremendamente divertidos de batir.
No me puedo despedir de este apartado sin hacer una mención a las animaciones y a como se siente el combate. El juego se siente tremendamente fluido, y rara vez nos aburriremos mientras exploramos, combatimos o resolvemos alguno de sus multiples puzles. He podido disfrutar del juego en una Xbox Series X (recordemos que es exclusivo de las consolas de Microsoft) y cero pegas al respecto, con pantallas de cargas casi inapreciables. Por último y no menos importante, Death’s Door cuenta con una banda sonora hecha con mucho acierto y que mezcla melodías épicas de combate con otras más tranquilas para exploración y que pegan a la perfección. El juego carece de voces, pero llega totalmente traducido al español.
Jugabilidad
Es obvio que colocarle a un juego la etiqueta de Zelda-like hace que inmediatamente se le compare con un buen número de juegos que beben de esa saga. Está claro que Death’s Door no es un juego innovador y rompedor que busque sorprendernos con mecánicas nuevas, pero todo lo que hace lo hace muy bien. Definir su jugabilidad lejos de la sombra de Zelda es muy sencillo, y es que se trata de una sucesión continua entre exploración, combates contra diferentes tipos de enemigos y puzles.
El control de nuestro cuervo es muy preciso, contando con un sistema de combate bastante sencillo. Tendremos un botón con el que golpear a nuestros enemigos y hacer combinaciones, al que le sumaremos otro para ataques pesados (que deberán cargarse durante un breve período de tiempo). Además, con un botón podremos esquivar ataques y otro nos servirá para utilizar las distintas habilidades que iremos desbloqueando durante nuestra aventura. Empezaremos con un arco para atacar a distancia, pero tendremos más adelante en el juego otras tres más como una bola de fuego. Estas habilidades no son ilimitadas, y solo las podremos usar un número limitado de veces hasta que recarguemos el indicador golpeando con ataques básicos a los enemigos.
Death’s Door cuenta con un pequeño componente RPG que, la verdad, parece estar cogido un poco con pinzas. Explorando y eliminando enemigos iremos recogiendo una serie de puntos que podremos invertir en la oficina para mejorar algunos parámetros de nuestro personaje como la velocidad de movimiento o la fuerza. Pese a que sobre el papel suena bien y debería de funcionar lo cierto es que se queda un poco corto, como un trazo muy sencillo de un sistema que creo que hubiera podido dar bastante más de si. Como progresión lo que si que hay son unas piezas que podremos unir para aumentar la salud máxima o la barra de habilidad, que no dejan de ser secretos escondidos para los que será muy importante explorar los rinconcitos de cada localización.
No solo nos merecerá la pena explorar para esto, sino que además también habrá por los mapas algunas armas escondidas para darle un poco más de variedad al juego. De hecho, nada más empezar podemos encontrar un paraguas y jugar la aventura con él, desbloqueando un logro que no está al alcance de todo el mundo. Ya por último solo me queda comentar los puzles que encontraremos, y la verdad es que estos son demasiado sencillos. La mayoría de ellos (con alguna excepción relacionada con secretos) se reducen a utilizar una y otra vez las nuevas habilidades que vamos desbloqueando, sin exigirnos mucho más. No quiero decir por ello que se trate de un mal trabajo por parte del estudio, porque lo cierto es que están muy bien integrados en la dinámica del juego y en ningún momento nos aburriremos.
Duración
Death’s Door nos presenta una aventura bastante lineal aunque con zonas semi-abiertas para explorar, y creedme si os digo que merece la pena hacerlo. El juego no tiene ningún tipo de selector de dificultad, y la verdad es que esta no es para nada elevada. Salvo un par de zonas y un jefe en concreto no moriremos demasiado, por lo que la aventura principal nos puede durar entre las 7 y 8 horas de juego.
Lejos de todo lo principal tendremos muchos recovecos para buscar, y una serie de coleccionables necesarios si queremos el 100% del juego. Si decidimos que queremos exprimir Death’s Door hasta la última gota puede que disfrutemos de casi el doble de duración, sobre todo porque hay algunas cosas bastante bien escondidas (siempre podemos recurrir a alguna vídeo guía) y algunos jefes opcionales que nos harán sufrir un poco.
Conclusión
Siento ser muy pesado porque es algo que ya he mencionado al comienzo de este análisis, pero Death’s Door lo han desarrollado solo dos personas. Este hecho hace que ponga mucho más en valor el gran trabajo que ha realizado con el juego, que nos ofrece una aventura con un apartado gráfico y artístico de matrícula de honor, y por supuesto con una jugabilidad que sin inventar nada se hace muy divertida, por lo que probablemente quieras como yo acabar el juego casi de una sentada.
Su particular humor negro le sienta muy bien porque contrasta continuamente con el trasfondo que tiene el juego, donde la muerte es la clave para nuestro cuervo, todo un segador de almas. El sistema de combate es sencillo y muy fácil de dominar, pero pese a ello no se hace aburrido en ningún momento de lo bien implementado que está. Pese a ello el juego hubiera requerido algo más de trabajo a la hora de desarrollar una mayor variedad de enemigos y puzles, así como mejorar un sistema de progresión que una vez termina el juego queda como algo totalmente anecdótico.
Pese a todo esto, Death’s Door es un juego sobresaliente que no debería perderse nadie, y más teniendo en cuenta de que os podéis hacer con el por tan solo 19,99 euros.
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Apartado técnico95/100
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Jugabilidad87/100
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Duración87/100
Lo bueno
- Su apartado artístico es de diez
- Niveles bien diseñados y repletos de secretos
- Jefes finales originales y muy divertidos
- Combate sencillo pero satisfactorio
- Muchos secretos para encontrar
- Llega al precio reducido de 19,99 euros
Lo malo
- Variedad corta de enemigos
- Puzles algo sencillos
- Sistema de progresión testimonial