¿La experiencia de zombis definitiva? Si Dead Island 2 no lo consigue es por muy poco. Nunca hemos disfrutado tanto destrozando zombis.
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No encontraba otra manera de empezar este análisis que no fuera hacer referencia al turbulento desarrollo de Dead Island 2. La secuela de la saga que comenzó la propia Techland junto a Deep Silver ha pasado por varios estudios hasta llegar a las manos de Dambuster Studios, las personas de confianza de Deep Silver en el corazón de Reino Unido, un talentoso equipo que no ha tenido la mejor publicidad, debido a que su anterior proyecto fue Homefront: The Revolution, un producto que salió poco pulido pero que con actualizaciones supo convertirse en un gran juego que hoy en día sigo recomendando que probéis a visitar. Inicialmente, con su famoso tráiler de presentación lanzado en 2015 (hace ya años), Dead Island 2 recaía en las manos de Yager Entertainment, pero por razones desconocidas, pasó a manos de la más conocida Sumo Digital, creadores, entre otros, de la campaña de Crackdown 3. Sin embargo, no bastaba, pues en 2018, finalmente terminó en Dambuster, un estudio creado desde cero por la propia Deep Silver y que sinceramente, a partir de ahora, debería de tener un par de estrellas más en la chaqueta para futuros desarrollos.
Estamos hablando de un desarrollo que en teoría se ha alargado 8 años, en el que incluso la creadora del título original, ha sacado dos entregas de su alternativa, Dying Light, ocupando gran parte del mercado al que va destinado este tipo de producto. Pero Dead Island 2 se mantiene fiel a su estructura, poniendo en la mesa una serie de innovaciones más orientadas a lo técnico que a lo jugable, pues lo segundo es consecuencia de lo primero. Lo bueno es que en esos 8 años por fin nos hemos deshecho de ese concepto erróneo de que todos los juegos tienen que tener mundo abierto, con un nuevo concepto en el que el contenido y las posibilidades priman por encima de tener una lista interminable y absurda de tareas que hacer. Precisamente, uno de los grandes «peros» que echó para atrás a muchos compradores de Dying Light 2 cuando surgió el polémico «500 horas para terminarlo al completo», una cifra absolutamente absurda.
Con esto quiero decir que la característica más interesante de Dead Island 2 es precisamente que a pesar de ser un RPG de acción en el que los enemigos tienen barra de vida y nuestros golpes desprenderán numeritos en pantalla, su estructura está segmentada en grandes fases para explorar, pero de un tamaño contenido y lógico, en el que no se hace necesario ningún tipo de vehículo en ningún momento, pero que incluso se permite el lujo de premiar la curiosidad del jugador con sucesos típicos de una catástrofe de este tipo, situaciones diversas y por supuesto, suculentas recompensas. Lo mejor de todo es que la sensación es de juego compacto, bien pensado y que no quiere salirse de lo que sabe hacer bien. Sin tareas innecesarias, sin momentos que sobren y siempre centrando la experiencia en el jugador… o jugadores, ya que también tiene cooperativo.
En estos días de promoción mucho habréis leído o escuchado ya algo sobre la renombrada ciudad de Los Ángeles, ahora llamada Hell-A (léase en inglés para descubrir el juego de palabras), y es que allí se desarrollará toda la acción que empieza como debe de ser en toda obra clásica de zombies. Epidemia, expansión y caos absoluto. En el caso de nuestros protagonistas, los cinco se montarán en el mismo avión para escapar de la ciudad, pero oh sorpresa, uno de los pasajeros no parecía tener muy buena pinta al subir. Ahí comienza nuestra aventura, que nos llevará por los barrios más lujosos y conocidos de la ciudad: Bel-Air, Venice Beach o Santa Monica entre otros, perfectamente representados e incluso ofreciendo una brisa de aire fresco por lo poco convencional y el contraste que ofrece un sitio donde el dinero y la fama ceden el protagonismo a la sangre y la muerte. Por suerte, no hay drama y a pesar de vivir momentos trágicos, el humor negro es una constante en Dead Island 2. Tras producciones lacrimógenas como The Last of Us o demasiado serias como The Walking Dead, es lo que más nos apetecía, reírnos del propio infierno.
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Apartado técnico
En ocasiones no hace falta que un juego tenga todas las tecnologías o la última versión de cada técnica para resultar increíbles para la vista. En el caso de Dead Island 2, con el Unreal Engine, encontramos un título realmente sólido, sin problemas de rendimiento y con una calidad de imagen muy alta, al menos, como podemos decir nosotros, en Xbox Series X. Es cierto que la calidad de las sombras no es la mejor, que los reflejos no tienen nada de Ray Tracing o que la distancia de dibujado es muy acusada para los mismos, pero es que en este caso, os aseguro que no me ha importado en absoluto, porque el diseño de escenarios es excelente y por encima de todo, el sistema de daños en los enemigos, que hace que podamos destrozar a los zombies con una calidad y realismo posiblemente nunca antes visto. Por definirlo con una palabra, es resultón. Y ojo a la calidad de la iluminación en algunas capturas que compartimos, que es sublime.
Después de tantos lugares post-apocalípticos, ciudades en ruina, civilizaciones destrozadas, nos alegra ver este escenario en el que la sangre fresca mancha las paredes y aún se puede apreciar su belleza artificial cosmopolita y el lujo de sus habitantes. Una Hell-A excelentemente representada en cada uno de los rincones e incluso en la propia jugabilidad, pues recuperaremos vida a base de «bebida energética y chocolatinas». Esta ambientación da lugar a muchos escenarios distintos, que podremos visitar tanto de día como de noche tras desbloquear el viaje rápido en ellos, descubriendo sus rincones de más glamour y los agujeros más infectos que se esconden debajo de las mismas. Sin duda, supone una continuación que estableció la estética del título original, apartando por completo el selvático ‘Riptide’.
Es obligatorio dedicar un momento a admirar este nuevo sistema de daños en los zombies, ya que cada golpeo, bala o impacto que hagamos se reflejará fielmente en los mismos, incluso si aguantan más que otros, esa marca, raja o herida quedará, muchas veces incluso mostrando el hueso, las visceras, o haciendo que les cuelgue la mandíbula del golpe, se les salgan los ojos o tengan un miembro sujetándose solo por un puñado de tendones. Todo es totalmente exacto y dinámico, pero nunca parece «random», ya que todo está apoyado por unas físicas tipo ragdoll excelentemente ajustadas. Por encima de todo, este sistema es el protagonista y el eje en el que se basa la acción y la diversión de Dead Island 2.
En relación a su apartado sonoro, el título de Dambuster elige unos cuantos temas para momentos concretos, con especial mención del inicial, que nos ha encantado, tanto que os lo hemos pegado arriba y que aquí podéis ver junto a su intro. Pero en general, nos encontramos con una música más bien de ambientación, tirando a terror-suspense que acompaña genialmente al juego y por supuesto a los efectos sonoros de las armas o a nuestro protagonista, el cual es bastante hablador, comentando prácticamente todas las situaciones, lamentablemente, sin doblaje al español. Y ya lo afirmaron hace poco en el FAQ de su web, hay subtítulos para todos los idiomas, pero solamente hablarán en inglés, algo que nos ha sorprendido, ya que era una genial oportunidad de darle esa fuerza adicional narrativa al juego, puesto que realmente lo merece. No obstante, la interpretación es genial y sigue siendo divertida e intensa en cualquier caso, así que una cosa compensa con la otra.
Jugabilidad
La base de Dead Island 2 y la propuesta jugable que nos ofrece es prácticamente la misma que la del original. Un híbrido de juego de acción brutal con el RPG más clásico de números, niveles y especialización de armas según su rareza. Todo está desarrollado a escala y el título procura soltarnos todas sus mejoras sin que notemos nunca que somos demasiado poderosos o débiles ante los enemigos que tocan y es mayormente debido a lo bien que está diseñado el mundo y las misiones. No es que estas sean el colmo de la originalidad y casi todas terminan en orgía de sangre y visceras mientras sacamos a pasear nuestro talento mata-zombis, pero dentro de esa simpleza, encontramos una gloriosa determinación por no salirse de lo que le sale bien al juego.
Porque Dead Island 2 NO ES DE MUNDO ABIERTO. Lo pongo en mayúscula porque muchos quizá esperen algo así viendo que el primero era un «quiero y no puedo» de los mundos abiertos, por estar limitado en Xbox 360 y su referencia, Dying Light, sí que lo es al completo. Pero también lo remarcamos porque… celebramos que no sea así. El juego está dividido en grandes zonas bien separadas por tiempos de carga, que en Xbox Series son de pocos segundos, incluso en la primera nada más empezar la partida, las cuales se desvelarán poco a poco conforme avancemos en la historia, pues tendrán su relación.
Eso hace que cada una de ellas tenga su mapa, sus iconos donde nos indicarán zonas de interés, pero también un innegable gusto por explorarlas, sabiendo que nada está mal aprovechado o puesto solo por rellenar. Otra cosa es que finalmente la recompensa te guste o no, pues lo mismo es un arma que no te interesa, pero de paso te has enterado a donde fue el guardia de seguridad del hotel cuando le entró el apretón y tuvo que irse corriendo de su puesto. Lo sabemos, es un poco «Que-buen-dato-que-me-has-dado-pero-no-te-he-preguntado», pero oye, es opcional y con siempre con el tono de humor negro que maneja el juego, resulta simpático.
Respecto a las misiones secundarias si que son más variadas y nos permitirán explorar más aún todas las localizaciones ya que aparecerán de manera orgánica. Una llamada por radio de uno de nuestros amigos, una furgoneta retransmitiendo, o unas voces de ayuda a lo lejos pueden descubrirnoslas, pero una vez nos pongamos con ellas y las «marquemos» en nuestro selector de objetivos, tendremos que buscar las localizaciones y los siguientes pasos a dar por nuestra cuenta leyendo, escuchando u orientándonos, sin mucha ayuda de la UI, haciéndolo todo un proceso más natural de descubrimiento y sorpresa, porque quizá haya algunas que ni siquiera las llegaremos a ver si no exploramos un poco.
Porque si el sistema de daños a los zombies funciona bien, también lo hace nuestro armamento. Desde comenzar con un simple tablón arrancado de una puerta, a terminar con una ametralladora tipo Uzi que hace daño por fuego y tiene el cargador ampliado, hay un gran trecho por el que pasar. Cada una de las armas que consigamos, ya sean palos, tuberías, hachas, espadas, rastrillos, martillos y bueno, literalmente casi cualquier cosa que podamos coger con un mango y sirva para matar, podrán añadir modificadores en las mesas de mejora, pero no será tampoco algo masivo y que permitirá hacer sistemáticamente con cada una de ellas, pues la economía del juego será algo dura, muchas veces teniendo que recoger armas para venderlas y hacer frente a las reparaciones de nuestras favoritas.
Lo bueno es que para cada una de ellas, hay la posibilidad de «equiparar nivel», que por un precio determinado, subirá su daño para adaptarse a nuestro nivel. Es decir, si tienes alguna arma favorita, la podrás llevar desde el principio hasta el final. Pero no siempre tienes que machacar a los zombies con tus propias armas, pues el escenario es también mortífero. Dead Island 2 cuenta con tres tipos de daños elementales, fuego, electricidad y caústico. Y serán susceptibles de su uso en cualquier momento, por ejemplo vertiendo gasolina e incendiándola, echando agua hasta un cable suelto para crear una minipiscina eléctrica mortal o igualmente cogiendo un bidón tóxico y probar a disolverlos hasta los huesos. Todo vale y todo valdrá, pues las combinaciones son de todo tipo. Poco a poco conseguiremos modificadores elementales para nuestras armas, e incluso algunos de los enemigos especiales tendrán variantes elementales, mucho más temibles y dañinas. En las partes más avanzadas encontrarás encuentros realmente complicados de resolver.
Sin embargo, nuestro personaje también tendrá mucho que decir sobre esto, pues cada uno de ellos tiene habilidades únicas, pero en general, contaremos con un sistema de tarjetas que no es otra cosa que una forma de representar los conocidos arbol de habilidades, incluso simplificándolos. El diseño de las mismas realmente me han encantado, porque son las que nos permitirán hacer builds para nuestro héroe: Una que al matar obtengamos cada vez más vida, otra que favorezca a nuestra «parte malvada», pero ojo, si elegimos habilidades «autófagas», podríamos dejar nuestra humanidad atrás.
Duración
Con todo esto, la duración del juego si nos centramos en sus misiones prinicipales y hacemos alguna que otra tarea, nos podemos ir a las 20 horas o incluso menos, aunque advierto que es bastante dificil no entretenerte con las múltiples misiones secundarias, misiones de desaparecidos y en definitiva, explorar un poco cada mapa. Nuestra partida, se ha ido muy por encima de las 30 horas y realmente nos costó mucho centrarnos en acabarla, pues si bien a la mitad del juego el título dió una especie de bajada de intensidad en relación al contenido, al final, las secundarias empiezan a multiplicarse e incluso nos motivan a volver a zonas anteriores (hay viaje rápido, no os preocupéis), para descubrir algunos segmentos que ni nos podíamos imaginar que existían. Por suerte, una vez terminemos la historia principal, podremos seguir explorando Hell-A para completarlo todo al máximo.
Y no habíamos hablado del tema hasta ahora, pero… Dead Island 2 cuenta con juego cooperativo para hasta 3 jugadores. Con nuestro propio Slayer podremos visitar las partidas de otro amigo para ayudarle en su aventura o simplemente, dejar la nuestra abierta para que cualquiera, o solo un amigo, entre directamente a la nuestra a ayudarnos. El juego adaptará la dificultad a la cantidad de amigos que seamos, así que la experiencia siempre será la más óptima. Al tratarse de un análisis anticipado, no hemos podido unirnos a ninguna partida, pero el desarrollador nos dió la posibilidad de hacerlo en determinadas horas y abriendo la nuestra si que hemos recibido alguna que otra visita de otro jugador. No obstante, ya sabéis, cautela con este tema, porque quizá no funcione del todo como debería el día de lanzamiento. Esperemos que todo vaya sobre ruedas en ese aspecto.
Conclusión
Dead Island 2 es tal y como lo podeis ver en las capturas o cualquiera de los vídeos que os compartimos. Es una experiencia de acción sangrienta, gore, infernal, pero sobre todo, extremadamente divertida. Ciertamente no es la aventura perfecta, tampoco podemos decir que va a ser un punto y aparte en la industria, pero ha jugado sus cartas de manera inteligente, centrándose en lo que mejor sabe hacer y dejando «los inventos» para otros, convirtiéndose en uno de los mejores juegos de zombies de la actualidad.
Personalmente, me lo he pasado genial. Llevaba tiempo sin profundizar tantas horas en un juego solo por el placer de encontrar más cosas, prácticamente desde Elden Ring. No es una manera de compararlos ni mucho menos, pero es una manera de entender que la combinación de su estética, lo divertido que es matar zombies y lo gratificante que es descubrir más historias de esta genialmente recreada ciudad de Los Angeles, me ha ganado por completo. Dead Island 2 las tenía todas consigo para que saliera mal, pero nada de eso ha ocurrido. Todo lo contrario. Y eso hay que valorarlo.
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Apartado técnico85/100
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Jugabilidad95/100
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Duración85/100
Lo bueno
- El sistema de daños es realista y brutal
- Las secundarias y demás tareas son muy orgánicas
- Si lo tuyo es matar zombies... vas a disfrutar de lo lindo
Lo malo
- Quizá pierde fuerza si nos dedicamos a explorar demasiado
- Algunas indicaciones requieren que tengamos que ser muy observadores